Israel sigue atrincherada en el sur de Líbano mientras el plazo para su retirada se acerca

Un vehículo blindado del Ejército libanés y de los Cascos Azules de la FINUL marcan la última línea antes de llegar a las posiciones donde se parapetan las fuerzas israelíes en las zonas aún ocupadas a las afueras del municipio libanés de Aitaroun, apenas a tres kilómetros de la frontera de ambos países.
En este punto de control al final de la ciudad, un grupo de soldados libaneses explican, mientras se calientan con un fuego improvisado en un barrill, que fueron desplegados hace poco más de diez días y añaden que están "tranquilos".
Cuando llegaron al enclave, Israel estaba en ese mismo lugar y poco a poco se han replegado, según uno de ellos, quien asegura a EFE que “aquí ellos (los soldados israelíes) siempre han disparado, antes, durante y después de la guerra”.
Aitaroun, una localidad situada en el sur de Líbano y a tres kilómetros del muro fronterizo, fue duramente castigada por la guerra que comenzó tras el 7 de octubre de 2023 hasta el alto el fuego entre el grupo chií Hizbulá e Israel.
El pueblo, de mayoría chií, también fue testigo de enfrentamientos entre civiles y soldados israelíes al cumplirse el primer plazo de retirada de las zonas ocupadas por parte de Israel el pasado 26 de enero, que dejó varios muertos y heridos entre la población local.
Daños y esperanzas
Una de las vecinas que volvió hace una semana, explica a EFE que su casa ha sufrido daños como todas las demás, y añadió que tiene miedo "de que vuelvan a ocupar el lugar”.
Se mostró preocupada, además, ya que "yo trabajaba en un hospital donde ahora se encuentran ellos, no puedo ir", dijo.
"Ellos" siempre son los soldados de Israel.
Los lugareños albergan esperanzas de que Israel se marchará definitivamente el próximo 18 de febrero, como Mayrun, un joven de la localidad, quien subrayó a EFE que "deben irse". "Si no se van, la situación volverá a escalar, ya que la resistencia aquí, en Líbano, no va a permitirles que se queden".
También añadió que "en Líbano ha habido 22 años de ocupación, aquí en el sur de Líbano terminó en el 2000 y ahora no pueden hacer lo que hicieron porque tenemos una gran resistencia y personas fuertes que están defendiendo nuestra tierra".
La "resistencia" en esta región libanesa es siempre una referencia a Hezbolá.
Algunos negocios, con ayuda de generadores eléctricos a medio gas, han reabierto en medio de la destrucción, como es el caso de Ali Darwih, que corta el pelo a un cliente en la esquina de un bajo con las ventanas destruidas y con agujeros de metralla en la pared.
Explicó que "al principio no podíamos pasar porque los cascos azules estaban en la zona, cuando tuvimos la oportunidad, regresamos y reabrimos nuestras tiendas tras una restauración, ya que la zona estaba totalmente destruida".
Al igual que la peluquería de Ali, los negocios y la vida regresan poco a poco a estas localidades fronterizas pese al riesgo que conlleva y es que las hostilidades por parte de Israel no han cesado desde la entrada en vigor de la tregua.
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De hecho, este sabado dos personas murieron y otras cinco resultaron heridas, entre ellas dos niños, en un ataque israelí con dron contra un vehículo en una carretera del sur del Líbano, en la localidad de Nabatieh.
También, el pasado miércoles los aviones de guerra israelíes rompieron la barrera del sonido sobre Beirut y sus suburbios del sur, algo que no ocurría desde el alto al fuego y que coincidió con la petición del gobierno israelí de prolongar su estancia hasta el día 28 de febrero, algo que el gobierno libanés rechazó con rotundidad.
A pesar del acuerdo de retirada que firmó el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y que debía cumplirse el pasado 26 de enero, luego extendido hasta el día 18 de febrero, las fuerzas israelíes aún siguen establecidas en varias localidades en el sur del país, a dos días para cumplir el plazo de retirada.