La Coalición Syriza se presenta a las elecciones parlamentarias griegas con un programa al que ha dado forma en los últimos meses y en el que ha matizado algunas de sus propuestas en materia de política económica o exterior.
Syriza ha despertado tantas simpatías como recelos, estos últimos derivados principalmente de sus políticas económicas y del encaje que tendrían en un mundo financiero interconectado –especialmente a nivel europeo–.
Sin embargo, a medida que ciertos gobiernos han aireado sus temores, la formación liderada por Tsipras ha revisado algunas de sus ideas más radicales, de tal forma que ha dejado claro que no quiere la salida del euro ni una ruptura total con el actual programa de rescate, sino una revisión de condiciones a corto y medio plazo.
Entre sus medidas, Syriza plantea una conferencia de deuda europea y la introducción de una "cláusula de crecimiento" para la devolución del capital que queda pendiente, así como una moratoria que permita a Grecia coger aire para quitarse la losa de los 240.000 millones de euros que lleva pedidos en los últimos años.
Tsipras defiende en su programa la "negociación" frente a la "aceptación" que ejemplifica el Gobierno de Antonis Samaras.
Reconstrucción
Syriza ha presentado un 'plan de reconstrucción' que, bajo la denominación de Programa Salónica, incluye cuatro pilares de reformas con unos gastos estimados de 11.382 millones de euros y unos ingresos de 12.000 millones.
El documento destaca en su primer punto la lucha contra la "crisis humanitaria", mediante un paquete de inversiones valorado en 1.882 millones de euros. Este programa incluye electricidad gratuita para 300.000 hogares, ayudas a la alimentación para otros tantos, programas de vivienda, recuperación de la paga extra de Navidad, asistencia médica y ayudas al transporte para desempleados y revisión de los impuestos sobre calefacción y combustible.
En su segundo apartado, Syriza plantea la recuperación de la economía y la promoción de la "justicia fiscal", lo que pasa por inversiones de 6.500 millones de euros para lograr unos beneficios estimados de 3.000 millones.
La "prioridad" sería en este caso el "alivio" de la presión fiscal a las clases medias, por ejemplo con la abolición del impuesto sobre bienes inmuebles (ENFIA) y la introducción de un nuevo gravamen sobre grandes propiedades.
Empleo
El programa incluye, además, una revisión de los actuales protocolos sobre préstamos, con un apartado específico para el caso de las ejecuciones hipotecarias para suspender embargos en caso de primeras residencias valoradas por debajo de los 300.000 euros. Syriza quiere redibujar el mercado financiero con nuevas entidades de apoyo al interés público.
El empleo es el tercer eje del programa de Syriza, que destinaría 3.000 millones de euros a una serie de programas con los que espera crear 300.000 puestos de trabajo tanto en el sector público como en el privado. La coalición de Tsipras, que quiere combatir el paro de larga duración y el juvenil, derogaría las reformas que, en su opinión, han recortado en estos últimos años los derechos de los trabajadores.
El cuarto pilar de Syriza contempla "transformar el sistema político para profundizar la democracia". Esta iniciativa pasa por ampliar las competencias de las regiones, facilitar la participación ciudadana ampliando el derecho a promover consultas y vetos, recortar el aforamiento y regular en términos económicos el sector de los medios de comunicación, para el que también quiere recuperar a la radiotelevisión pública.
Ámbito internacional
Syriza ha hecho de la campaña contra la 'troika' –Banco Central Europeao (BCE), Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional (FMI)– el eje de sus mensajes hacia el exterior, pero también ha deslizado algunos otros discursos que, conforme han ido pasando los meses y se han acercado las elecciones, han quedado matizados.
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Así, después de que el partido haya abogado por la salida de Grecia de la OTAN y por el cierre de la base que Estados Unidos tiene en Creta, diversas voces de la coalición dicen ahora que no es una prioridad. "Una ruptura con la OTAN no interesaría al país", dijo Tsipras este mes en Twitter.
Otro de los matices ha llegado en relación a la política de sanciones hacia Rusia, el principal socio comercial de Grecia. Si en septiembre uno de los principales portavoces de Syriza hablaba de "bulimina neocolonial" para referirse a la política de castigos, en una entrevista reciente al periódico Kathimerini ha apuntado que es "prematuro" anticipar un posible plante griego en Bruselas.
Grecia tiene también, entre sus principales caballos de batalla en la arena internacional, la colaboración europea para la protección de sus porosas fronteras. Syriza comparte con el actual Gobierno la defensa de una política de inmigración europea común que incluya derechos y obligaciones y, ante la posible penetración de terroristas, llama a compatibilizar seguridad pública y libertades individuales.
La Coalición Syriza se presenta a las elecciones parlamentarias griegas con un programa al que ha dado forma en los últimos meses y en el que ha matizado algunas de sus propuestas en materia de política económica o exterior.