Zahra ha vivido con incertidumbre el transcurrir de los días. La espera por la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la situación en el Sáhara ha mantenido en vilo a una población que, pese a todo, continúa dispuesta a empuñar las armas si es necesario. Saben que tienen todo en contra, que la represalia marroquí puede ser nefasta para su futuro, pero tras 25 años de espera consideran que ha llegado el momento de dar el paso definitivo y lograr una ansiada independencia que les devuelva la libertad.
No ha sido un momento fácil para el pueblo saharaui. Zahra Ramdán, presidenta de la Asociación de Mujeres Saharauis en España (AMSE), respira aliviada, pero su rostro ha sido sinónimo de la desesperación, del grito silenciado de un pueblo que ansía expresarse. Cada palabra que pronuncia es una reivindicación, una denuncia enfatizada en el rostro de una mujer que dio a luz a sus hijas entre casas de adobe y que hoy personifica desde la península la lucha de un pueblo al completo. No se calla, es directa, y así lo respalda cuando sin dudar subraya que el Sáhara occidental ha estado “al borde de la guerra”.
“Las pérdidas serían muchas”, afirma Ramdán, resaltando que “es una desgracia que en pleno siglo XXI se obligue a un pueblo pacífico a empuñar las armas como única solución a un problema que el derecho internacional dice que debe ser resuelto a través de un referéndum”.
La ONU respalda la capacidad de autodeterminación del pueblo saharaui desde que en septiembre de 1991 se firmase el alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario, con el fin de celebrar un referéndum de autodeterminación en febrero de 1992. Tras casi 25 años de espera, la situación se ha mantenido inmóvil, con la renovación anual de la inclusión de la Minurso en la región para asegurar la paz entre ambos territorios. No obstante, las declaraciones del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, denunciando la “ocupación” de Marruecos, han incrementado recientemente la hostilidad marroquí y el hartazgo saharaui.
“Marruecos ha expulsado a varios miembros del componente civil de la Minurso porque quiere legitimar su ocupación”, afirma Ramdán tras calificar la situación vivida como “muy preocupante”. La resolución de la ONU emitida este viernes de prorrogar un año más la misión de Naciones Unidas sobre el terreno y reinstaurar su pleno funcionamiento es, en sus propias palabras, "una gran derrota para Marruecos". Tanto Francia como España, grandes incógnitas para Ramdán, han dado su voto a favor del pueblo saharaui. Sin embargo, entiende que "hay que esperar a que pasen los 90 días" que ha dado el organismo para recobrar la normalidad y ver si se cumple realmente con lo acordado. Asimismo, prefiere ser cauta: “No pedimos nada imposible; sólo una solución justa y definitiva” para un conflicto en el que “las nuevas generaciones están hartas de tanta espera”.
España, la llave de la decepción saharaui
La inclusión de España como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU abría la puerta hacia la esperanza saharaui. No obstante, la pasividad encontrada durante todo el proceso ha sido, según Ramdán, “una de las grandes decepciones del Gobierno”.
Hoy se muestra optimista y agradece el voto a favor, pero no olvida que “España tiene una deuda moral e histórica con el pueblo saharaui y mientras no se exprese libremente a través de un referéndum, sigue siendo responsable ante el mundo de esta tragedia”. A ojos del derecho internacional, España continúa siendo recordada como la potencia administradora de la región, por lo que su opinión resalta sobre el resto de países.
“La política nos está condicionando a la guerra y decepcionando muchísimo”, apunta entristecida la presidenta de la AMSE. Para esta, la posición española siempre ha sido una palabrería con intencionalidad desde la oposición pero que se traduce en la nada una vez que se alcanza el Gobierno: “Dicen que es por razones de Estado pero todo es debido al chantaje marroquí”.
“Marruecos presiona a España” para que permanezca pasiva ante el conflicto. “Hay mucho lobby, muchos intereses para silenciar nuestra voz”, añade denunciando el férreo control del reino de Mohamed VI sobre la potestad española. “Mientras su pueblo muere en pateras en el mar, Marruecos gasta millones para desinformar sobre lo que ocurre en el Sáhara occidental”.
Zahra habla de militares vestidos de civiles, de represión, de falta de libertades. “Puedes desaparecer en cualquier minuto, las manifestaciones son reprimidas violentamente, y las mujeres y niñas son golpeadas o violadas por reivindicar sus derechos”, argumenta subrayando lo significativo de esto último.
La violencia de género "es una lacra que en nuestra sociedad no tenemos"
“La mujer siempre ha sido respetado en nuestra sociedad, siendo referencia de libertad y emancipación en el mundo árabe”, explica. Por eso reconoce sentirse extrañada cada vez que en España ve en las noticias casos de violencia de género: “Es algo que nos impresiona muchísimo porque es una lacra que en nuestra sociedad no tenemos”.
Pese a vivir durante 15 años en un campo de refugiados, esta mujer de rostro sereno y mirada profunda se muestra contundente al señalar que no conoce caso alguno de violencia contra la mujer saharaui: “Quizás sea la mentalidad beduina la razón por la que siempre ha sido respetada la independencia de la mujer”.
A la equidad de género también se le suma “la oportunidad de formarse y educarse”, una realidad para la que España también ha colaborado, pero no en el buen sentido del término.
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“En los años de colonización española no dejaron ni un universitario en el Sáhara, sin embargo, en estos 40 años del Frente Polisario hay centenares de ellos”, afirma Ramdán matizando que pese a eso la convivencia entre ambos era muy “armoniosa”. “Sólo cuando descubrieron los fosfatos hubo un pequeño desarrollo económico”, agrega.
La riqueza pesquera de la zona y la posible aparición de petróleo en el mar hacen del Sáhara occidental un territorio disputado y al que España no le interesa perder. “A España le interesa más un Sáhara libre que no un Marruecos expansionista”, explica Ramdán. Por eso espera que un cambio en el Ejecutivo español pueda propiciar el apoyo definitivo a la zona.
Zahra reconoce que durante la última legislatura de Mariano Rajoy, su asociación no ha recibido ”ninguna subvención” y están “bastante paralizados”, pero es optimista. Tal como afirma, esto no será motivo de silencio y desde la AMSE harán lo que puedan para continuar reivindicando la lucha de su pueblo, aunque eso signifique dejar de un lado el pacifismo: "Yo soy civil, no militar, pero si me reclama mi pueblo a luchar con las armas, también aprendería a utilizarlas".
Zahra ha vivido con incertidumbre el transcurrir de los días. La espera por la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la situación en el Sáhara ha mantenido en vilo a una población que, pese a todo, continúa dispuesta a empuñar las armas si es necesario. Saben que tienen todo en contra, que la represalia marroquí puede ser nefasta para su futuro, pero tras 25 años de espera consideran que ha llegado el momento de dar el paso definitivo y lograr una ansiada independencia que les devuelva la libertad.