A casi dos meses de que el Festival de Eurovisión aterrice en Turín, la propuesta española no deja de encadenar polémicas. La primera resonó con fuerza después de que el sistema de votación destapara un entramado contrario al sentir popular. Inmediatamente después, la misma noche en que la artista Chanel Terrero salió victoriosa contra todo pronóstico, las redes sociales se llenaron de minuciosos análisis sobre la letra que representará a España. Entonces llegaron los artículos de opinión en prensa y la crítica se instaló, incluso, en el tablero político. Ahora, el Observatorio de Igualdad de RTVE se pronuncia contundente: "La canción perpetúa estereotipos sexistas" vinculados a "la sexualización y plena disponibilidad de las mujeres".
Lo cierto es que la letra de la canción ha cosechado abundantes detractores, algunos incluso han apreciado una suerte de apología de la prostitución. "Llegó la mami / La reina, la dura, una Bugatti / El mundo 'tá loco con este body / Si tengo un problema, no es monetary / Les vuelvo loquito' a todos los daddie'". El análisis se quedaría en el plano de lo teórico, incluso en un tema de tertulia, si no fuera por un detalle: la canción representa a todo un país y es una entidad pública quien la lleva por bandera. La diputada socialista Lídia Guinart criticó a finales de febrero la letra en la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación RTVE. Guinart denunció el "sugardadismo" al que "remite la letra de la canción elegida", una forma de "prostitución". "La normalización de la mercantilización del cuerpo de las mujeres no parece el mejor de los mensajes para representar a una televisión pública sobre la que, como ya hemos indicado en repetidas ocasiones, pesa la obligación legal, pero también ética, de ser ejemplo en el camino hacia la plena igualdad real entre mujeres y hombres", apreciaba entonces la parlamentaria.
La posición de los partidos políticos
En las filas del Partido Socialista es evidente la preocupación. Andrea Fernández, secretaria de Igualdad del partido, lamenta que la letra haga "referencia a sugar daddies, como una celebración de éxito", algo que a su juicio "tiene poco que ver" con los valores que definen a la sociedad española. Hasta el momento, solamente Ciudadanos se ha alineado del lado de la canción y ha criticado la "censura" por parte de los socialistas.
Con motivo del 8M, precisamente, los nacionalistas gallegos del BNG lanzaron una campaña poniendo sobre la mesa la letra de SloMo: como ejemplo del dictado patriarcal. La formación estampó los versos de la canción en varios carteles, dando cuenta de la "cosificación" que sufren las mujeres. Por ejemplo, la formación plasmó el fragmento "si tengo problema, no son monetary" para impugnarlo: "Vaya si son. Las mujeres seguimos soportando la brecha salarial".
Las gallegas Tanxugueiras, que cosecharon el 70,7% del sufragio popular y se coronaron como ganadoras en el voto demoscópico, se han pronunciado. La letra, reconocen, no las "representa", pero defienden a la artista que la interpreta: "Las flechas tendrían que ir contra quien la haya escrito".
El Observatorio de Igualdad es tajante
¿Cuál es la posición de RTVE? De momento, ninguna. El presidente de la corporación, José Manuel Pérez Tornero, aseguró en sede parlamentaria que la entidad pública estudiaría la letra para sopesar un eventual cambio. Días después, fue Ignacio Elguero, directivo de RTVE, el que reiteró la voluntad de analizar la letra y tomar una decisión, a preguntas de la Defensora del Espectador. Pero esta vez trasladó la responsabilidad al Observatorio de Igualdad, sin haberlo consultado previamente con el organismo, según detallan fuentes internas. El Observatorio, sin embargo, no tiene poder para tomar una decisión de ese calado, pues se trata de un órgano meramente consultivo. Así lo ha dejado claro su presidenta, Concepción Cascajosa: "Cualquier actuación derivada de las recomendaciones realizadas por el Observatorio de Igualdad corresponde a los órganos ejecutivos de la Corporación RTVE", ya que no es responsabilidad de la entidad "ninguna decisión sobre un eventual cambio de la letra".
Entre sus componentes, no obstante, está claro: la letra es nociva para las mujeres y no debería ser tolerable en el seno de un organismo público que tiene como mandato la promoción de la igualdad. RTVE, confirman las voces consultadas, no ha decidido todavía si es pertinente un cambio en la letra, a pesar de que algunas informaciones publicadas este miércoles anunciaban ya una decisión favorable a mantener la versión original.
En parte gracias a esta polémica, aunque no solo, el II Plan de Igualdad de RTVE, consolidado este mismo lunes, incorpora un elemento clave: la creación de un grupo de trabajo que vigile los contenidos en los programas de producción ajena, con el propósito de velar por que los compromisos en materia de igualdad permanezcan intactos.
¿Sexismo o empoderamiento?
"Lo mágico que tiene un producto cultural es que cada cual lo siente e interpreta como considera", introduce Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres. "Alguien puede ver en esta canción poesía y me parecerá bien". Pero el debate va más allá de lo individual, afirma: "Lo que hay que cuestionar es el mensaje en cuanto a representación de la mujer". Y ahí, señala, no caben interpretaciones. "La canción está construida sobre el mito de la disponibilidad sexual femenina", un estereotipo que "perjudica la posición social de las mujeres". Soleto, que es además miembro del Observatorio de Igualdad de RTVE, pone de relieve lo nocivo de algunas construcciones, como "hasta el final, yo no me detengo", cuyas consecuencias son que "los hombres crean que el consentimiento es algo relativo".
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La periodista y escritora Noemí López Trujillo enmienda esta lectura. "La sexualidad de las mujeres está secuestrada y cualquier cosa que hagamos con ella" corre el riesgo de ser instrumentalizada y cuestionada. Las mujeres, analiza la feminista, tienen "muy poco margen de maniobra para reivindicar" su sexualidad: seguir las "expectativas de la mirada patriarcal" las convierte de inmediato en unas "traidoras del feminismo", cuando a su entender "usar los códigos impuestos por el patriarcado" podría ser en realidad un "instrumento bastante potente de reivindicación". La periodista se pregunta en qué consiste la hipersexualización de las mujeres y si es verdaderamente feminista "asumir los códigos masculinos para neutralizar" la imagen de las mujeres y así "ser más respetables".
La dramaturga y escritora Alana Portero reivindica sencillamente el disfrute que subyace tras la propuesta musical, al margen de lecturas estrictamente políticas y de lo que considera un sobreanálisis excesivo. "No perpetúa nada, radicalmente no", opina. "No es una canción humillante" y de hecho es "ella quien lleva las riendas". Portero cree importante celebrar la pieza musical como genuinamente festiva: "Estamos intelectualizando algo que no tiene sentido sobreanilizar. Es una propuesta divertida, mainstream, de un estilo de música que ahora es mayoritario y que habla de sexo". López Trujillo se detiene en esa esfera, precisamente para reseñar que "lo festivo es político", en tanto que el "disfrute es un privilegio: celebrar nuestros cuerpos también incluye reivindicar nuestra sexualidad y nuestra hiperfeminidad".
Si en algo coincide Marisa Soleto es precisamente en lo que considera un análisis estéril. Cree innecesario un comentario de texto por cada estrofa de la pieza, defiende la calidad artística de su intérprete, pero recuerda que "la estereotipia está estudiada" y no es baladí. Ante el debate que sin duda existe, la feminista se pregunta si un organismo público como RTVE "se puede permitir la duda". Subraya que la respuesta la tienen que dar otros y zanja la polémica con una opinión personal: "Como feminista… yo soy de Tanxugueiras".
A casi dos meses de que el Festival de Eurovisión aterrice en Turín, la propuesta española no deja de encadenar polémicas. La primera resonó con fuerza después de que el sistema de votación destapara un entramado contrario al sentir popular. Inmediatamente después, la misma noche en que la artista Chanel Terrero salió victoriosa contra todo pronóstico, las redes sociales se llenaron de minuciosos análisis sobre la letra que representará a España. Entonces llegaron los artículos de opinión en prensa y la crítica se instaló, incluso, en el tablero político. Ahora, el Observatorio de Igualdad de RTVE se pronuncia contundente: "La canción perpetúa estereotipos sexistas" vinculados a "la sexualización y plena disponibilidad de las mujeres".