Este miércoles se publicó el último memorando del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas. Coincidiendo con la detención de seis personas acusadas de yihadismo en Palma de Mallorca, Reino Unido y Alemania, El colapso del Dáesh: ¿un punto de inflexión del yihadismo internacional?analiza la posible "derrota militar definitiva del Estado Islámico", para la que serán determinantes la caída de Mosul y la ofensiva contra Raqqa.
El profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid Ignacio Gutiérrez de Terán, autor del documento, advierte en él de sus probables "efectos inmediatos", de los que destaca los siguientes:
“Daños colaterales” a civiles
Las bajas civiles suponen una de las principales contingencias de la acometida. Según Gutiérrez de Terán, "la gran ofensiva en Raqqa y Mosul está deparando bombardeos indiscriminados de áreas urbanas", al mismo tiempo que en Libia "los drones castigan a los mandos del Estado Islámico, con el consabido añadido de las muertes civiles".
Por ello, el autor recuerda que "la indignación de las poblaciones locales ante los indiscriminados bombardeos quirúrgicos de las potencias extranjeras" se encuentra entre las razones que favorecieron la expansión del Dáesh o al-Qaeda en Oriente Medio o en Yemen. Para evitar la "animadversión popular", en el informe recomienda "extremar la prudencia en este tipo de acciones", aunque supongan la ralentización de la campaña.
Tensiones confesionales y étnicas
El informe advierte de que "desde hace meses" se viene avisando del "enorme peligro" que implica la pertenencia confesional o étnica de determinados grupos armados, como los kurdos en Raqqa o los árabes chiíes en Mosul, ambas áreas con predominio árabe sunní.
"Entre la comunidad sunní de todo Oriente Medio persiste la impresión de que la guerra contra el Dáesh se está realizando a su costaa su costa", explica el profesor, que lamenta los "desmanes" cometidos por las milicias chiíes iraquíes en localidades de mayoría sunní arrebatadas al grupo, siguiendo la creencia de que "muchos de ellos simpatizan con los yihadistas". Según el autor, se estaría entrando "en una espiral de muy difícil solución".
Por su parte, los dirigentes kurdos de las Fuerzas Democráticas de Siria propondrían "una implicación directa en la gestión de la provincia de Raqqa", que habría suscitado los temores de los habitantes sunníes sobre "la kurdización de la Administración". Por ello, Gutiérrez de Terán no descarta una disputa entre los destacamientos árabes y kurdos tras la hipotética liberación de la ciudad o entre las tribus sunníes del norte de Iraq y las milicias chiíes.
Intervención “a cara descubierta”
Que Turquía deje de librar "una guerra interpuesta —a través de grupos armados árabes y turcomanos— contra las milicias kurdas sirias" y les haga frente "abiertamente" sería otro de los riesgos de la compaña global contra el Estado Islámico en Siria e Iraq.
"Ankara acusa al Partido de la Unión Democrática de Siria (PYD), valedor de aquellas, de colusión con el PKK, y observa con gran irritación cómo Washington las ha convertido en un peón básico de su lucha contra el Dáesh", razona el autor, a lo que añade que la cobertura estadounidense ha consentido el afianzamiento de la entidad kurda siria, "cuyos deseos de autonomía o incluso secesión podrían ser un revulsivo para el nacionalismo kurdo en Turquía".
De este modo, la incierta actuación turca "comprometería a Estados Unidos". Su intromisión directa —Turquía ya habría atacado posiciones kurdas "de forma más o menos abierta" este año— serviría de pretexto para "medidas similares por parte de Irán", que, al mismo tiempo, motivarían a Arabia Saudí a "hacer lo propio", lo que nos trasladaría de nuevo a lo que Gutiérrez de Terán denomina "una espiral multibélica de consecuencias imprevisibles".
Fortalecimiento de al-Qaeda
La concentración en el yihadismo en Siria e Iraq podría "desenfocar la lucha global contra el terrorismo, además de beneficiar a otras entidades yihadistas", expone el informe, que alerta de que lo primero comienza a ser "preocupante en lugares como Afganistán, el Cuerno de África y, sobre todo, el Sahel". En este último, el profesor advierte de que "los gobiernos autoritarios y corruptos, pero también paupérrimos, no saben contener el empuje de las milicias islamistas del Estado Islámico".
Para Gutiérrez de Terán, el "gran beneficiado de la excesiva focalización" podría ser al-Qaeda. La organización armada no habría dejado de crecer en Mali "tras la alianza de su filial en la región con las milicias tuaregs" y pese a la intervención militar francesa de 2013. Además, los grupos yihadistas aumentan igual de rápido en el Sahel, que en el Magreb y en el Cuerno de África, donde existe la posibilidad de que "las secciones de al-Qaeda y el Dáesh terminen por confluir si este último cae en Siria e Iraq".
Recrudecimiento de los atentados terroristas en Europa
Aunque el autor sostiene que "la expulsión del Dáesh de sus plazas fuertes en Siria e Iraq debilitará su capacidad operativa para orquestar atentados terroristas en suelo europeo", defiende que estos no se detendrán "a corto y medio plazo" como consecuencia de las "células dormidas", que preparan atentados desde hace tiempo.
Igualmente, el documento mantiene que debe tenerse en consideración la radicalización de individuos que pueden actuar "por su cuenta", así como el "retorno clandestino de miles de yihadistas a sus países de origen". Según el profesor, sus combatientes extranjeros "se cuentan por millares" y proceden, principalmente, de lugares como Túnez, Libia, la Península Arábiga o el Cáucaso. Así, su regreso podría desembocar en "conflictos civiles de gran intensidad", como acaeció en los ochenta y noventa en Argelia y Egipto.
Además, el informe sustenta que el Dáesh tratará con estos atentados de "socavar el discurso oficial de los países que bombardean sus bases". Por ello, propone "reforzar la coordinación internacional" en materia de seguimiento de los retornados y de los posibles centros y redes de adoctrinamiento en territorio europeo.
Acción sostenible contra el yihadismo radical
Tras realizar un exhaustivo análisis, Gutiérrez de Terán advierte de que la intervención militar "no puede, en ningún caso, sustituir una política integral de desarrollo", que ofrezca "un horizonte de estabilidad y progreso para la región". "La historia reciente ha demostrado que regímenes autoritarios y militarizados no son capaces de contener el impulso yihadista radical, al contrario, han enajenado a nutridos sectores de la población, presa fácil de las doctrinas radicales", alerta.
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Por ello, el autor plantea que la política exterior hacia la zona "no debe limitarse a meras medidas contraterroristas", sino también abordar "el carácter dictatorial del régimen sirio y la fragilidad del Estado iraquí". En este sentido, el documento aboga porque nuestro país podría desempeñar un destacado papel en "el diseño de un hoja de ruta para estructurar encuentros internacionales con el objetivo claro de pacificar el país e incidir en su desarrollo social, económico y democrático".
Para garantizar el éxito de la tarea, "la salida pactada de los Asad y la exclusión de los sectores islamistas antidemocráticos" serían fundamentales. "Sólo un acuerdo entre estadounidenses y rusos, con mediación europea, podría despejar el camino a esta hipótesis de trabajo". Igualmente, urge reprimir la propagación de la doctrina wahabí y salafista procedente del Golfo e "incentivar un islam europeo"islam europeo.
Por último, el profesor propone la adopción por parte de España y Europa de "un enfoque integral y abierto de la presencia de inmigrados y nacionales de religión islámica", promoviendo "una visión religiosa acorde con los valores primigenios de paz y convivencia islámicos".
Este miércoles se publicó el último memorando del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas. Coincidiendo con la detención de seis personas acusadas de yihadismo en Palma de Mallorca, Reino Unido y Alemania, El colapso del Dáesh: ¿un punto de inflexión del yihadismo internacional?analiza la posible "derrota militar definitiva del Estado Islámico", para la que serán determinantes la caída de Mosul y la ofensiva contra Raqqa.