El Gobierno chino dejará de usar los órganos de los prisioneros que ejecuta para llevar a cabo transplantes a partir del próximo mes de enero, según ha revelado el doctor Huang Jiefu, antiguo viceministro de Sanidad chino y considerado el 'arquitecto' del sistema de transplantes en el país.
Durante un seminario celebrado este miércoles por la Organización para el Suministro de Órganos de China (OPO) en Kunming, Huang reveló que a partir del 1 de enero de 2015 los órganos para transplante solo procederán de donantes voluntarios.
"Cada año unos 300.000 pacientes necesitan transplantes de órganos pero solo se realizan 10.000 cirugías", explicó durante el seminario, según recogen varios medios oficiales chinos. Según dijo, los chinos están mucho menos dispuestos a donar sus órganos que los ciudadanos de otros países.
En China, solo seis de cada 10 millones de ciudadanos dona sus órganos. "El ratio en España es de 370 de esta misma cantidad, lo que supone casi 62 veces más que China", resaltó. Entre los motivos para que haya tan pocas donaciones, Huang citó las tradiciones chinas y que a los ciudadanos les preocupa que el sistema de reparto de órganos sea justo y transparente.
"Antes de 2007, más de 600 organizaciones médicas podían gestionar transplantes de órganos", subrayó Huang. "Motivados por beneficios financieros, ocurrieron muchos actos ilegales y se realizaron cirugías irregulares", denunció, en referencia al mercado negro de órganos existente en el país.
De acuerdo con los datos aportados por Huang, el 65 por ciento de los órganos transplantados en China proceden de personas fallecidas, el 90 por ciento de las cuales son prisioneros ejecutados.
En virtud de las leyes aprobadas en 1984, los cuerpos de los prisioneros pueden emplearse para el transplante de órganos solo bajo determinadas condiciones como que nadie recoga el cuerpo, que el delincuente lo acepte o que su familia dé su visto bueno al uso médico de su cuerpo.
Sin embargo, los grupos de defensa de los Derechos Humanos denuncian que en realidad la donación no es voluntaria sino que se coacciona a los prisioneros condenados a muerte o directamente se les extraen sin su consentimiento.
Donaciones voluntarias
Ante este panorama, según explicó Huang, se van a enmedar las leyes existentes y se aprobará una nueva norma sobre "donanciones y transplantes de órganos humanos en China" que estipulará que solo podrá haber donaciones voluntarias.
Según aclaró el experto, y recoge el China Daily, los prisioneros podrán seguir entregando sus órganos de forma voluntaria, pero estos no podrán emplearse para el comercio privado de órganos. En este sentido, precisó que se aprobarán nuevas regulaciones para aclarar los procedimientos legales de las donaciones de órganos por parte de los prisioneros condenados a muerte y aquellos que los violen serán duramente castigados.
Durante el seminario se reveló que en lo que va de año se han realizado 1.500 donaciones, más del total de las que hubo de 2010 a 2013. "Creo que la situación de la donación de órganos mejorará en el futuro", ha añadido. Al parecer, 38 centros de transplante de órganos en el país ya han dejado de usar los órganos de prisioneros ejecutados.
En declaraciones a la BBC, William Nee, de Amnistía Internacional, ha considerado que la suspensión del transplante de órganos de prisioneros ejecutados sería "un paso positivo hacia delante en la situación de Derechos Humanos en China".
"Habrá que ver no solo lo efectivo que es un nuevo sistema voluntario de donación de órganos pero también será crucial que el Gobierno sea plenamente transparente sobre el número de personas sentenciadas a muerte, el número de ejecuciones al año y cómo son realizadas estas ejecuciones", ha añadido.
El Gobierno chino dejará de usar los órganos de los prisioneros que ejecuta para llevar a cabo transplantes a partir del próximo mes de enero, según ha revelado el doctor Huang Jiefu, antiguo viceministro de Sanidad chino y considerado el 'arquitecto' del sistema de transplantes en el país.