“No desarrollamos este medicamento para los indios, lo hicimos para los pacientes occidentales que pueden permitírselo”. Las declaraciones de Marijn Dekkers, consejero delgado de la empresa Bayer, al Business Week resumen las intenciones de la industria farmacéutica internacional. La empresa alemana no ha desmentido estas declaraciones.
“Esto es un reflejo de la manera perversa en la que se desarrollan hoy en día los medicamentos”, denuncian desde Médicos Sin Fronteras (MSF). “Las enfermedades que no les reportan beneficios no entran en sus planes, y los pacientes que no tienen dinero para pagar los medicamentos se quedan una y otra vez fuera de la foto”, añaden.
Las desafortunadas palabras de Dekkers se enmarcan en la disputa que la farmacéutica alemana mantiene con el Gobierno indio. La Oficina de Patentes india puso fin en marzo de 2012 al monopolio de Bayer sobre el tosilato de sorafenib, un medicamento para combatir el cáncer de riñón y el de hígado. Tras emitir la primera licencia obligatoria en este país para un fabricante de medicamentos genéricos, el precio del fármaco, Nexavar, se redujo casi un 97%. De los 4.200 euros que costaba al mes pasó a costar menos de 135 euros.
La medida promovida por el Ejecutivo indio se fundamentó en que el elevado precio del producto “impedía que millones de personas pudieran tener acceso a él”, explican desde Médicos Sin Fronteras (MSF) a infoLibre. “No se trata de un caso aislado –denuncian desde la ONG–, sino de un capítulo más de esta historia”.
Patentes obligatorias
“Hay un problema de acceso a los medicamentos en los países en vías de desarrollo”, explican desde MSF. La principal causa de esta realidad es que los medicamentos son muy caros, de manera especial en estas regiones. Desde que en el año 2005 se pusiera en marcha el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), las patentes de los medicamentos pasaron a ser obligatorias. “Todos los países pertenecientes a la Organización Mundial del Comercio (OMC) tienen la obligación de conceder monopolios a las farmacéuticas tanto en fabricación como en distribución de medicamentos”, aclaran desde MSF. Durante 20 años las empresas farmacéuticas controlan la producción y el precio de sus fármacos.
“Algunos países tratan de flexibilizar sus leyes para limitar el daño de esta legislación en el acceso a los medicamentos”, explica la ONG. La emisión de la primera licencia obligatoria en India es un precedente decisivo para facilitar el acceso a medicamentos patentados. El ADPIC ampara las licencias obligatorias para superar las barreras de acceso a medicamentos esenciales. “Políticas como las de India apuestan por la salud pública frente a los intereses económicos de las farmacéuticas”, apuntan desde MSF.
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Con la Ley de Patentes de 2005 no sólo se incrementó el precio de los fármacos, sino que se limitó la producción de genéricos. Nuevos medicamentos esenciales, como los destinados a tratar VIH o el cáncer, dejaron de estar al alcance de millones de personas. Las palabras del responsable de Bayer demuestran que “la industria farmacéutica no tiene interés en los pacientes indios, su único interés es servir a los países ricos”, denuncian desde Médicos Sin Fronteras.
Batalla ganada en los tribunales
La medida del Gobierno indio fue calificada como “esencialmente robo” por parte de Dekkers, según recoge Business Week. A pesar de que la empresa Natco, fabricante genérico al que se otorgó la licencia, paga a Bayer un royalty del 6% de sus ventas, la empresa alemana apeló al Tribunal Superior de Bombay. El veredicto del Supremo rechazó el recurso y defendió la integridad de la Ley india de Patentes. El pasado jueves 23 de enero, la Junta de Apelación de la Propiedad Intelectual India (IPAB), también confirmó la legalidad de la licencia obligatoria. Se trata de “una victoria en el acceso a medicamentos esenciales de calidad en los países en desarrollo”, subrayan desde la organización.
“No desarrollamos este medicamento para los indios, lo hicimos para los pacientes occidentales que pueden permitírselo”. Las declaraciones de Marijn Dekkers, consejero delgado de la empresa Bayer, al Business Week resumen las intenciones de la industria farmacéutica internacional. La empresa alemana no ha desmentido estas declaraciones.