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PERSECUCIÓN AL PERIODISMO

El tribunal de Kirguistán prorroga la cárcel de ocho de los 11 periodistas acusados de incitar a disturbios

Once periodistas críticos con el Gobierno llevan dos meses en la cárcel en Kirguistán, acusados de incitar a disturbios masivos

Metin Kazama (OCCRP)

El tribunal del distrito de Pervomayskiy, en Biskek, capital de Kirguistán, prorrogó este martes la detención preventiva de ocho periodistas acusados de “incitar a los disturbios de masas”, unos arrestos que se producen en medio de una represión generalizada de la libertad de expresión por parte del Gobierno de esta república exsoviética situada en Asia Central.

El tribunal permitió a otros dos periodistas salir del centro de detención, pero les ordenó permanecer en arresto domiciliario durante los próximos dos meses. Finalmente, el tribunal puso en libertad a otro periodista, pero le prohibió salir del país.

Los 11 periodistas trabajaban en Temirov Live, un medio de investigación periodística en internet que ha sacado a la luz casos de corrupción de los funcionarios del Gobierno. El fundador del medio, Bolot Temirov, ha rechazado la acusación de que los periodistas hayan incitado a los disturbios con sus reportajes. “Uno podría reírse de este absurdo si no fuera tan triste”, ha declarado a OCCRP, la red de medios de investigación a la que pertenece infoLibre y para la que también trabaja Temirov Live.

“La vista judicial de hoy [por este martes] ha sido una oportunidad para que las autoridades demuestren en la práctica que declaran que en Kirguizistán hay libertad de expresión y no se producen persecuciones políticas”, ha añadido.

Campaña de intimidación

Las detenciones de los periodistas, el pasado 16 de enero, provocaron la indignación internacional de organizaciones como la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que pidió al Gobierno de Kirguizistán “que proteja la libertad de expresión”. “Estas últimas acciones de las autoridades parecen formar parte de un patrón más amplio de presión contra activistas de la sociedad civil, periodistas y otras personas críticas con las autoridades”, denunció entonces en un comunicado la portavoz de la organización de la ONU, Liz Throssell.

También ocho grupos internacionales, entre ellos Human Rights Watch, emitieron por separado una declaración conjunta en la que instaban al Gobierno a “dejar de intimidar y acosar a los periodistas”. Temirov Live, en particular, ha sido objeto de ataques por parte de las autoridades kirguís.

Así, en 2022, Bolot Temirov fue desposeído de su ciudadanía kirguís y deportado a Rusia, donde también tiene pasaporte. Esa medida se tomó después de que la policía registrara las oficinas de Temirov Live, donde los agentes dijeron haber encontrado una pequeña bolsa de marihuana. Bolot declaró que la policía la había colocado entre sus pertenencias.

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Las autoridades del país también han puesto en el punto de mira a otro miembro de OCCRP, Kloop. De hecho, la Fiscalía de Biskek presentó una demanda en agosto de 2023 pidiendo al tribunal que ordenara su cierre. En una sentencia de 10 de febrero, el tribunal lo clausuró.

Los expertos que testificaron en las vistas contra Kloop llegaron a declarar que los informes sobre la corrupción en el país habían desencadenado crisis nerviosas y otros problemas de salud mental entre la población. Los abogados de Kloop han declarado que recurrirán la sentencia.

El país fue en su día, con mucho, la más libre de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central. Sin embargo, en los últimos años, bajo un presidente, Sadyr Japarov, que combina la retórica populista con métodos de control al estilo ruso, la soga se ha tensado. Numerosos medios de comunicación independientes han sido presionados o cerrados. En la clasificación mundial de la libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras, Kirguistán ha perdido 50 puestos en un año, pasando del nivel de Japón al de Sudán del Sur.

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