¿Se vaciará la 'hucha' de las pensiones?

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Antes incluso de que el Gobierno empezara a sacar dinero del Fondo de Reserva de la Seguridad Social en 2012 y cuando la conocida como hucha de las pensiones aún alcanzaba sus máximos, ya eran frecuentes los presagios sobre el agotamiento de esta herramienta creada en 1997 en el seno del Pacto de Toledo. “Tiene los años contados”, vaticinaba en 2009 Mariano Rabadán, presidente de Inverco, la patronal de los fondos de pensiones. Al año siguiente, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) pronosticaba que, sin una reforma del sistema público de pensiones, el Fondo de Reserva se vaciaría en 2029. Con una reforma que aumentara hasta los 67 años la edad de jubilación y se extendiera a 20 años el periodo para calcular la cuantía de la pensión, sobreviviría hasta 2037. Y si ese plazo de cálculo se ampliara a toda la vida laboral del trabajador, la hucha de las pensiones llegaría hasta 2042.

Toda una crisis económica y del empleo después, además de consumada la reforma de las pensiones –que incluía la jubilación a los 67 años y un periodo de cálculo de 25 años, amén de otras medidas de recorte– los augurios son aún más apremiantes. Lógico: hasta entonces la hucha no ha había hecho otra cosa que engordar. Pero 2012 fue el primer año en que un Gobierno decidió echar mano del Fondo de Reserva para pagar las extras de los pensionistas. Un gesto que se ha repetido cada ejercicio hasta sumar un total de 37.701 millones de euros a día de hoy.

La hucha alcanzó su máximo en 2011, con José Luis Rodríguez Zapatero en Moncloa y tras cuatro años de crisis, cuando guardaba 66.815 millones de euros. Por tanto, desde que gobierna Mariano Rajoy ha perdido el 56,4% de sus fondos. Sin contar la partida que el próximo diciembre el Gobierno volverá a detraer para pagar la extra de Navidad de los pensionistas. Y los Presupuestos del Estado prevén sacar en 2016 otros 6.283 millones.

El Fondo de Reserva no paga las pensiones

Así que las alarmas saltan aún con más fuerza. El Círculo de Empresarios fecha en 2019 el fin de la hucha. La consultora Torres Watson, por su parte, dibuja tres escenarios. El más pesimista establece en 2020 el agotamiento del Fondo de Reserva, si el paro sigue en los niveles actuales. El más optimista fija el vaciamiento de la hucha en 2028, suponiendo que el desempleo baje al 10% en ocho años. El neutral prevé que se acabe en 2024, con un paro del 15% los próximos 10 años. Esta proyección considera invariables los salarios, con una subida de sólo el 1% hasta 2032. Aseguradoras y consultoras (desde Aegon hasta Mercer) sitúan sus propias predicciones en esa banda, de 2019 a 2024.El Ministerio de Empleo preveía en 2013, antes de aprobar la reforma de las pensiones, que el fin de la hucha no llegara hasta 2025.

El Fondo de Reserva, en cualquier caso, nació para cubrir los problemas de liquidez transitoria de la Seguridad Social, para atender las “necesidades de caja” del sistema. Y para eso se está empleando. La crisis ha multiplicado el paro y rebajado el número de afiliados a la Seguridad Social; por tanto, también la recaudación de cotizaciones. En cambio, el número de pensionistas no deja de crecer, al igual que la cuantía de las pensiones.

Como explicó este verano el foro de expertos del Instituto Aviva, creado por una de las principales aseguradoras del mundo, el Fondo de Reserva es un “colchón” y su agotamiento “no debe confundirse de ninguna manera con la quiebra del sistema de pensiones públicas”. Las pensiones, explica el foro, “no se pagan con el Fondo de Reserva, sino con las cotizaciones corrientes, y si éstas fuesen puntualmente insuficientes en algún momento, existen mecanismos de financiación alternativos, incluyendo préstamos y aportaciones estatales”.

Los ingresos por cotizaciones no despegan 

Ese mensaje, sin embargo, no diluye los problemas del sistema. Pese a que la afiliación a la Seguridad Social ha crecido un 3,17% en lo que va de año, la recaudación de cotizaciones sólo ha aumentado un 1,45% hasta agosto. Aunque el Gobierno ha aumentado las bases de cotización e impuesto una cuota a las retribuciones en especie, los bajos sueldos y el aumento del trabajo a tiempo parcial impiden el despegue de los ingresos del sistema. La precariedad del empleo que se crea y la devaluación salarial –la receta que aplica el Gobierno para salir de la crisis– están obligando al Ejecutivo a vaciar la hucha de las pensiones para parchear una recuperación anémica.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) advirtió el pasado julio al Gobierno de que la Seguridad Social no cumplirá el objetivo de déficit para este año, fijado en el 0,6% del PIB. Por el contrario, calcula que superará el 1% y cifra en 4.000 millones de euros la desviación acumulada hasta mayo. El Ejecutivo había previsto que las cotizaciones crecieran este año un 6,8%, pero hasta agosto no han aumentado más que el 1,45% antes mencionado. La Airef culpa del raquitismo de los ingresos a las tarifas planastarifas planas de cotizaciones que el Gobierno ha ido multiplicando en los dos últimos años. Esas subvenciones a los contratos, o exención de cuotas a las empresas, suponen una merma de unos 2.500 millones de euros para las arcas públicas.

Pese a estos datos, el Gobierno ha elaborado un Presupuesto para 2016 que persiste en el pecado. Para el próximo ejercicio prevé un alza de las cotizaciones del 6,75% sobre los 109.833,3 millones de euros previstos,  y difícilmente alcanzables, este año. En realidad, espera un aumento aún mayor, del 8,28%, acompañado de una caída del 13,26% en las cotizaciones de los desempleados, por la bajada del paro. Así, fija un objetivo de déficit para la Seguridad Social del 0,3% del PIB, tres décimas menos del objetivo que no cumplirá este año. El cálculo se basa en un crecimiento del PIB del 3,3% en 2016 y una tasa de paro que baje del 20% a fin de año. Habrá que ver cómo afecta la ralentización de la economía mundial, fruto del frenazo chino y de los países emergentes, a la economía española. Por el momento, la creación de empleo se ha moderado en el segundo trimestre y ésa parece que será la tónica hasta acabar el año.

Impuestos en lugar de cotizaciones

Consciente de la crisis, el Ministerio de Empleo ha propuesto dejar de financiar con cotizaciones las pensiones de viudas y huérfanos, que suman unos 25.000 millones de euros al año. Es una idea que ya planteó en su día CCOO y que rechaza el PSOE. Los socialistas prefieren aumentar las transferencias de los Presupuestos del Estado a la Seguridad Social o bien crear una nueva cotización solidaria como en Francia. Comisiones Obreras también vería con buenos ojos un impuesto específico que sea progresivo. La Airef ya propuso en su informe de julio cargar sobre los Presupuestos del Estado parte de la financiación del déficit de la Seguridad Social, aunque sin más precisiones.

Al tiempo, el Gobierno apoya el recurso a los planes de pensiones privados para complementar las pensiones públicas. Se alinea así con los intereses del sector del ahorro privado y con las declaraciones del gobernador del Banco de España, Luis Linde. Si el primero alienta el fantasma del agotamiento del Fondo de Reserva, el segundo advierte de la reducción “inexorable” que amenaza a las pensiones públicas en el largo plazo, “salvo que se combinen con el ahorro privado”.

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La 'hucha', invertida en Bolsa

Una vieja idea para que el Fondo de Reserva recupere el vigor perdido es aumentar su rendimiento. Su capital está invertido al 100% en renta fija. Desde 2014, sólo en deuda pública española. Hasta ese momento, también poseía bonos alemanes, franceses y holandeses, de los que se ha ido desprendiendo. En 2007, en pleno apogeo económico, el dinero de la hucha estaba invertido al 50% en deuda española y extranjera. Fue entonces cuando el Gobierno del PSOE planeó que se colocara también un 10% en Bolsa. El proyecto no llegó a aprobarse.

En sus 15 años de vida, el Fondo de Reserva ha obtenido unos rendimientos de 23.651 millones de euros, que se añaden a las aportaciones anuales del Estado: la de mayor cuantía ascendió a 9.400 millones de euros en 2008; pero no ha habido ninguna en 2009, ni desde 2011 hasta ahora por culpa de la crisis. El Gobierno del PP ni siquiera ha pensado en recuperar la propuesta socialista de invertir en Bolsa. Tampoco los sindicatos lo consideran adecuado. Aumentaría la rentabilidad, pero la hucha quedaría a expensas de las inestabilidades del mercado bursátil.

Antes incluso de que el Gobierno empezara a sacar dinero del Fondo de Reserva de la Seguridad Social en 2012 y cuando la conocida como hucha de las pensiones aún alcanzaba sus máximos, ya eran frecuentes los presagios sobre el agotamiento de esta herramienta creada en 1997 en el seno del Pacto de Toledo. “Tiene los años contados”, vaticinaba en 2009 Mariano Rabadán, presidente de Inverco, la patronal de los fondos de pensiones. Al año siguiente, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) pronosticaba que, sin una reforma del sistema público de pensiones, el Fondo de Reserva se vaciaría en 2029. Con una reforma que aumentara hasta los 67 años la edad de jubilación y se extendiera a 20 años el periodo para calcular la cuantía de la pensión, sobreviviría hasta 2037. Y si ese plazo de cálculo se ampliara a toda la vida laboral del trabajador, la hucha de las pensiones llegaría hasta 2042.

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