España cuenta con una red ferroviaria de 15.615 kilómetros, de los que más de 3.500 son de alta velocidad. Esta última es la más extensa de la Unión Europea (UE) y alrededor de ella ha estallado una guerra de precios. A partir del 11 de mayo de 2021 desembarcaron en territorio español las compañías low cost Ouigo -propiedad del Estado francés a través de la empresa pública de ferrocarril SNCF- e Iryo -participada por Trenitalia, entidad estatal italiana del sector-, a las que hay que sumar Avlo, la marca de Renfe.
La incorporación de esos nuevos operadores supuso “un intenso crecimiento de la demanda”, según se recoge en un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), organismo regulador que ha fijado en un 40% la rebaja en los precios de los billetes provocada por esa pugna en torno al transporte ferroviario de pasajeros de alta velocidad, con relación al periodo de monopolio de Renfe.
Pero, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha denunciado que uno de los actores, Ouigo, ha recurrido a prácticas "profundamente desleales" para captar clientes. Se refería a la estrategia del desplome del importe de los viajes, lo que ha arrastrado a Iryo y a Renfe y ha provocado malos resultados económicos en corredores que eran muy rentables. Es más, Puente avanzó en Onda Cero que su departamento estudiaba cómo abordar lo que calificó de dumping y adelantó la posibilidad de acudir a la propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En relación a ese paso, fuentes del ministerio indican a infoLibre que una de las claves para decidir si se recurre o no finalmente a esa vía de actuación serán las cuentas definitivas de 2023 que Ouigo tiene que presentar “en un plazo breve” de tiempo, durante las próximas semanas.
Buscan ver la evolución de los números y comprobar si la operadora francesa continúa en pérdidas, tras cerrar 2021 con un agujero de alrededor de 40 millones y que los números rojos alcanzaran los 36 millones en 2022; o si han logrado “enderezar el rumbo” de sus finanzas. “Si continúan con fuertes pérdidas” y siguen con la rebaja de precios, podrán argumentar el dumping ante Competencia. Con todo, las fuentes consultadas ven “difícil” que la solución llegue por ese camino y confirman que Transporte valora otro tipo de fórmulas que pudieran resultar mejores. De momento, están pendientes para mover ficha de las cuentas de la compañía francesa. Desde ese lado, apuntan que serán “equilibradas” y destacan que han invertido 700 millones en material rodante en España -el ministerio replica que no así en trenes nuevos, como ha hecho Iryo, por ejemplo-.
La operadora francesa tiene comprometida su presencia durante una década en corredores de alta velocidad españoles y Puente ha defendido que la competición con el resto “tiene que ser en buena lid” y ha de “permitir que las tres empresas obtengan beneficios o, como mínimo, no tengan pérdidas". En el caso de Renfe, incurrió en ellas el ejercicio pasado, pese a haber cerrado el año con casi récord de pasajeros, sólo por debajo de la cifra de 2006.
Las fuentes sondeadas explican que lo que está en juego tras la batalla de precios son los “servicios que presta Renfe en las líneas que no son tan rentables”, pero que “hay que mantener por cohesión de país”, las que “son de todos, puesto que es un servicio público”, argumentan.
Y hay otra cara del conflicto. El ministro de Transportes ha puesto sobre la mesa en una reunión bilateral con el titular francés de esa cartera, Patrice Vergriete, la exigencia de "reciprocidad" en el acceso al mercado ferroviario galo, que se le resiste a Renfe. Desde el ministerio han admitido que no está habiendo una “equiparación” entre las condiciones en las que ambas compañías, Ouigo y Renfe, operan en los territorios del otro. Puente ha aseverado que llevan tiempo trabajando en Francia, donde intentan llegar a París, centro turístico mundial que acogerá las Olimpiadas este año, si bien ha reconocido que les están poniendo “todas las dificultades del mundo”.
Si hay incidencias, "avisan si acaso por 'sms'"
UGT se ha alineado con Transportes, al entender que la política agresiva de precios "irreales" de Ouigo es “competencia desleal” y va en contra de "un modelo ferroviario sostenible", por lo que puede acabar poniendo en riesgo la viabilidad futura de Renfe. Fuentes del Sector Ferroviario de la organización sindical engarzan a lo expuesto que creen “muy injusto" el "trato al cliente, en todo lo que no es" la cuantía del billete. Afean que "no haya nadie que los atienda", de forma que, “si hay alguna incidencia y un tren no puede circular, si acaso mandan un 'sms' para avisar”, no como en el caso de Iryo, además del de Renfe, “que sí tiene personal para decirte qué puedes hacer y proponerte alternativas”.
Anotan, luego, que las condiciones laborales de los trabajadores son mejorables y lamentan que "mientras el Gobierno español les facilitó su entrada, la incentivó cumpliendo con la Unión Europea, ellos sólo han concedido rutas como las de Lyon o Marsella, que no son en las que más viajeros se mueven, como sí sucede al revés”.
Desde UGT subrayan la importancia del ferrocarril "para la lucha contra el cambio climático", por lo que piden a las administraciones que "garanticen que se mira por el interés común de España como Estado y de los españoles" y no por "unos beneficios mayores o menores" de algunos.
España cuenta con una red ferroviaria de 15.615 kilómetros, de los que más de 3.500 son de alta velocidad. Esta última es la más extensa de la Unión Europea (UE) y alrededor de ella ha estallado una guerra de precios. A partir del 11 de mayo de 2021 desembarcaron en territorio español las compañías low cost Ouigo -propiedad del Estado francés a través de la empresa pública de ferrocarril SNCF- e Iryo -participada por Trenitalia, entidad estatal italiana del sector-, a las que hay que sumar Avlo, la marca de Renfe.