El Corte Inglés es una de las empresas que ha reconocido su relación con las fábricas que operaban en el edificio Rana Plaza, situado a pocos kilómetros de Dacca, la capital de Bangladesh, y cuyo derrumbamiento ha causado casi 400 víctimas mortales y más de un millar de heridos (las cifras definitivas tardarán todavía en establecerse). “Ha habido relación con una de las cuatro fábricas afectadas”, señaló la firma española a través de un comunicado, y en ella “se había producido un número reducido de prendas”.
La empresa asegura que desde hace tiempo supervisa las condiciones sociales y laborales de sus empresas proveedoras en otros países a través de la Business Social Compliance Initiative (BSCI),Business Social Compliance Initiative (BSCI), un organismo internacional del que forman parte numerosas multinacionales, pero que no se ocupa de la situación de los edificios. Son las autoridades locales, en este caso las de Bangladesh, sostiene el comunicado, las que se encargan de “garantizar la seguridad de la infraestructura de los edificios industriales”. Son ellos los únicos que pueden “realizar inspecciones” y “solicitar información tanto a los propietarios de los edificios como a los dueños de las fábricas”.
A pesar de esta declaración de no responsabilidad en la tragedia de Dacca, El Corte Inglés reconoce “la necesidad de tomar medidas urgentes de supervisión de los edificios industriales” en aquel país. Desde hace tiempo, admite, está pendiente de aplicación en Bangladesh el llamado Plan de Acción Nacional para la Industria Textil, una iniciativa en la que la empresa española participa a través de la BSCI y de la que también forman parte las autoridades locales, empresarios y sindicatos internacionales.
De hecho, la propia BSCI reconoce que tenía conocimiento del riesgo que representaban los edificios industriales de Bangladesh antes de lo ocurrido la semana pasada. Lo que ha pasado con el hundimiento del Rana Plaza no es un hecho aislado, ha tenido lugar “después de varias recientes tragedias relacionadas con el fuego en Bangladesh”, señalan en una nota de prensa. El país, admite la BSCI, no es capaz de garantizar las condiciones de seguridad de sus edificios industriales y ni siquiera “aplica correctamente” las leyes que tiene en vigor en materia de edificaciones.
BSCI asegura además que dos de las empresas locales que trabajan en el edificio derrumbado, New Wave Style y Phantom Apparels, no cumplían el código de conducta de la auditora en materia de respeto a los derechos de los trabajadores. Business Social Compliance Initiative asegura estar investigando si alguna de las compañías que forman parte de esta organización tenía relaciones comerciales con estas dos empresas. Phantom Apparels es una de las dos sociedades que forman Phantom Tack Ltd, la empresa que dirige el empresario catalán David Mayor, el empresario catalán David Mayor, buscado por la policía de Bangladesh como uno de los supuestos responsables de lo ocurrido.
Con todo, no es El Corte Inglés la única empresa que ha tratado de explicar su relación con el Rana Plaza. C&A,C&A la cadena de origen holandés con base en Bélgica, niega cualquier vínculo con el edificio cuyo hundimiento ha causado más de 360 víctimas mortales. Thorsten Rolfes, su responsable de Comunicación, señaló esta semana que un antiguo importador europeo de C&A tenía instalaciones allí pero que no tienen ninguna relación con él desde octubre de 2011.
Ver másAumenta a 912 el balance de fallecidos por el derrumbe del Rana Plaza
La irlandesa Primark, sin embargo, sí ha reconocido fabricar prendas allí. Uno de sus proveedores, explica la empresa en su sitio web, operaba en el segundo piso del edificio. Primark recuerda que lleva años trabajando con ONG y otros minoristas para ajustar “el enfoque de la industria en Bangladesh a los estándares de fábrica” y se compromete a impulsar los cambios necesarios “para incluir la integridad de los edificios” en esa supervisión.
“Siempre hemos implementado procesos que superan los requisitos y estándares de la industria”, aseguró a su vez Bonmarché. La cadena británica de ropa, sin embargo, afirma que “hay lecciones que aprender de este evento. Nuestra prioridad debe ser asegurar que nuestros clientes pueden tener la seguridad absoluta de que la ropa que vendemos se produce sin riesgo para quienes la confeccionan”.
Loblaw, con base en Canadá, también ha reconocido su relación con las fábricas afectadas por el hundimiento del edificio. “Estamos comprometidos con la búsqueda de una solución que garantice una condiciones de trabajo con seguridad”, señaló la empresa. Al igual que el Corte Inglés, Loblaw admite que sus actuales auditorías no incluyen la seguridad de los edificios.
El Corte Inglés es una de las empresas que ha reconocido su relación con las fábricas que operaban en el edificio Rana Plaza, situado a pocos kilómetros de Dacca, la capital de Bangladesh, y cuyo derrumbamiento ha causado casi 400 víctimas mortales y más de un millar de heridos (las cifras definitivas tardarán todavía en establecerse). “Ha habido relación con una de las cuatro fábricas afectadas”, señaló la firma española a través de un comunicado, y en ella “se había producido un número reducido de prendas”.