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Ellos a los mandos y ellas ganando títulos: sólo dos presidentas para 64 federaciones deportivas

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Laura Prieto

441 miembros y sólo 38 mujeres. Así fue la asamblea para decidir el futuro de Rubiales, tras ser acusado de besar sin consentimiento a una jugadora. Dos días después, en Las Rozas, se reunían los presidentes de las federaciones autonómicas en una imagen no menos impactante: veinte hombres y una mujer, la transcriptora.

El abuso a Jenni Hermoso ha puesto de manifiesto la falta de paridad en las altas esferas del deporte español. En el caso del fútbol, solamente Valencia cumple con el umbral mínimo de un 40% de cargos femeninos dentro de la junta directiva, y lo hace porque existe una normativa autonómica que obliga. La disparidad se da en todos los ámbitos: de los once miembros del estamento de árbitros, diez son hombres; de los 16 de entrenadores, son el 100%.

Con la nueva Ley del Deporte de 2022, todas las federaciones tendrán que cumplir con lo que ya establecía la Ley Orgánica de 2007: “No puede haber ni más de un 60% de personas de un sexo, ni menos de un 40% del otro”. Parece un reto complicado a menos de cuatro meses de que termine el fin de ese plazo, ya que la mayoría de federaciones no lo cumple y, en el caso de la RFEF, las mujeres son apenas un 9% de la plantilla.  

Sumar ha enviado una carta al ministro Miquel Iceta exigiendo la aplicación de los controles necesarios para hacer que se cumplan estos cupos, así como pidiendo que se modifique el texto jurídico para incluir sanciones específicas. La Asociación Para Mujeres en el Deporte Profesional lleva denunciando hechos similares desde 2016. Pilar Calvo, secretaria general de la organización y jugadora profesional de tiro al plato, afirma: “Nosotras exigimos que haya paridad total desde hace ya casi diez años y no han cambiado las cosas, así que sí, hacen falta sanciones. Si no, nadie va a hacer nada”. 

Solo un 25% de mujeres en las comisiones delegadas y juntas directivas

Un 3% de las federaciones que hay en España están presididas por mujeres, es decir, dos de las 64. En remo está Asunción Lorente y, en salvamento y socorrismo, Isabel García Sanz. Ambas han asegurado haberse sentido discriminadas y cuestionadas por compañeros en su proceso de toma de poder. Calvo recuerda que “más del 85% de los puestos de toma de decisiones están ocupados por hombres” o, lo que es lo mismo, sólo el 25% de los 1.684 cargos de las comisiones delegadas y juntas directivas (órganos de decisión) son femeninos, según datos del Consejo Superior de Deportes. En el caso de las delegaciones autonómicas está cifra cae al 7%. Sucede, por ejemplo, en ciclismo, natación o tenis. Son tres deportes donde el número de mujeres y hombres federados es similar, pero donde hay menos de tres o cuatro presidentas de federaciones autonómicas. 

En el caso de la gimnasia, el baile deportivo o la hípica, donde las licencias femeninas superan hasta en un 30% a las masculinas, no se da esta disparidad. El número de presidentas autonómicas sigue siendo minoritario y, en el voleibol, con un 73% de federadas, sólo hay un 19% de mujeres en la junta. Todas ellas vocales. Entre los diez deportes con mayor presencia femenina, el surfing es el único en el que hay más directivas que porcentaje de suscritas, eso sí, es tan sólo un 0,05% superior.

Calvo denuncia que muchas de las federaciones que han incluido mujeres en los últimos años las han relegado a puestos “sin poder efectivo", como los de vocales o secretarias, para poder recibir las ayudas a la igualdad del CSD: “Las federaciones actúan como les da la gana. Hay hombres que llevan ahí toda la vida y se agarran como pueden al poder, sin que haya ningún tipo de control”.

En baloncesto se espera que Elisa Aguilar acabe por convertirse en la primera mujer de la historia que presida la FEB. Ahora mismo el órgano está en funciones y ninguna mujer dirige una junta directiva regional. En este deporte, sus jugadoras llevan más de una década intentando impulsar un convenio colectivo. Llegaron a tenerlo en 2008 pero no duró ni un año por las presiones de los clubes.

“En 2019 fue muy sonada la sanción que recibieron las jugadoras de vóley playa de Noruega por negarse a competir con poca ropa. Ese uniforme, ¿sabes dónde se elige? En las juntas compuestas por hombres. Y son estas juntas las que escriben los reglamentos, por ejemplo, los de esgrima y tenis que contemplan 15 minutos de descanso por un cólico, pero no que se pueda parar un partido porque a una jugadora que ha sido madre le sube la leche. Todo eso lo están decidiendo hombres que ni se plantean cuáles son nuestros problemas. Por eso es necesario que haya mujeres en todas, de ello dependen nuestros derechos”, explica Calvo, que lamenta que se toman medidas “puntuales” cuando se denuncia, pero luego todo “queda olvidado”. 

Antes de que se renovara la Ley del Deporte, el Consejo Superior de Deportes puso en marcha una subvención de hasta 67.000 euros para las federaciones que incluyeran en sus juntas, primero a tres mujeres y, más tarde, a cuatro o más, en función de su tamaño. “Ese dinero no se destinaba al deporte, sólo a temas como la conciliación o el estudio. Además, lo tenían que solicitar previamente los directivos y no lo han hecho en todos los deportes", puntualiza Calvo. La deportista también señala la falta de control en estas adjudicaciones, ya que en el fútbol han estado recibiendo la ayuda sin cumplir con esos mínimos. 

“Llevamos muchos años desde que se aprobó la ley de Igualdad y no ha cambiado absolutamente nada. Ahora dice el ministro que van a cambiar las cosas. A ver si es verdad", añade Calvo, que pone más ejemplos. En 2022 denunciaron que se habían retrasado dos años sin justificación las elecciones a la junta directiva de tiro al plato, a las que se iba a presentar la medallista olímpica María Quintanar: “¿Cuáles son las consecuencias? Ninguna, aunque lo hayamos denunciado.” No es optimista de cara al futuro y cree que la única solución para las federaciones grandes, como la de fútbol, es que se creen dos, una para los clubes masculinos y otra para los femeninos. 

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La desigualdad en las altas cúpulas deportivas no se queda sólo en España. Hay un problema de representación a nivel internacional, que afecta a clubes, federaciones y comités olímpicos. Sólo un 7,6% de dichas organizaciones tienen una mujer al frente. Annika Sörenstam, presidenta de la Federación Internacional de Golf, o Marisol Casado, en la Unión Internacional de Triatlón, son algunas de esas pocas. De todas las federaciones reconocidas por el COI, 16 de ellas (un 40%) no tienen ninguna mujer entre los tres puestos de mayor relevancia, mientras que 5 de 40 cuentan con más de dos. Vela, surf y taekwondo son las que más representantes femeninas tienen ( 4 y 2 respectivamente). 

El estudio Women 's Leadership and Decisión, de Step Un Equality Project, realizó una encuesta entre decenas de profesionales del deporte. Un 48% de ellas creía que la principal barrera para llegar a puestos de liderazgo era el ambiente hostil y poco solidario; por detrás, un 25% señalaba la limitación de roles y el sexismo.

Calvo lo tiene claro: “Si no hubiera pasado todo el escándalo de Rubiales, si sólo hubieran ganado el Mundial –algo que hacen las mujeres constantemente, la última victoria fue en judo– no habría pasado absolutamente nada”, pero gracias a toda la visibilidad que se está dando a la denuncia de Hermoso se está poniendo el foco en un sector acostumbrado a las desigualdades, como pasó anteriormente con las futbolistas de Estados Unidos, que lograron la paridad salarial con sus compañeros gracias a las protestas.

441 miembros y sólo 38 mujeres. Así fue la asamblea para decidir el futuro de Rubiales, tras ser acusado de besar sin consentimiento a una jugadora. Dos días después, en Las Rozas, se reunían los presidentes de las federaciones autonómicas en una imagen no menos impactante: veinte hombres y una mujer, la transcriptora.

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