El Real Madrid atravesó en 2014 y 2015 una crisis en la que se vio envuelto al mismo tiempo que su fundación y la asociación de exjugadores, y que pudo haberle costado un grave desprestigio internacional. En principio, se saldó con el despido del exjugador y entrenador de juveniles Rubén de la Red, así como del director de Clinics de la Fundación del Real Madrid, Manuel Parreño. Así consta en documentos de Football Leaks, logrados por el semanario alemán Der Spiegel y compartidos con la red de medios European Investigative Collaborations(EIC), de la que forma parte infoLibre. El conflicto sigue coleando en los tribunales del sultanato de Omán, donde el club de Florentino Pérez fue condenado el pasado febrero a pagar una indemnización de 1,07 millones de euros a un empresario local por fraude. Las irregularidades también obligaron al Real Madrid a continuar negociando con el Gobierno de Tanzania durante un año para evitar que éste le demandase por la creación de una escuela para futbolistas en cuya apertura, en realidad, no tenía ningún interés.
“Llegaron, jugaron y vencieron. En uno de los partidos más memorables jamás jugados en la región, las antiguas estrellas del FC Barcelona derrotaron a las del Real Madrid 2-1 y se llevaron la Copa de Leyendas de Omán en el Complejo Deportivo Sultán Qabus, en Bausher”. El periódico Times of Oman situaba a la altura de las gestas de Julio César el partido de exhibición que 22 exjugadores de los dos principales equipos de fútbol españoles acababan de disputar el 14 de marzo de 2014 en la capital del sultanato, Mascate.
Pero la realidad era mucho menos épica. El pasado mes de febrero, el Tribunal Supremo de Omán condenó al Real Madrid a pagar una indemnización de 1,07 millones de euros al empresario local que había organizado el partido. Said Al Shabibi, director general de la compañía Zan for Events & Conferences, demandó al Real Madrid en marzo de 2015 por fraude. Había firmado un contrato con el club para que galácticos como Figo, Roberto Carlos, Raúl o Cannavaro jugaran la Oman Legends Cup contra antiguas estrellas del Barça. Un encuentro que, además de proporcionarle nutridos ingresos por las entradas, la venta de derechos televisivos y los patrocinios, debía servir para promocionar un proyecto de mayor calibre: la apertura de una academia de fútbol del Real Madrid en Omán.
A cambio de 135.000 riales omaníes –unos 314.000 euros– que Al Shabibi tenía que pagar al Real Madrid, y de hacerse cargo de los gastos de alojamiento, comida y transporte de los jugadores de ambos equipos, el empresario omaní se quedaba con todos los derechos del partido, incluidos los de imagen, los ingresos de taquilla y los patrocinios. El Real Madrid, por su parte, se comprometía a suministrar una lista de jugadores de primera línea internacional, así como el soporte de marketing y promocional, que incluía entrevistas con al menos 10 de esos deportistas, una cena de gala y una rueda de prensa.
El partido se celebró y el Barça lo ganó (1-2), pero sus jugadores no eran las estrellas prometidas. Los goles los marcaron Mendieta y Albert Tomás por el Barça y De la Red por el Madrid. Tanto las leyendas blancas como las blaugranas eran todas españolas: Michel Salgado, Pavón, Fernando Sanz, Hierro, Amavisca, Goicoechea o Víctor Muñoz eran quizá los más conocidos.
De hecho, los documentos que había firmado el omaní sembraban la confusión. El contrato lo encabeza el nombre del equipo blanco y su emblema, pero el CIF adjunto corresponde a la Asociación de Exjugadores del club. Y quien se había sentado frente al empresario omaní durante los muchos meses de negociaciones era un agente deportivo canario llamado Rayco García Cabrera, que se identifica como representante de las leyendas del Real Madrid y el FC Barcelona. Pero que carecía de relación contractual de ningún tipo con el equipo blanco y aparentemente no tenía poderes ni autorización para negociar en su nombre. Al menos ésa fue la respuesta que le dio el club blanco a Al Shabibi cuando éste le demandó y su abogado le hizo llegar por correo electrónico el contrato, así como fotos de su firma el 2 de diciembre de 2013 en la Embajada de España en Mascate. A preguntas de infoLibre, Rayco García niega esta versión y sostiene que actuó en Omán con la autorización que los veteranos del Real Madrid –no el club– le expidieron en una carta ad hoc.
“Uso indebido” de las marcas del Real Madrid
“Me gustaría expresar nuestra enorme sorpresa en relación con los hechos descritos en su correo electrónico, ya que la Asociación de Exjugadores del Real Madrid (Real Madrid Legends) es una sociedad legal completamente independiente del Real Madrid CF. Por tanto, por la presente le confirmó formalmente que el Real Madrid CF no tiene nada que ver los hechos que refiere en su correo”, contestó al abogado de Al Shabibi el director general del club, José Ángel Sánchez Periáñez, quien además le informó de que Rayco García “nunca” había “trabajado para el Real Madrid CF”.
En el restaurante Mumtaz Mahal. A la izquierda: la número dos de la Embajada española, Blanca Londaiz; el secretario del Ministerio de Exteriores, Said Abdulá Al Busaidi, y Manuel Parreño; a la derecha: un omaní no identificado, Said Al Shabibi, Butragueño, Rayco García y De la Red.
“En cualquier caso, considerando que la Asociación de Exjugadores del Real Madrid CF podría estar haciendo un uso indebido de las marcas comerciales del Real Madrid sin nuestro conocimiento y consentimiento, llevaremos a cabo las investigaciones apropiadas en relación con esta circunstancia”, le prometía Sánchez Periáñez en una carta fechada el 19 de septiembre de 2014.
En parecidos términos reaccionó el Real Madrid, a través del director de sus servicios jurídicos, Javier López Farré, una semana más tarde, cuando el Consulado de Omán en España le hizo llegar la “petición formal” del abogado de Zan for Events para “interceder ante las autoridades del Real Madrid y tratar de solucionar el conflicto entre las dos partes, evitando, si fuera posible, llevar el caso ante las autoridades judiciales”. “El Real Madrid Club de Fútbol”, reiteró López Farré, “no es parte en las relaciones mantenidas entre Zan for Events & Conference y la Asociación de Exjugadores del Real Madrid (Real Madrid Legends), y dicha asociación es una entidad totalmente distinta y ajena jurídicamente al Real Madrid CF”.
Pero la noticia del pleito que se avecinaba en Omán ya les había llegado antes, el 10 de junio de ese año. Entonces, López Farré remitió a Sánchez Periáñez la comunicación del Consulado de Omán en España y le aseguró que “el tal Rayco García trabaja para la Fundación [del Real Madrid]. Habrá que ver qué contestamos y a quién”. Un extremo que el agente canario ha negado igualmente a este periódico: “Nunca he tenido una nómina”.
La fundación también es una entidad independiente jurídicamente del club, aunque controlada por él, además de la encargada de gestionar la red de academias de fútbol –los llamados clinics– del Real Madrid, unas 40 repartidas por todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Zambia.
“El club es parte de la estafa”
La respuesta del abogado de Al Shabibi al intento del club por desvincularse de la operación negociada por Rayco García fue terminante: “El Real Madrid es absolutamente responsable de todos los perjuicios ocasionados por el señor Rayco García usando el nombre del Real Madrid CF”. Según el omaní, la ausencia de las grandes estrellas anunciadas le hizo perder patrocinadores y los derechos de televisión, que había vendido a Kuwait TV –el canal público del emirato– por 1,3 millones de dólares, además de causarle problemas institucionales con el Gobierno de su país. En total, calculaba unas pérdidas de 724.600 riales omaníes, unos 1,68 millones de euros.
El abogado esgrimió ante el club los contundentes argumentos por los que desdeñaba su intento de desmarcarse de Rayco García. Además del agente canario, acudieron a Omán para apoyar la doble operación –partido promocional y academia de fútbol– otras tres personas que sí representaban oficialmente al Real Madrid. Uno de ellos fue Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club. También volaron hasta Mascate Manuel Parreño, director de Clinics de la Fundación Real Madrid, y Rubén de la Red, exjugador y entonces entrenador del equipo juvenil B merengue. “Su club es parte de la estafa ejecutada por esos miembros de su organización”, acusa el abogado. Y, “o bien usted respalda y promueve el uso de su nombre, logo y asociación para representar indebida y fraudulentamente al Real Madrid Club de Fútbol internacionalmente, o bien usted desconoce por completo la masiva representación fraudulenta que se está cometiendo internacionalmente bajo el nombre del Real Madrid por sus propios directivos”, expone.
Además, apoya sus acusaciones en el “auspicio y mecenazgo” que prestó al fraude la Embajada de España en Mascate. De forma que le da un plazo de nueve días para ofrecer un “detallado plan de compensación” a Al Shabibi y le advierte de que, en caso de incumplirlo, emprenderá acciones legales.
Los directivos del Real Madrid tenían motivos para estar muy preocupados. En efecto, Manuel Parreño y Rayco García permanecieron cuatro días en Mascate, en un hotel de cinco estrellas, con todos los gastos pagados por Zan for Events. El agente canario volvió después para ultimar detalles y durante seis días fue el huésped de la empresa omaní, también en un hotel de cinco estrellas. Tres meses más tarde, volaron hasta el sultanato Butragueño, Rubén de la Red y otras personas más del Real Madrid, en un viaje que fue sufragado por el club. Todos ellos compartieron mesa y mantel en el restaurante Mumtaz Mahal de Mascate con Al Shabibi y el secretario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Omán, Said Abdulá Al Busaidi, quien es miembro de la familia real. Asistió también la número dos de la Embajada española, Blanca Londaiz Laborde. Y todos ellos se hicieron fotos durante la cita.
la versión de la embajada
El Ministerio de Asuntos Exteriores aclara a infoLibre que la Embajada española en Omán se limitó a prestar “apoyo a actuaciones que implicaban a actores/agentes españoles”, como es su misión, “especialmente cuando van en la línea, como era el caso, de promover la marca-país de España, ya se trate de ciudadanos particulares, empresas o clubes de fútbol”. Pero rehúsa comentar “un pleito entre dos partes privadas”. Ni el Real Madrid ni la Asociación de Exjugadores han contestado a los repetidos intentos de este periódico de obtener una respuesta o comentario de ambos a estos hechos.
Said Al Shabibi y Rayco García firman en la Embajada española en Omán el acuerdo de cooperación entre el Real Madrid y Zan for Events ante el embajador Juan José Urtasun (a la izquierda).
Como había prometido el director general Sánchez Periáñez en septiembre de 2014, el Real Madrid abrió una investigación, aunque no lo hizo hasta abril de 2015. De las pesquisas resultó que un empleado del club –Rubén de la Red– y otro de la fundación –Manuel Parreño– habían incumplido el Código Ético del Real Madrid, además se revelaron “actuaciones sancionables de empleados de la Asociación de Exjugadores, y de una persona ajena al club y relacionada con todos ellos [Rayco García]”, tal y como resume Carlos Martínez de Albornoz Bonet, director de Control y Auditoría Interna y secretario del Comité de Ética, a Pedro López Jiménez, presidente de ésta –también vicepresidente del club y persona de la máxima confianza de Florentino Pérez–, el 19 de junio de 2015, un año después de que conocieran el asunto.
Como consecuencia, Rubén de la Red fue despedido el 25 de ese mes y Manuel Parreño cuatro días después. Ambos por motivos disciplinarios. Tras recibir el informe de Martínez de Albornoz, el Comité Ejecutivo del club pidió a los servicios jurídicos que contrataran a un bufete especializado para presentar una demanda contra Rayco García, según consta en las actas de su reunión del 19 de junio. También acordó que se le retuvieran los pagos anuales a la Asociación de Exjugadores –250.000 euros– hasta que firmara un nuevo convenio que delimitara sus funciones.
Pero estas decisiones estaban lejos de satisfacer a Al Shabibi, cuya denuncia continuaba su tramitación judicial en Omán. En un detallado cronograma del proceso que llevó a la firma del contrato y al posterior fiasco, el abogado del empresario explica al Real Madrid que el 19 de mayo de 2013 Zan for Events hizo una transferencia de 12.000 riales omaníes –27.890 euros– a nombre de un tercero, Jesús M. S., por indicación de Rayco García, quien en su segunda visita a Omán les había urgido a hacerle un “pago inmediato” para evitar ser penalizado por el club por regresar de vacío. Al agente canario también se le abonaron entonces 5.000 riales omaníes en efectivo, asegura el empresario. Una vez firmado el contrato, en diciembre, Zan for Events pidió a Rayco García un número de cuenta para ingresar al Real Madrid los primeros 55.000 riales omaníes del total de 135.000 pactados. Pero el “representante del Real Madrid” solicitó a los omaníes todos los pagos en efectivo, así como una comisión adicional de 2.500 riales. Y así se hizo, aseguraba el abogado.
Por el contrario, Rayco García explica a infoLibre que no se llevó ni un euro de los contratos de Omán y Tanzania. “No soy un estafador”, repite tras precisar que siempre trabajó en el sultanato con una carta de autorización de la Asociación de Exjugadores del Real Madrid y que su objetivo era únicamente organizar el partido de veteranos del Real Madrid y el Barça. Niega que negociara con Al Shabibi la apertura de una academia de fútbol. “Fue Manuel Parreño quien negoció”, añade. También niega que el ejecutivo de Zan for Events le hiciera pago alguno en efectivo como asegura en su demanda contra el Real Madrid. Por último, el agente deportivo también subraya su buena relación actual con el Real Madrid e incluso con su presidente, Florentino Pérez, con quien enseña una foto en Abu Dabi, el 15 de diciembre de 2017, tres años después de la crisis de Omán, durante el Mundial de Clubes que ganó el club blanco. “Me invitaron al entrenamiento y estuve hablando con Florentino”, presume.
infoLibre ha preguntado al nuevo abogado de Al Shabibi, Bader Al Hinai –no es el mismo que escribió al Real Madrid para anunciarle la presentación de una demanda– sobre el procedimiento judicial abierto en Omán contra el club. Al Hinai explica que éste sigue abierto, pendiente de una apelación en el Tribunal Supremo, y que no está autorizado a explicar los detalles del litigio. “Estamos esperando una decisión del Supremo que no se hará pública antes de dos meses”, indica.
Como queda dicho, a Parreño y De la Red el Real Madrid los despidió tras cerrar una investigación que incluyó entrevistas con todos los implicados. Al primero, por utilizar su cargo en la fundación como responsable de las escuelas de fútbol para beneficiarse. El exdirectivo no ha querido comentar con este periódico las circunstancias de su abrupta salida de la fundación. Sólo niega que su despido fuera disciplinario.
Una operación similar en Tanzania
El cese de De la Red obvió lo ocurrido en Omán. Ni siquiera se le sancionó. El motivo de su expulsión se hallaba a miles de kilómetros de distancia del sultanato. En octubre de 2014, cuando el club ya había sido alertado por Al Shabibi, Rayco García, Rubén de la Red y Manuel Parreño estaban embarcados en otra operación similar en Tanzania: una academia de fútbol con la marca del club merengue promocionada con un partido de viejas estrellas del Barça y del Real Madrid. Pero esta vez las negociaciones las llevó a cabo De la Red y la contraparte era una entidad pública, el Fondo Nacional de la Seguridad Social de Tanzania (NSSF por sus siglas en inglés).
Rubén de la Red, actualmente primer entrenador del Getafe B, fue jugador del Real Madrid desde las categorías infantiles. En 2008 sufrió un desvanecimiento en pleno partido de la Copa del Rey. En ese momento se le diagnosticó un problema cardiaco que le supuso el abandono definitivo de la práctica deportiva. En 2010 el Real Madrid lo integró en su cuerpo técnico, como segundo entrenador del Juvenil A.
En este caso, el Real Madrid sostiene que se enteró de la negociación para abrir una de sus academias en Tanzania de forma casual. Una alumna keniana del MBA Sport Management de la Escuela de Estudios Real Madrid, Esperanza N., envió un correo el 27 de enero de 2015 a Íñigo Arenillas, responsable de la Fundación Real Madrid para África y Oriente Medio, informándole de que había leído en la prensa sobre un proyecto del club para abrir una academia de fútbol en Tanzania. Además de adjuntarle el enlace de la noticia, del Daily News tanzano, le anuncia que se trasladará a ese país en mayo: “Trabajar con un proyecto como ése sería un sueño hecho realidad”.
Según el Real Madrid, dicho contrato fue negociado y firmado por Rubén de la Red y Rayco García a sus espaldas. De nuevo, insiste el club, ninguno de ellos tenía poderes y autorización para suscribir semejante operación. El NSSF debía pagar al club entre 750.000 y un millón de euros anuales durante 18 años. A cambio, según publicó el Daily News, la academia tendría cinco campos, un estadio para 30.000 personas, un hotel, villas de lujo, restaurantes, un club, un campo de golf de 18 hoyos, residencias comunitarias e instalaciones para otros deportes, todo ello repartido sobre una extensión de 473 hectáreas en Kigamboni, a las afueras de la capital tanzana, Dar Es Salaam. El periódico anunció incluso que el reclutamiento de los jóvenes futbolistas, entre 13 y 19 años, iba a comenzar el 14 de febrero.
En el país africano se hace patente la misma confusión entre el Real Madrid, su fundación y la Asociación de Veteranos que se produjo en Omán. No sólo en las negociaciones, sino también en los documentos firmados. De hecho, el NSSF tanzano se enteró de que no había firmado un contrato con el Real Madrid, y de que éste y la Fundación Real Madrid son dos entidades distintas jurídicamente, en una reunión celebrada el 12 de marzo de 2015 en Madrid. En una sala del área de baloncesto, el relaciones públicas del NSSF, Ramadhan O. Nassib, fue informado por Manuel Parreño y Pablo Gómez Revenga, responsable técnico de Campus y Clinics de la fundación, de que, en todo caso, sólo sería posible hacer un clinic –programas de entrenamiento con técnicos de la cantera–, no una “escuela de tecnificación” como el fondo tanzano había firmado. A esa reunión también asistieron Rubén de la Red y Juan José San Román, entrenador de la Academia de Omán, que pusieron sobre la mesa un contrato sin el acuerdo económico y sin la última página, donde debían figurar las firmas. El Real Madrid dice que jamás se le entregó el documento completo.
Además, en Tanzania se repiten los actores: Manuel Parreño, De la Red y Rayco García. Y aparece de nuevo Jesús M. S., a quien Al Shabibi hizo una transferencia de 12.000 riales omaníes en mayo de 2013. En el acuerdo que Rubén de la Red firmó con el Fondo de la Seguridad Social de Tanzania el 21 de enero de 2015 para crear una academia de fútbol una de las partes contratantes es el Real Madrid CF, pero la dirección adjunta que figura se corresponde con un piso de la calle Cava de San Miguel. No es la dirección del club, obviamente, sino el piso que compartían entonces en Madrid Rayco García y Jesús M. S., de quien dice ser amigo el agente deportivo canario.
Tras ser despedido, De la Red demandó al club en el juzgado de lo Social, en un juicio que estaba señalado para el 9 de marzo de 2016. El exjugador asegura a infoLibre que alcanzó un acuerdo con el Real Madrid antes de entrar en la sala, por lo que el juicio no llegó a celebrarse. También sostiene que la causa real de su despido no fue lo ocurrido en Tanzania, sino su mala relación con Ramón Martínez, director de la cantera del Real Madrid. De la Red admite que viajó a Tanzania –“fui invitado a abrir una escuela de fútbol allí”–, pero dice que no sabe nada de lo que se negoció en el país africano.
Demanda de conciliación
Contra Rayco García el Real Madrid interpuso una demanda de conciliación, paso previo a la presentación de una querella, en octubre de 2015. Como en el caso de De la Red, el club únicamente le acusó por el contrato de Tanzania. Eludió por completo lo ocurrido en Omán. En el escrito, que firma el abogado del Real Madrid Álvaro García- Alamán de la Calle, se conminaba al agente deportivo a asumir todas las consecuencias del fraude y a dejar “indemne al club de cualquier acción judicial o extrajudicial llevada a cabo por cualquier tercero”. Según la descripción que hace el Real Madrid de la operación, Rayco García “asumió fraudulentamente una representación que no solicitó, no tenía ni podía tener”, además de firmar “en nombre del Real Madrid sin autorización alguna para ello un memorando de entendimiento y posteriormente un acuerdo definitivo”, utilizando para ello “de forma ilegítima el nombre y las marcas” del club, “aprovechándose de su buen nombre y reputación”, y “perjudicando seriamente su prestigio”.
El agente deportivo rechaza las acusaciones del omaní y del club sobre su protagonismo en Tanzania. Nunca negoció nada ni sobre el partido de fútbol promocional ni sobre la escuela del Real Madrid, sostiene. “No he sido demandado ni por el Real Madrid ni por nadie”, recalca el agente deportivo canario como prueba de su inocencia, “sólo recibí una carta en el juzgado de Santa Úrsula [donde vive en Tenerife], que me instaba a no seguir usando el nombre del Real Madrid”. Y que no firmó por consejo de su abogado. Pese a que en esa demanda de conciliación se le advertía de una querella si no reconocía el daño infligido al club, asegura que el Real Madrid no actuó contra él.
Que sean los tanzanos los que digan 'no'
Los aprietos del Real Madrid en Tanzania no acabaron, sin embargo, con los despidos de Parreño y De la Red y la demanda de conciliación contra Rayco García. El club de Florentino Pérez –“las personas adecuadas” esta vez– continuó negociando con el NSSF tanzano para intentar “aminorar al máximo los daños”, según reconoce en su demanda de conciliación contra el agente deportivo canario. A través del embajador español, los tanzanos habían manifestado al Real Madrid su deseo de hacer realidad el proyecto. En marzo de 2016 aún coleaban unas conversaciones en las que el club, en realidad, no tenía demasiado interés.
Las operaciones fraudulentas del Real Madrid comprometieron a las embajadas de España en Omán y Tanzania
Ver más
En un correo electrónico del día 18 de ese mes, tanto el gerente de la fundación, Julio González Ronco, como su director general, Manuel Redondo, expresan su pretensión de dejar morir el proyecto. “Ya le expliqué a Carlos [Martínez de Albornoz] que no queríamos seguir con este tema y que si el tanzano insistía y no se le quería decir que no expresamente, indicarle [sic] que el contrato que corregimos es el que es, sin aceptar sus nuevas propuestas de modificación para que sean ellos los que dicen [sic] que no”, recomienda González Ronco.
El Real Madrid había conseguido ya que el NSSF de Tanzania le escribiera una carta donde exoneraba, tanto al club como a la fundación, de cualquier responsabilidad por el contrato firmado por Rayco García y Rubén de la Red.