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Más de la mitad de las más de 600 ballenas varadas en Nueva Zelanda ya han muerto

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Unas 650 ballenas piloto encallaron en las últimas horas en el cordón litoral de Farewell Spit, en el extremo norte de la Isla Sur de Nueva Zelanda, y unas 350 habrían fallecido ya a pesar de los esfuerzos de los voluntarios que trabajan para intentar liberarlas aprovechando la marea alta, informa Europa Press.

Precisamente la última marea alta permitió a unas 200 ballenas liberarse por sí mismas, a las que hay que sumar otras 17 que lograron devolver al mar los voluntarios que trabajan en la zona, según informa la televisión pública neozelandesa, TVNZ.

"Han tomado la dirección correcta. Estamos saliendo del peligro despacio, pero de forma segura", explicó el coordinador de la organización ecologista Project Jonah, Mark Rigby.

Las ballenas que se liberaron de la arena se encuentran en la bahía Golden Bay y la salida es relativamente angosta, pero una vez superada, los cetáceos tendrán vía libre hasta el estrecho de Cook. Como medida de protección, se formaron cadenas humanas dentro del agua para disuadir a estos animales de acercarse demasiado a la costa.

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Cientos de personas participaron de forma voluntaria en las labores de desencallado. Muchas de ellas están agotadas después de tres días de intensa labor. "Parece que el trabajo ya está terminando, pero las emociones siguen a flor de piel", explicó otra coordinadora de Project Jonah, Louisa Hawkes.

Una de las ballenas rescatadas era poco más que recién nacida. El calor y el agotamiento fue fatal para otras ballenas que no pudieron aguantar hasta la subida de la marea.

Precisamente se advirtió ya a los curiosos y voluntarios de que no se acerquen a las ballenas muertas, puesto que existe el riesgo de sus cuerpos estallen debido a la descomposición y la acumulación de gases. El Departamento de Conservación acordonó la zona y trabaja ya en las alternativas para estos restos, que pasan por su devolución al mar o su entierro.

Unas 650 ballenas piloto encallaron en las últimas horas en el cordón litoral de Farewell Spit, en el extremo norte de la Isla Sur de Nueva Zelanda, y unas 350 habrían fallecido ya a pesar de los esfuerzos de los voluntarios que trabajan para intentar liberarlas aprovechando la marea alta, informa Europa Press.

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