Quedan cuatro meses para las elecciones europeas y las candidaturas se multiplican. En las últimas semanas han surgido a izquierda y derecha aspirantes a hacerse un hueco en la Eurocámara. Y aunque los factores que citan son diversos (deterioro de la imagen del partido de Gobierno, falta de respuestas de la oposición, crisis económica, hartazgo ciudadano...), todos coinciden en señalar que estamos ante un momento clave, favorable a las caras nuevas.
La presencia en los comicios de Vox está confirmada a falta de candidato. Ciutadans hará público que se presenta el 1 de febrero, y comenzará la búsqueda de un cabeza de cartel. Podemos, la iniciativa de Pablo Iglesias, está en la situación contraria: tiene a su líder, pero le queda decidir si se presenta en solitario o se diluye en una candidatura más amplia. Por su parte, el Partido X inicia esta semana gira de presentación, y hasta el juez Elpidio José Silva se deja querer y sopesa liderar un nuevo movimiento con aspiraciones electorales.
Sea como sea, España elegirá 54 eurodiputados a finales de mayo. En el Parlamento Europeo habrá, tras la cita con las urnas, 766 escaños (15 más que en la legislatura que ahora termina), así que obtener uno o dos escaños puede tener más simbolismo que efectividad real a la hora de conformar mayorías. Entonces, ¿por qué el repentino interés por presentarse? ¿Es más fácil resultar elegido en unas elecciones europeas que en unas generales?
Cálculos electorales
Con matices, la respuesta es afirmativa. La legislación electoral de unas europeas es idéntica a la de las generales, con dos excepciones. Primera, se elimina la barrera de entrada del 3%. Segunda, la circunscripción es el Estado y no la provincia. ¿El resultado? Con respecto a unas generales, salen beneficiados quienes reciben un número de votos relativamente reducido con una distribución uniforme en todo el país y perjudicadas las formaciones pequeñas pero muy presentes en una parte del territorio.
Esto sucede porque, más que el mecanismo para repartir escaños –aquí también se aplica el sistema D'Hondt–, es la circunscripción provincial la que hace que partidos con pocos votos dispersos en todo el país queden prácticamente excluidos del reparto, y formaciones con muchos apoyos concentrados en un territorio logren muchos más escaños. Sirvan de ejemplo las generales de 2008. IU, 2 escaños con casi un millón de votos. CiU, 10 diputados con menos de 800.000 sufragios.
“La circunscripción única evita la dispersión del voto que impone la circunscripción provincial”, señala Pablo Iglesias, cara reconocible de varias tertulias televisivas y ahora impulsor de Podemos. “Cualquier persona que analice la cuestión sabe que es más fácil. En la circunscripción única se recogen todos los votos, y además no hace falta una gran campaña ni muchos mítines: en las europeas el número uno es el que más tirón tiene”, dice por su parte Miguel Ángel Jiménez, el abogado que la pasada semana propuso al juez Silva encabezar una candidatura.
Hasta la fecha se han celebrado en España seis elecciones al Parlamento Europeo. La representación más plural se logró en 1989, cuando once candidaturas lograron escaños, entre ellas, la Agrupación de Electores José María Ruiz Mateos y Herri Batasuna. En el extremo opuesto, en 2004 sólo PSOE, PP, y tres coaliciones (Galeusca, IU-ICV-EUiA y Europa de los Pueblos) se repartieron los 54 asientos. En la última cita electoral (2009), la novedad fue el eurodiputado electo por UPyD, Francisco Sosa Wagner.
Un análisis rápido de los resultado electorales refleja que el eurodiputado medio necesita el apoyo de algo más 300.000 votantes en España (325.884 en 2009, 327.542 en 2004, 317.882 en 1999). En las tres últimas citas electorales, el corte, la última candidatura que obtuvo representación, había logrado entre 306.000 y 394.000 votos. Y la primera que se quedó sin asientos en la eurocámara, entre 178.000 y 300.000.
En toda la serie histórica, la formación que ha accedido a la eurocámara habiendo logrado un menor porcentaje de voto fue Euskal Herritarrok en 1999: 306.000 sufragios, apenas el 1,45% del total, le valieron un escaño a su cabeza de lista, Koldo Gorostiaga. Por contra, ese mismo año Los Verdes se quedaron fuera junto con sus 300.000 votantes. Es la cifra más alta jamás alcanzada en España por una candidatura que no haya logrado eurodiputado.
Ciutadans: Enmendar el error
En 2009 Ciutadans decidió presentarse a las europeas. Las bases del partido que durante sus ocho años ha liderado ininterrumpidamente Albert Rivera optaron por concurrir con Libertas, una plataforma de ultraderechistas y euroescépticos. La lista conjunta disgustó a muchos, y provocó una crisis interna que se saldó con el abandono de dos de sus entonces tres diputados autonómicos.
No es el único episodio oscuro. En 2007 dieron el portazo dos grupos de militantes: los más liberales, encabezados por Luis Bouza, y el sector más a la izquierda de Rivera, dirigido por Antonio Robles. Rivera fue reelegido con el 54% de los votos, y en los últimos comicios autonómicos catalanes triplicó su presencia hasta los nueve escaños, frente a los tres de 2006 y 2010.
Aunque hasta ahora ha sido un partido de ámbito catalán, las aspiraciones nacionales se han dejado ver en varias ocasiones. En 2008 hubo intentos de una candidatura conjunta con UPyD. No dieron frutos y C's se quedó fuera del Congreso. Esa misma posibilidad se ha planteado ahora de cara a las europeas, pero todo ha quedado nuevamente en nada.
Rivera ha asegurado en una entrevista en RNE que Rosa Díez ya ha dicho "muchas veces" que "no quiere sumar". Y aunque hace un par de meses dejaba la puerta abierta –"si Rosa Díez rectifica y quiere sumar fuerzas, le tenderemos la mano", dijo en diciembre–, ahora parece tarde: ha subrayado que irán "sin compañía pero abiertos a independientes".
Sobre la candidatura para este año no hay nada cerrado. Oficialmente, la decisión de concurrir o no a las elecciones europeas la adoptará el Consejo General del partido el próximo 1 de febrero, aunque fuentes de la formación dan por descontado que sí habrá lista al europarlamento, y el propio Albert Rivera así lo ha dado a entender en varias ocasiones. De momento, la Ejecutiva de C's se reunió el pasado martes y dio traslado de su propuesta afirmativa. Lo restante es apenas un mero trámite.
Preguntada por posibles candidatos, la formación calla y se escuda en que aún no se ha adoptado la decisión final. Eso sí, si como todo indica concurren, se elegirá a los cinco integrantes de la lista mediante un doble mecanismo de primarias abierto a militantes: habrá una primera votación para elegir al número uno y otra para seleccionar a los cuatro restantes. Albert Rivera ya se ha autodescartado como posible participante de ese proceso que se alargará hasta finales de febrero.
El ideario de C's los define como una mezcla de "liberalismo progresista" y "socialismo democrático". El partido afirma "muy especialmente" los derechos y libertades individuales, pide una profunda revisión del Estado de las autonomías que asegure "la efectiva igualdad de todos los ciudadanos" y rechaza las reformas "a medida" de los nacionalistas.
También apuesta por evitar desigualdades, por una educación y una sanidad pública de calidad y por "reforzar la cultura del mérito y el esfuerzo" en la escuela y en la Universidad. Para Cataluña ha exigido tradicionalmente una "nueva política lingüística" basada en la libre opción de catalán o castellano, y a nivel institucional, una reforma electoral que refleje "más adecuadamente el peso de cada partido", más democracia en los partidos y libertad en los medios de comunciación.
Vox: CARAS CONOCIDAS
Antiabortista, monárquico y contrario al Estado de las autonomías. Es Vox, el partido que le ha salido a la derecha al PP y que se presentará "sí o sí" a las europeas, confirman fuentes de la formación. Todo lo demás está por hacer y decidir. Hay que celebrar un primer congreso, hay que elegir a la primera ejecutiva y hay que redactar el reglamento de las primarias. Porque eso está confirmado: habrá primarias.
Preguntado sobre si se presentarán en solitario o en coalición con fuerzas que compartan su ideario, Vox asegura que no puede pronunciarse hasta que haya ejecutiva. A la cabeza del partido están, de momento, José Luis González Quirós y dos caras reconocibles: Santiago Abascal y el exfuncionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Ambos representan el espacio ideológico del ala dura del PP, y los dos estuvieron vinculados al partido de Rajoy en el pasado.
Como candidato suena el vicepresidente del Parlamento Europeo Alejo Vidal-Quadras, que precisamente este lunes anunció su abandono del PP. Vidal-Quadras ya asistió a las reuniones previas a la puesta de largo. Así, y a falta de cabeza de lista para los primeros comicios a los que concurrirá, el partido se ha centrado en la presentación de su ideario y su manifiesto. La "indisoluble unidad" de España, la búsqueda de un Estado unitario, la economía de mercado, el "pleno reconocimiento del derecho de propiedad" y la "defensa de la familia" son los principios que lo inspiran.
Podemos: el salto a la gran pantalla
“Estamos sobrepasados, no esperábamos tantos apoyos”. Es el resumen que hace Pablo Iglesias de lo ocurrido desde que el 17 de enero presentara su proyecto. En diez días ha superado ampliamente las 50.000 firmas que se marcó como objetivo para decidir seguir adelante y se ha embarcado en una gira de presentación por diferentes ciudades. ¿Y ahora? “A partir del 8 de febrero empezamos contactos con iniciativas ciudadanas, movimientos sociales y fuerzas de izquierdas para que pueda haber una única candidatura”.
Preguntado sobre aquellos con quienes establecerá cauces de diálogo, Iglesias señala a Anova, AGE, las CUP, IU… “Y todas las organizaciones que nos llamen –añade–. Hablaremos con las mareas ciudadanas y aprendemos de la movilización social: el 15M, Gamonal o la huelga de barrenderos de Madrid son la referencia del espíritu que querríamos imitar”, explica en conversación con infoLibre. Una vez sentados a la mesa, promete que plantearán algo “muy concreto”: “Primarias abiertas a todos los ciudadanos y sin censo previo” para elegir al cabeza de lista.
Claro que, si no hay acuerdo con esas otras formaciones –"cada organización tiene sus ritmos, lo entendemos y vamos a ser muy respetuosos con eso", señala Iglesias–, promete llegar hasta el final con su propia lista. "Algunos se conforman con un 10, un 11 o un 12%, pero vamos a salir a ganar. Creo que se puede romper el guión de que o gana el PP o gana el PSOE”, dice. Todo, siempre y cuando otro candidato no lo supere en la primarias: "Si alguien tiene mas votos que yo, me retiraré", concluye.
Sobre la ocasión que brindan las elecciones europeas, Iglesias subraya que el sistema electoral evita "la dispersión del voto que impone la circunscripción provincial", y apunta: "Las elecciones europeas nos permiten hablar de Europa, hablar con otros europeos del sur para decir que no queremos ser el lugar de turismo de los ricos, ni estar al servicio de Merkel, el BCE y los poderes financieros que nadie ha votado".
El manifiesto de la plataforma define el momento actual como un "golpe de Estado financiero contra los pueblos del sur de la eurozona" y señala que a muchos ciudadanos "les bastará una chispa de ilusión para salir de esa trampa de la desesperanza". En ese contexto, propone un decálogo de medidas entre las que figuran, en materia económica, la derogación del artículo 135 de la Consitución, una auditoría ciudadana de la deuda pública y la nacionalización de la banca.
También se apuesta por una fiscalidad progresiva, la construcción de un parque de vivienda pública, el rechazo a las privatizaciones, el derecho al aborto y la derogación de las leyes de extranjería.
Partido X: el misterio se mantiene
Han pasado casi cuatro meses desde su presentación oficial y algo más de un año desde que comenzaron a trabajar y el Partido X, dice la artista y activista Simona Levi, cara reconocible de la formación, “está preparado para ir a las europeas”. ¿Significa eso que habrá una candidatura? “Comenzamos ahora una gira y durante un mes le preguntaremos a la ciudadanía si está lista para ir con lo que nosotros proponemos”, responde.
Sobre posibles candidatos, Levi dice rotunda: “No nos basamos en el personalismo”, y señala que, en cualquier caso, los candidatos “serán ciudadanos”. En esta misma línea, explica en declaraciones a infoLibre que “el 15-M halló sus propios límites” y que el Partido X es el del 15-M: “Lo hemos superado, hemos salido del atolladero y hemos ido más allá. Lo asambleario es muy bonito, pero de ahí no salíamos”.
Pero, ¿hay verdadero programa detrás del Partido X? “Hemos trazado una hoja de ruta y un programa de amplio consenso, enmendado por entre 200 y 400 ciudadanos”, dice. Ese programa, añade, tiene tres patas: lograr que los ciudadanos recuperen la soberanía, un plan de emergencia contra la crisis y propuestas sectoriales sobre aspectos como vivienda, sanidad o educación. “Es un programa detallado y sólido”, añade, “porque el demonio está en el matiz”.
En ese plan de emergencia se mencionan medidas como eliminar ayudas a grandes empresas, apoyar el cooperativismo, reducir la contratación temporal, separar la banca de inversión y la comercial, controlar el fraude fiscal, una auditoría ciudadana de la deuda pública, una reducción del gasto público “diferente” a la emprendida hasta ahora con las políticas de austeridad y una exención del IRPF a las rentas inferiores a los 25.000 euros.
En la agencia de la Red Ciudadana Partido X -nombre completo de la formación- hay ahora una gira con actos en diferentes ciudades para presentar el proyecto, buscar posibles candidatos y lograr adeptos. “Al principio pensábamos en las municipales y autonómicas de 2015, pero creemos que ahora tiene sentido considerar las europeas”, dice Levi. “Tenemos la intención de que nuestra forma de trabajar esté presente en estas elecciones”, concluye.
Finalmente, lanza un mensaje a algunas de las candidaturas que han visto la luz recientemente: “Hay gente de buena fe como el juez Elpidio y otros intentando aprovechar este momento de cambio esperanzador y también peligroso, pero lo que tenemos nosotros no lo tiene nadie. No en España, sino nadie en el mundo”. Y ahonda: “Lo nuestro es especial, hemos resuelto los problemas metodológicos de una democracia moderna”.
Elpidio José Silva: ¿El tapado?
El último nombre en sonar para las europeas es el de Elpidio José Silva, el juez que encarceló a Blesa y que ahora se enfrenta a una suspensión inmediata por parte del Poder Judicial. La sorpresa saltó el pasado miércoles, en una rueda de prensa en la que Silva se declaró víctima de una “torticera” persecución y en la que un abogado vinculado a Democracia Real Ya le propuso encabezar una candidatura. Y Silva dijo que lo está “sopesando”.
Ver másLara reprocha a Podemos que sólo se haya dirigido a IU a través de los medios
En una conversación con infoLibre, Miguel Ángel Jiménez, el letrado que le lanzó el guante a Silva, dice que la propuesta es “crear un movimiento ciudadano importante que coordine a los grupos que se quieran implicar, pero siempre como algo nuevo”. “No hablé en nombre de DRY”, subraya. Precisamente DRY comunicó un día después, en una nota, que “es una plataforma apartidista y asindical” que “desmiente que vaya a presentarse a elecciones”.
La incógnita ahora es saber si Silva aceptará o no la propuesta. “Yo creo, y así lo expuse, que es la persona idónea”, dice Jiménez. ¿Por qué? ”Es mediático, habla bien y es alguien muy preparado. No tiene un dedo de corrupto. ¿Quién mejor que un juez para administrar justicia?”, dice. Claro que todavía todo está en el aire: “Él no ha dicho todavía que sí”, reconoce, “la propuesta le pilló por sorpresa, en privado no me la habría aceptado”, dice.
Sobre el programa, no hay nada en claro. “Si al final esto sale adelante habrá una presentación con todas las caras. El programa tendría que desmontar la corrupción a nivel administrativo, institucional y político. Hay que eliminar cargos y actuar a corto plazo, pensando en las generaciones venideras, como estadistas”. “Ahora que hay un líder es mucho más fácil”, concluye.
Quedan cuatro meses para las elecciones europeas y las candidaturas se multiplican. En las últimas semanas han surgido a izquierda y derecha aspirantes a hacerse un hueco en la Eurocámara. Y aunque los factores que citan son diversos (deterioro de la imagen del partido de Gobierno, falta de respuestas de la oposición, crisis económica, hartazgo ciudadano...), todos coinciden en señalar que estamos ante un momento clave, favorable a las caras nuevas.