La NSA se infiltró en las bases de datos de Google y Yahoo y recopiló cientos de millones de cuentas de usuarios de todo el mundo, según informó este miércoles el diario estadounidense The Washington Post, que basa estas afirmaciones en los documentos filtrados por el exanalista de la agencia, Edward Snowden, y en entrevistas con "oficiales bien informados".
Pinchando los enlaces que conectan las bases de datos que estas compañías tienen por todo el mundo, la agencia estadounidense conseguía acceder a datos de millones de personas, de entre los cuales "no conservaba todos, pero sí muchos", según The Washington Post. "De acuerdo con una informe secreto de fecha 9 de enero 2013", relata el rotativo, "la NSA envía millones de registros de todos los días desde las redes internas de Yahoo y Google a los servidores de la sede de la agencia en Fort Meade".
En los 30 días anteriores a ese 9 de enero se procesaron y reenviaron 181.280.466 nuevos datos, entre metadatos (datos de envío, remitente y destinatario) y datos de contenido como texto, audio y vídeo. Para procesar esta información, la NSA utiliza un programa llamado Muscular, que opera en coordinación con su homólogo británico, la Oficina de Comunicaciones Gubernamentales (GCHQ). The Washington Post aseguró que la "infiltración" en los servidores de Google y Yahoo es "especialmente chocante" porque, gracias al programa Prism, la NSA puede pedir los datos de las cuentas de los usuarios a estas compañías.
Sin embargo, la NSA negó la veracidad de esta información minutos después de su publicación. El general Keith Alexander, director de la agencia, aseguró que, al menos que él supiera, eso "nunca sucedió", y afirmó taxativamente que la NSA "no tiene acceso a los servidores de Google y Yahoo". Por su parte, las empresas afectadas expresaron su preocupación por el asunto: en un comunicado, Google aseguro desconocer que la NSA llevase a cabo este tipo de actividades con sus servidores, mientras que Yahoo ha manifestado que no ha dado acceso a sus bases de datos "ni a la NSA ni a ninguna otra agencia gubernamental".
Europa entrega datos de sus ciudadanos a la NSA
No obstante, este es tan solo el último escándalo que afecta a la NSA. El pasado martes se conocía que tanto el CNI español como los servicios secretos franceses recopilaron registros de llamadas telefónicas que entregaron posteriormente a la agencia estadounidense, un extremo que el mismo Alexander confirmó, justificándose en que la información recogida servía "para la defensa" de EEUU y sus aliados y puntualizando que, generalmente, los registros recogidos eran de llamadas de fuera de Europa. La confirmación del director de la NSA, no obstante, fue tachada de "extravagante" por el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, que pidió "no tergiversar" las informaciones. Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció que el director del CNI, Félix Sanz Roldán, comparecerá a puerta cerrada en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso para aclarar la implicación de la inteligencia española en el asunto.
En este mismo sentido, el diario francés Le Monde ha informado de que la Dirección General de Seguridad Exterior (DGCE) francesa llegó a un acuerdo a finales de 2011 con la NSA en virtud del cual ambos servicios de inteligencia intercambian información de interés. En la firma del acuerdo fue determinante la posición estratégica de Francia en materia de transporte de datos electrónicos, ya que los cables submarinos que transportan el grueso de los datos procedentes de Africa y Afganistán llegan a Marsella y a Bretaña. Dichos datos están accesibles para la DGSE, que los intercepta y almacena lo esencial.
Según el rotativo, Francia "entrega bloques enteros sobre estas zonas y ellos (los estadounidenses) nos dan (información sobre) zonas del mundo donde nosotros estamos ausentes". Le Monde asegura que la inteligencia gala habría compartido con la NSA, sin filtrar, "datos telefónicos que pasan por territorio francés" y que "afectan también a ciudadanos franceses que reciben comunicaciones de estas zonas geográficas".
El martes, el Congreso norteamericano comenzó a tramitar dos proyectos de ley para prohibir a la NSA recopilar registros telefónicos sin autorización judicial. A este respecto, el presidente Barack Obama ha anunciado una revisión profunda del sistema de espionaje de la NSA, aunque no ha detallado en qué consistira dicha reforma. Alexander fue algo más preciso que el mandatario y detalló que la NSA está abierta a considerar una nueva legislación que obligase a las compañías telefónicas a conservar los datos de sus clientes en lugar de que los almacenase la agencia de espionaje.
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El papa, también vigilado
Pero no solo los ciudadanos han sido espiados. Los teléfonos de hasta 35 líderes mundiales, entre los que se encuentran mandatarios como Angela Merkel, fueron también pinchados, lo que ha provocado una ola de protestas con mayor o menor intensidad en función del país. Según revela la revista italiana Panorama, de la vigilancia de la NSA no se libró ni la Santa Sede: las conversaciones telefónicas en Ciudad del Vaticano y las que se produjeron en la residencia donde se alojó el cardenal argentino Jorge Bergoglio, elegido a la postre papa, fueron registradas por la agencia estadounidense durante el último cónclave.
Asimismo, Der Spiegel desveló que la NSA contaba con un equipo de espionaje en Madrid y otras 18 ciudades europeas como París, Ginebra, Berlín, Frankfurt y Roma. Según el rotativo, Estados Unidos disponía en el año 2010 de 80 equipos de espionaje de la CIA y la NSA distribuidos por todo el mundo. Ante estas revelaciones, el director de la agencia de espionaje norteamericana ha admitido que quizá deban limitar sus operaciones de espionaje a los gobernantes, ya que "en algunos casos, las alianzas son más importantes" que las relaciones diplomáticas.
La NSA se infiltró en las bases de datos de Google y Yahoo y recopiló cientos de millones de cuentas de usuarios de todo el mundo, según informó este miércoles el diario estadounidense The Washington Post, que basa estas afirmaciones en los documentos filtrados por el exanalista de la agencia, Edward Snowden, y en entrevistas con "oficiales bien informados".