"La relación de las mujeres con la violencia es un continuo a lo largo de toda la vida". Las palabras pertenecen a la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell. Y fueron pronunciadas este lunes, tras anunciar la esperada nueva estadística de feminicidios fuera de la pareja y con ella la dimensión real de la violencia machista. Entre los meses de enero y junio del presente año, un total de 19 mujeres han sido asesinadas a manos de hombres con los que no mantenían una relación de pareja. Eran vecinos, compañeros de piso, hijos, nietos, amigos. Y acabaron con sus vidas por una razón: el odio visceral hacia las mujeres.
Los nombres estaban presentes desde hace mucho –Diana Quer, Laura Luelmo, Nagore Laffage–, pero desde este lunes las cifras se han hecho un hueco en los registros oficiales. A las 19 víctimas mortales hay que añadir otras 23 vidas segadas por la violencia de género dentro de la pareja durante los primeros seis meses del año. La violencia extrema contra las mujeres en su definición más amplia y más precisa, sin relegar a ninguna víctima a los márgenes, suma un total de 42 mujeres asesinadas entre enero y junio. Los números dan cuenta de un problema estructural que pide a gritos el despliegue de políticas públicas capaces de aplacar la violencia machista en todas sus formas.
"Han pasado 20 años sin que esas mujeres ni siquiera hayan sido tenido en cuenta por las instituciones", enfatizó este lunes la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez. Los datos confirman lo que las expertas vienen afirmando desde hace décadas: la violencia contra las mujeres sobrepasa los límites de la pareja. Cifrar sus dimensiones es el primer paso para combatirla, por lo que esta estadística nace con el propósito de diseñar herramientas capaces de prevenir, detectar y combatir una forma de violencia hasta ahora olvidada, añadía este lunes la secretaria de Estado. Un mandato que bebe además de acuerdos internacionales como el Convenio de Estambul, cuyo articulado demanda una definición más holgada de la violencia contra las mujeres. La nueva estadística convierte a España en un país pionero a nivel europeo.
Las víctimas ya no serán ignoradas
Un vistazo a la nueva estadística y a la tradicional base de datos sobre violencia de género permite trazar algunas comparativas. La primera conclusión es clara: la violencia fuera de la pareja avanza en paralelo y a un ritmo casi idéntico a la violencia dentro del ámbito de las relaciones sentimentales. Por lo tanto, existe una dimensión nada desdeñable de violencia machista ignorada por las autoridades que no ha encontrado cobijo en las instituciones. Al menos hasta ahora. "Hoy empezamos a saldar una deuda histórica con todas las víctimas de violencias machistas", ha señalado la ministra de Igualdad, Irene Montero, en sus redes sociales.
En el primer trimestre del año, la violencia de género ejercida a manos de un varón que era la pareja o expareja de la víctima dejó un total de ocho mujeres asesinadas. En ese mismo periodo, la violencia machista fuera de la pareja segó la vida de seis mujeres. En el segundo trimestre, la primera categoría elevó el número de asesinatos a quince y la segunda clasificación registró doce feminicidios. Las diferencias son mínimas.
El 58% de los feminicidios de la nueva estadística corresponde al ámbito familiar. Es decir, once mujeres han sido asesinadas por hombres con los que compartían algún grado de parentesco. En concreto, seis eran hijos de la víctima, tres nietos, uno era el padre y un último era otro miembro de su familia sin especificar.
Dos de los casos recabados por las estadísticas corresponden a la categoría de feminicidios ligados a la violencia sexual, un 10% del total. Los presuntos agresores fueron un vecino y un conocido. Las víctimas mortales, dos chicas menores de dieciséis años.
Los seis feminicidios restantes son los que el Ministerio de Igualdad ha dado en llamar sociales, es decir, los cometidos por parte del entorno de la víctima. Representan el 32% de los casos y son, por lo tanto, los segundos más abundantes en el semestre estudiado. En tres de ellos, el agresor era un vecino, dos eran compañeros de piso y el restante, otro conocido de la víctima.
Víctimas mayores y agresores jóvenes
La relación del agresor con la mujer asesinada es determinante: en la totalidad de los casos, quienes cometen el feminicidio son conocidos. Este hecho, constatado ahora por las estadísticas, reafirma la convicción de que la violencia machista echa raíces profundas en el entorno de la víctima e impugna el “relato del terror” en torno a la violencia a manos de desconocidos, un mito especialmente extendido en el caso de la violencia sexual. Además, abunda el primer estudio sobre feminicidios, el 57,9% de los agresores eran familiares de la víctima.
En cuanto a la edad, más de la mitad de las mujeres víctimas de violencia machista fuera de la pareja son mayores de sesenta años: el 57,9%. El dato contrasta con la violencia dentro de la pareja o expareja, donde el grupo de edad mayoritario está entre los 41 y 50 años (el 52,2%). “Es notable la diferencia entre los rangos de edad donde se producen los feminicidios”, señala el departamento de Irene Montero. El equipo que confecciona la estadística cree oportuno “observar si esta tendencia se mantiene cuando se disponga de una serie temporal mayor”.
El registro sobre feminicidios confirma el impacto de la violencia entre las mujeres de edad más avanzada cuando la lupa se aproxima a las tasas por cada cien mil mujeres. En ese escenario, la tasa más alta se da entre las mujeres mayores de 84 años, seguida por la franja de edad entre 61 y 70 años. En cambio, cuando se trata de la violencia en pareja, la tasa por cada cien mil vuelve a recaer en el grupo de 41 a 50 años.
¿Y qué hay del perfil de los agresores? El 47,4% de ellos tenía edades comprendidas entre los 21 y 40 años. En el caso de la violencia en pareja o expareja, el grueso de los agresores (52,2%) tiene entre 41 y 50 años. Es decir, en el ámbito de los feminicidios fuera de la pareja las víctimas son más mayores, pero los agresores más jóvenes.
El primer semestre de 2022 registró 19 feminicidios fuera de la pareja, todos cometidos por conocidos
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Finalmente, el 78,9% de los victimarios agrupados en el nuevo recuento era de nacionalidad española. Coincide a grandes rasgos con la nacionalidad predominante en el caso de la violencia en pareja: en el primer semestre del año, el 65,2% de los maltratadores machistas era de origen español.
El problema de la infradenuncia
Si algo caracteriza a la violencia contra las mujeres, es el problema de la infradenuncia. En el primer semestre del año, el 69,9% de las víctimas mortales de violencia dentro de la pareja no había dado el paso de denunciar a su agresor. Si el problema ya era acuciante, las formas de violencia hasta hoy invisibilizadas demuestran el gran trabajo que queda por hacer en esa materia: el 89,5% de las mujeres asesinadas en otros contextos ajenos a la pareja no había denunciado. Solo dos acudieron a las autoridades, ambas incluidas en la categoría de feminicidio familiar.
Por otro lado, solo en el 21,1% de los casos existió un intento de suicidio por parte el hombre que cometió el crimen. En el caso de la violencia de género según su definición original, el 52,2% de los agresores intentaron suicidarse o lo lograron.