El paro ha bajado hasta los 4,57 millones de personas, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA). Hoy la estadística del INE cuenta 536.000 ocupados más que en el primer trimestre de 2012. El empleo ha crecido hasta ahora a un ritmo del 3%, casi al mismo en que medra el PIB. Desde que comenzó a reactivarse la economía, en 2014, se han creado 1,6 millones de puestos de trabajo, a tenor del número de afiliados a la Seguridad Social. En cualquier caso, una cifra insuficiente para compensar los casi tres millones de empleos perdidos entre 2007 y 2013. y todo ello pese a que se firmaron el año pasado 18,6 millones de contratos, un 11,1% más que en 2014.
Y es que el empleo se está recuperando en España con los mismos defectos que tenía antes de la gran debacle laboral de 2009-2013. Aunque también han aparecido nuevos fenómenos preocupantes. No sólo porque se haya ralentizado el ritmo de creación de empleo en lo que va de año o por lo que pueda sufrir el mercado de trabajo nacional por culpa de la incontrolable coyuntura internacional se manifiesta la debilidad de la recuperación. Los talones de Aquiles de la contratación ayudan igualmente a explicar la anemia de ingresos de la Seguridad Social o el aumento de los trabajadores pobres.
COMBINAR CONTRATOS TEMPORALES Y PARO
España sigue siendo la campeona del trabajo temporal en Europa. La reforma laboral no ha conseguido alterar el tradicional abuso de este tipo de contratos. Con una tasa del 25,7%, España supera en 10 puntos la media de la UE. En 2014 y 2015 sólo el 8,1% de los contratos registrados fueron indefinidos. Un porcentaje que incluso se reduce en los meses de verano, con la temporada alta del turismo. Lo que conduce a otro de los vicios del mercado de trabajo nacional: la estacionalidad. Así, en otoño mueren miles de contratos firmados con la llegada del calor. Un nuevo contrato no siempre es un nuevo empleo.
De hecho, según resalta la última Memoria del Consejo Económico y Social (CES), el peso de las finalizaciones de contrato temporal como causa de desempleo no ha dejado de crecer y en 2015 supusieron el 82,6% de las altas en prestaciones de paro, casi dos puntos más que el año anterior. Es decir, explica la Memoria del CES, existe un elevado número de trabajadores que “combinan en el año periodos de empleo con periodos de paro”. En concreto, las cifras de quienes solicitan el subsidio de 426 euros porque no han podido cotizar lo suficiente para acceder a la contributiva arrojan la existencia de 648.400 personas que pasan por la rotación empleo-paro. La memoria habla de la “débil inserción en el empleo de un número considerable de personas”.
Pues bien, como queda dicho, ni la reforma laboral ni las generosas subvenciones a las empresas para que contraten trabajadores indefinidos han conseguido cambiar el dominio de la temporalidad. Es más, entre 2007 y 2015 el número de contratos fijos ha caído en 711.200, mientras el número de los temporales ha crecido en 665.400, según datos del CES. Sólo en ese último año, el número de asalariados con empleos temporales aumentó un 9,5%, mientras que el de quienes poseen un trabajo fijo creció sólo un 1,6%, muestra la EPA.
Además, los contratos eventuales se ceban en los más jóvenes. De los 2,2 millones de trabajadores menores de 30 años, 1,2 millones son temporales. De otra manera: aunque representan sólo el 13,1% del empleo, los jóvenes suponen el 31% de los contratados eventuales.
EL AUGE DEL CONTRATO ULTRABREVE
Aún peor: esos contratos temporales son cada día más breves. El pasado julio, la duración media de los contratos en España era de sólo 50,92 días –50,64 para las mujeres– cuando comenzó 2007 con 79,13 días. Sólo desde 2012, los contratos temporales han perdido casi 12 días de duración media. Cada vez tienen más peso los ultrabreves, de menos de una semana. Al término de 2015 representaban el 27% de los temporales, casi dos puntos más que en 2013: 4,6 millones de contratos no llegan a los siete días. La memoria del CES no duda en detectar un “desplazamiento” de las duraciones cortas, hasta un mes, hacia las muy cortas, hasta una semana. Lo que no deja de ser alarmante cuando el grueso de los contratos en España son ya de por sí efímeros: de los 17 millones suscritos en 2015, siete millones, el 41%, tuvieron menos de un mes de vida.
INDEFINIDOS convertidos EN TEMPORALES
Ocurre también que la temporalidad se contagia a otros tipos de contrato. Es el caso del contrato de apoyo a los emprendedores, en teoría con carácter indefinido. Sin embargo, como reveló UGT apoyándose en datos del propio Ministerio de Empleo, más de la mitad de los que se registran no superan el año de duración. Casi una cuarta parte muere a los tres meses. La razón estriba en que tiene un periodo de prueba de un año, lo que permite despedir al trabajador sin indemnizarlo antes de cumplirse ese plazo.
De hecho, pese a que está acompañado de un buen paquete de bonificaciones de cuota para las empresas, éstas prefieren no acogerse a ellas. El 96% se firman sin ellas porque la ley les obliga a devolverlas si despiden al trabajador antes de tres años y no mantienen el resto de la plantilla durante un año. El número de este tipo de contrato creció un 31% en 2015 respecto al año anterior, hasta sumar casi 130.000.
EL 35% SON A TIEMPO PARCIAL
Otra novedad en el panorama laboral poscrisis es el auge del trabajo a tiempo parcial. Aunque en 2015 ha ralentizado su crecimiento. Según el Ministerio de Empleo, en lo que va de año se han suscrito casi cuatro millones de contratos por horas. Éstos representan ya el 35% de todos los que se registran, y el 46,37% de los que firman las mujeres. Son la fórmula favorita de los sectores que más empleo están creando, el comercio y la hostelería. Y que también son los que peores salarios pagan.
Además, el 62% de estos trabajadores lo son a tiempo parcial porque no han encontrado un empleo a tiempo completo. En 2007 eran sólo el 31,4%. España es el cuarto país de la UE, sólo por detrás de Grecia, Chipre e Italia, por la involuntariedad del empleo a tiempo parcial.
SALARIOS MÁS BAJOS PARA EL MISMO TRABAJO
La combinación de contratos temporales, cada vez más breves y a tiempo parcial da como resultado inevitable salarios exiguos. Las empresas que buscan empleados ofrecen contratos poco estables cuyos sueldos se resienten. Según una encuesta realizada por la ETT Adecco entre 613 empresas y 2.655 trabajadores, el 58% de ellas admite haber contratado empleados en 2015 con salarios inferiores a los de quienes ejercen funciones similares en su plantilla actual. El 27,4% les paga un 15% menos, el 19,6% hasta un 30% menos. Un 2,8% ofreció a sus nuevas incorporaciones la mitad del sueldo que abona a sus trabajadores de igual nivel ya en plantilla.
El mismo informe explica que esta rebaja salarial la sufren no sólo los trabajadores más jóvenes que se incorporan al mercado, sino también los mayores de 45 años, que buscan una segunda oportunidad laboral tras haber sido despedidos de otra empresa.
SÓLO SE DISPARA EL EMPLEO EN LA HOSTELERÍA
Según Adecco, que corrobora los datos del INE al respecto, son los servicios los que peores salarios pagan a sus plantillas, una media de 18.968 euros, frente a los 24.129 euros de la industria. Pues bien, son los servicios el motor tradicional del empleo en España y eso no ha cambiado tras la crisis. El mayor crecimiento, tanto en términos absolutos como relativos, lo proporcionó en 2015 la hostelería, con un 10% y 141.900 nuevos ocupados, apunta la EPA. También es la hostelería la única rama de actividad que ha aumentado el número de sus trabajadores desde 2007, un 9,8%.
Por el contrario, el resto de los sectores continúa por debajo de los niveles precrisis: un 28,5% menos la industria, un 60,5% menos la construcción, un 9,3% el comercio o un 10,4% la agricultura. Para hacerse una idea del auge hostelero basta comparar su 10% de alza el último año con el 1,3% de la industria y el 2,7% de la construcción. En el automóvil, por ejemplo, uno de los sectores más potentes y con mejores convenios colectivos y salarios, el empleo sólo aumentó en 2015 un 0,2%: 500 puestos de trabajo más.
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BAJA CUALIFICACIÓN
En conexión con esta tendencia, el CES, además, resalta que la creación de empleo se concentra en ocupaciones no cualificadas –un 6,2%– y administrativas –un 6%–. Aunque también hubo un volumen elevado de nuevos contratos por la parte más alta de las competencias profesionales, los técnicos, científicos e intelectuales. Es decir, se está polarizando la creación de empleo. Para el CES, las cifras ponen al descubierto los problemas de empleabilidad que están sufriendo amplios colectivos de trabajadores. Un desajuste entre la oferta y la demanda, entre las vacantes que se ofrecen y el nivel de cualificación de quienes buscan empleo.
La memoria cita además al Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop), para advertir de que en los próximos años los nuevos empleos se crearán en los servicios y requerirán un grado medio o bajo de cualificación. En España, asegura el organismo comunitario, los puestos que más crecerán serán los de baja cualificación, mientras que descenderán los de media.
El paro ha bajado hasta los 4,57 millones de personas, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA). Hoy la estadística del INE cuenta 536.000 ocupados más que en el primer trimestre de 2012. El empleo ha crecido hasta ahora a un ritmo del 3%, casi al mismo en que medra el PIB. Desde que comenzó a reactivarse la economía, en 2014, se han creado 1,6 millones de puestos de trabajo, a tenor del número de afiliados a la Seguridad Social. En cualquier caso, una cifra insuficiente para compensar los casi tres millones de empleos perdidos entre 2007 y 2013. y todo ello pese a que se firmaron el año pasado 18,6 millones de contratos, un 11,1% más que en 2014.