"Con los restos humanos también se exhuman verdades". Son palabras de Carlos Martín Beristaín, coautor del informe La esperanza posible. Fosas comunes y primeros desparecidos saharauis identificados, que documenta la exhumación de los cadáveres de ocho saharauis que fueron asesinados el 12 de febrero de 1976 por militares marroquíes durante la ocupación de la antigua colonia española del Sáhara Occidental, dos semanas antes de que los últimos soldados españoles abandonasen el territorio.
En el acto de presentación de este estudio, organizado por la Asociación Pro Derechos Humanos y la Fundación Abogacía Española y en el que han participado cinco ponentes (Beristaín, el atropólogo y forense Francisco Etxeberría –conocido popularmente por haber desentrañado el caso Bretón–, los abogados Inés Miranda y Manuel Ollé y Mahmud Selma Daf, familiar de varios de los asesinados), se ha informado de que el informe ha sido incluido en la querella que se está tramitando desde 2006 en la Audiencia Nacional por varios delitos supuestamente cometidos por Marruecos, entre ellos el de genocidio contra el pueblo saharaui.
Beristaín ha detallado que los huesos desenterrados se encontraban en dos fosas comunes en mitad del desierto y que pertenecían a ocho beduinos que vivían en la zona, entre ellos dos niños. "Esta historia empieza cuando el testigo se niega a olvidar", ha contado el investigador, médico y doctor en psicología social, que ha explicado que "en febrero de este año, un pastor descubrió unos restos óseos en medio del desierto que parecían humanos", tras lo cual los familiares se pusieron en contacto con ellos para que investigasen.
Los ocho saharauis "fueron ejecutados in situ después de un brevísimo interrogatorio" in situ
"Esa noche, [los asesinados] habían ido a un pozo a buscar agua para los camellos, y fueron detenidos y ejecutados", ha explicado Beristaín, que ha explicado que, cuando llegaron al Sáhara y antes incluso de investigar las fosas comunes, interrogaron al familiar que había sido testigo directo de los asesinatos. "Al día siguiente, cuando abrimos la fosa número 2 y buscamos entre las ropas, encontramos dos carnés de identidad [junto a otros efectos personales, como un rosario o una cartera] con los dos nombres que el testigo nos había dado el día anterior", ha narrado el investigador, que también ha manifestado que, tras realizar las pruebas correspondientes para confirmar la identidad de los restos, éstos han podido ser devueltos a sus familiares.
Además, Beristaín ha informado de que los nombres de cuatro de los asesinados aparecían en el informe que publicaron en 2010 las autoridades de Marruecos, un documento realizado "sin ningún contacto directo con los familiares". El informe "daba cuenta de 207 personas que están desaparecidas y que Marruecos daba por muertas", ha explicado el investigador, que ha detallado que de los cuatro asesinados se decía que "habían sido detenidos en distintas fechas [...], llevados a un cuartel militar en Esmara y fallecido durante su cautiverio".
"Lo que descubrimos con esta investigación es que estas personas no fueron llevadas a ningún sitio, sino que fueron ejecutadas in situ después de un brevísimo interrogatorio sobre dónde estaba el Frente Polisario in situ", ha concluido Beristaín, que ha puesto en duda "la información sobre todos los casos [de desapariciones] sobre los que Marruecos ha dado información oficial" y ha asegurado que su equipo de trabajo tiene constancia "de otros casos que no responden a la información proporcionada" por el reino alauí.
El Ministerio de Exteriores no ha respondido aún a los investigadores
Francisco Etxeberría, el otro autor del informe, ha explicado los pormenores técnicos del documento, y ha señalado que los saharauis murieron, sin duda alguna, por impactos de bala realizados "con munición de guerra". En este sentido, Etxeberría ha señalado que pudieron encontrar varios fusiles alrededor de las fosas, al igual que varios casquillos de bala.
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De igual manera, el forense ha informado de que se ha entregado una copia del informe al Ministerio de Asuntos Exteriores, pero que aún no han recibido ninguna respuesta. Por contra, según ha explicado Etxeberría, los investigadores sí que han realizado un acto oficial con las autoridades saharauis para realizarles la entrega de los restos una vez analizados, acto en el que también estuvo presente una representación de la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO). El investigador ha reclamado en este sentido la necesidad de que las autoridades españolas "oficialicen" el informe.
Por su parte, el abogado Manuel Ollé, que trabaja desde 2006 en la querella interpuesta ante la Audiencia Nacional, ha denunciado la "impasibilidad" de la comunidad internacional sobre el "genocidio que desde 1975" sufre el pueblo saharaui, al cual se suman secuestros, violaciones, allanamientos de morada o detenciones ilegales, según ha explicado. Además, sobre el caso concreto al que se refiere el informe, Ollé ha hecho hincapié en que los asesinatos se llevaron a cabo el 12 de febrero de 1976, mientras que los últimos españoles abandonaron el Sáhara Occidental el 26 de febrero de ese mismo año, y ha apelado a la responsabilidad de España con respecto a su antigua colonia.
En la misma línea ha ido la también letrada Inés Miranda, que ha denunciado el "silencio cómplice de la comunidad internacional" ante las actuaciones de Marruecos que, según ha asegurado, "violan el derecho internacional humanitario". En este sentido, Miranda ha denunciado el acuerdo de pesca que se la Unión Europea ratificará próximamente con el país africano, ya que, según ha explicado, la mayor parte de las reservas pesqueras de Marruecos se encuentran en la zona ocupada. "Marruecos está negociando con unas riquezas que no son suyas y la UE lo sabe", ha remachado la abogada, que ha pedido que la sociedad se movilice "no solo a favor del pueblo saharaui, sino a favor del cumplimiento de los Derechos Humanos".
"Con los restos humanos también se exhuman verdades". Son palabras de Carlos Martín Beristaín, coautor del informe La esperanza posible. Fosas comunes y primeros desparecidos saharauis identificados, que documenta la exhumación de los cadáveres de ocho saharauis que fueron asesinados el 12 de febrero de 1976 por militares marroquíes durante la ocupación de la antigua colonia española del Sáhara Occidental, dos semanas antes de que los últimos soldados españoles abandonasen el territorio.