En el mundo hay 25,4 millones de personas que viven en un país que no es el suyo y que tuvieron que huir de las guerras, la violencia y la persecución por temor por sus vidas, una cifra récord de refugiados a nivel mundial que supone 2,9 millones más de los que había un año antes, lo que demuestra que las situaciones que provocan el éxodo de estas personas siguen sin resolverse.
Del total de refugiados que había a finales de 2017, el 52 por ciento eran menores de 18 años, una cifra similar a la de los últimos años pero que supone un claro aumento desde 2009, cuando los niños refugiados eran el 41 por ciento, según los últimos datos publicados por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en sus Tendencias Globales.
En el caso del África Subsahariana, es la región que tiene una mayor proporción de menores entre sus comunidades de refugiados. Así, en Burkina Faso, Chad, Congo, República Democrática del Congo (RDC), Sudán del Sur y Uganda más del 60 por ciento de los refugiados que albergaban a finales de 2017 eran menores de edad. Mientras, en Bosnia y Herzegovina los niños solo suponen el 6 por ciento de los refugiados.
Vista parcial del campamento de refugiados sirio Al-Basma en la zona Deir Zanoun del valle Bekaa, Líbano. | EFE
Los niños suponen el 51 por ciento de los refugiados que hay en toda África, el 50 por ciento de los que hay en Asia y el Pacífico, pero solo el 29 por ciento en Europa y el 20 por ciento en las Américas.
Por otra parte, el 45 por ciento del total de refugiados están en edad laboral —de 18 a 59 años—, una proporción que no ha variado con respecto a 2016, mientras que los refugiados mayores de 60 años han disminuido ligeramente hasta situarse en el 3 por ciento.
En cuanto al sexo de los refugiados, la falta de datos desagregados en la materia impide tener una panorámica real de quiénes son estas personas, aunque cada vez son más los países que ofrecen este tipo de información.
Según los datos disponibles, también hay una clara disparidad por regiones. Así, por ejemplo, en Europa solo el 39 por ciento de los refugiados son mujeres mientras que en África suponen el 51 por ciento del total y en Oriente Próximo y el Norte de África representan el 50 por ciento. En Asia y Pacífico son el 48 por ciento y en las Américas son el 47 por ciento.
Refugiados venezolanos en la plaza Simón Bolívar en la ciudad de Boa Vista, capital del estado de Roraima (Brasil). | EFE
Refugiados cada vez por más tiempo
Por otra parte, el tiempo que los refugiados llevan viviendo fuera de sus países de origen cada vez parece dilatarse más en el tiempo. De acuerdo con ACNUR, al término de 2017 había 13,4 millones de refugiados, es decir, casi dos tercios del total viviendo en situaciones de refugio consideradas enconadas —más de 25.000 refugiados de la misma nacionalidad en el exilio durante 5 años o más—.
De ellos, 3 millones llevan viviendo como refugiados 38 o más años, de los que los afganos en Irán y Pakistán suponen 2,3 millones. Otros 6,9 millones llevan entre cinco y nueve años viviendo refugiados en otros países, de los que 5,4 millones son sirios, mientras que 3,5 millones de refugiados están en esa situación desde hace entre 10 y 37 años.
Niños del campamento improvisado de Fafin para las familias desplazadas del distrito de Afrin, Siria. | Unicef
Los refugiados prefieren vivir en las ciudades, si bien el porcentaje de quienes vivían en zonas urbanas cayó al 58 por ciento en 2017 frente al 60 por ciento de un año antes. Además, prefieren vivir en alojamientos individuales que en campos para refugiados. Así, el 61 por ciento vivían de este modo —cifra que llega al 90 por ciento entre los refugiados sirios—, mientras que en el caso de los refugiados rohingya o congoleños, residen principalmente en campos específicos.
Países de origen
Las guerras y la violencia parecen ser el principal motivo para huir, habida cuenta de que los diez principales países de origen solo en dos de ellos no hay un conflicto propiamente dicho, Eritrea (con 486.000) y Burundi (con 439.000). En el caso del primero, la falta de libertades y la represión de la disidencia empujan cada año a miles de eritreos a huir del país, mientras que en el segundo la crisis política que arrancó en 2015 por la decisión del presidente, Pierre Nkurunziza, de optar a un tercer mandato generó la persecución de la oposición y un éxodo de refugiados.
Estos dos países cierran una lista que abre, un año más, Siria, con más de 6,3 millones, casi un tercio del total y un 14 por ciento más que un año antes. Le siguen Afganistán, con 2,6 millones, y Sudán del Sur, donde el conflicto que comenzó a finales de 2013 deja ya 2,4 millones de refugiados, un millón más que un año antes.
La primera y poderosa lluvia monzónica empapa el campo de refugiados de Shamlapur Rohinya. | Unicef
Birmania ha entrado en el top 10 debido al éxodo masivo de rohingyas a raíz de la represión de las fuerzas de seguridad tras una ola de ataques en el estado de Rajine, con un total de 1,2 millones de refugiados, casi un millón de ellos en el vecino Bangladesh.
La lista de los diez principales países de origen la completan Somalia (con 986.400), Sudán (con 650.400), República Democrática del Congo (con 620.800) y República Centroafricana (con 545.500). En total los refugiados procedentes de estos diez países suponen el 82 por ciento del total bajo mandato de ACNUR —lo que deja fuera a los 5,4 millones de refugiados palestinos—y los cinco primeros aglutinan más de las dos terceras partes.
Entrada del campamento de refugiados palestinos de Aida, ubicado entre los municipios de Belén, Beit Jala y Jerusalén, y parcialmente rodeado por el muro de separación israelí. | EFE
Países de acogida
El 85 por ciento de los 25,4 millones de refugiados viven en países en desarrollo, entre los que figuran nueve de los diez principales países de acogida. La única excepción es Alemania, que se sitúa en sexta posición con 970.400 refugiados, un 45 por ciento más que un año antes.
Como en años anteriores, el podio de la lista lo ocupan Turquía con 3,5 millones de refugiados —un 21 por ciento más que en 2016—, de los que 3,4 millones son sirios; Pakistán, con 1,4 millones de refugiados, y Uganda, con 1,4 millones. Líbano es el cuarto país de la lista, con casi un millón de sirios, seguido por Irán, con 979.000 refugiados, mayoritariamente afganos.
En el caso de Bangladesh, séptimo en la lista, el número de refugiados en su territorio se triplicó debido a la llegada masiva desde finales de agosto de 655.000 rohinya, hasta situarse en 906.000 a finales de año. La completan Sudán (con 906.000, el doble que en 2016), Etiopía (con 889.400) y Jordania (con 691.000).
Situación de los refugiados en Europa. | EFE
¿Qué soluciones hay para los refugiados?
Evidentemente, la mejor solución para aquellos que han tenido que huir de su país es poder regresar, una vez la situación que les empujó a escapar se ha resuelto. En 2017, fueron 667.400 quienes volvieron a sus países, según ACNUR, que defiende que dichos retornos deben ser siempre voluntarios e informados y nunca impuestos a los refugiados.
Por otra parte, aunque según las estimaciones de la ONU habría unos 1,2 millones de refugiados que necesitarían ser reasentados del país en el que se encuentran a otro, si embargo solo 102.800 lo consiguieron en 2017, un 46 por ciento menos que en 2016. De ellos, 33.400 fueron reasentados en Estados Unidos —un 65 por ciento menos—, 26.600 en Canadá, 15.100 en Australia, 6.200 en Reino Unidos y 3.400 en Suecia.
Aún más improbable que el reasentamiento es la naturalización de los refugiados como ciudadanos del país de acogida. En total, en 2017 hubo 73.400 naturalizaciones en 28 países, un aumento considerable frente a las 23.000 de 2016. Canadá fue el país que más refugiados nacionalizó, con 10.500, aunque muy por debajo de los 25.900 de 2015.
En el mundo hay 25,4 millones de personas que viven en un país que no es el suyo y que tuvieron que huir de las guerras, la violencia y la persecución por temor por sus vidas, una cifra récord de refugiados a nivel mundial que supone 2,9 millones más de los que había un año antes, lo que demuestra que las situaciones que provocan el éxodo de estas personas siguen sin resolverse.