Un oficio de riesgo también en Europa: tres periodistas asesinados en un año

El debate sobre la seguridad de los periodistas se ha reabierto después del caso Khashoggi. ¿Cómo trata un país que vulnera los derechos humanos a los periodistas? Sin embargo, no es una problemática única en Arabia Saudí. La cuestión de la protección de la libertad de prensa se ha acentuado en Occidente tras el asesinato de Viktoria Marinova (Bulgaria 1988-2018).

Las instituciones de la Unión Europea se manifestaron al respecto en el aniversario del caso de la también periodista Daphne Caruana (Malta, 1964–2017) el martes 16 de octubre: “Si se silencia a los periodistas, queda muda la democracia. Esto no sucederá en Europa”, subrayó el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans. En este tributo convocado por el órgano presidido por Jean Claude Juncker, los representantes han guardado un minuto de silencio “por los periodistas asesinados en Europa y en otras partes del mundo por hacer su trabajo”.

En este contexto, días después del caso Marinova, Reporteros sin Fronteras publicaba una nota de prensa en la que señalaba que, según su recuento, en los nueve meses de 2018 se han registrado más asesinatos de periodistas en todo el mundo que durante el año anterior: “A nivel global, 2017 fue el año menos mortífero para los trabajadores de los medios de comunicación en 14 años, pero este no será el caso, ni de lejos, para 2018”.

La búlgara Viktoria Marinova, último suceso en terreno europeo por el momento, es la tercera periodista de investigación asesinada en menos de un año, y esto ha despertado las alarmas, pues se ha sumado al caso de Daphne Caruana Galizia (Malta, 1964–2017) y al de Jan Kuciak (Eslovaquia 1990–2018).

Alfonso Armada, presidente de Reporteros sin Fronteras (RSF), lamenta la situación: “Lo triste es que hasta hace poco esto se circunscribía a países que no respetan los derechos humanos. Por eso, el mensaje en la UE es muy inquietante; sobre todo, si quedan impunes, pues lo que tratan de instalar es que quien se atreva a investigar los trapos sucios del poder corre el riesgo de ser eliminado”.

  Armada explica que “hay una campaña creciente de desprestigio del periodismo desde muchas instancias públicas: desde partidos políticos, desde dirigentes, desde presidentes. Hay un constante desprecio hacia la labor del periodismo, (profesionales) como mensajeros que no son bienvenidos, que parece que quieren enturbiar la 'buena' imagen del poder”. También menciona Armada la doble consecuencia de las redes sociales. Estas tienen más de una cara: que se sortee la censura (hace años había casos que no se conocían), pero también son una vía de difusión de mentiras, insultos, amenazas.

Viktoria Marinova

 

El asesinato de esta periodista de origen búlgaro el 6 de octubre de 2018, presentadora de un canal privado local, conmocionó a su país de origen y al continente. Días antes de que le arrebatasen la vida había dedicado un programa a destapar la corrupción sobre fondos europeos en Bulgaria. A pesar de que las autoridades búlgaras afirman que están investigando todas las posibilidades, han desvinculado el motivo del ataque de su profesión periodística. El asesino, que había huido a Alemania y se encontraba bajo los efectos de las drogas y el alcohol, habría admitido su culpabilidad.

El último informe que presentó Marinova en el canal TVN consistía en un reportaje de la web Bivol sobre un fraude de apropiación indebida de fondos estructurales de la Unión Europea. Los periodistas de Bivol, página privada independiente que proporciona “periodismo de investigación de calidad”, explicaron que habían recibido graves amenazas y solicitaban protección. Los integrantes de esta página web denominada “Toro” en idioma búlgaro sostienen que lo que simboliza este animal es su objetivo profesional: “No tenemos miedo de nada. En el mundo de hoy de información masiva y frecuentemente manipuladora, los cuernos del torno nos ayudarán a llegar a la verdad. Sin censura ni autocensura”. Es más, Atanas Tchobanov, director del medio, aseveraba que esta periodista fue “la única que tuvo el coraje de hablar de este fraude de fondos europeos en una televisión y con un reportaje de semejante formato”.

Según la clasificación de libertad de prensa realizada por la ONG que defiende a los periodistas perseguidos por su actividad profesional, Bulgaria, país de origen de la reportera investigadora, ocupa el puesto 111 de un total de 181 países. Es el país de Europa que más abajo se encuentra en esta pirámide. “Los periodistas de investigación búlgaros sufren todo tipo de presiones: desde advertencias, intimidación, mensajes de tipo mafioso o campañas de difamación hasta asalto a sus allegados o sus propiedades. En Bulgaria, se han registrado casos de intentos de asesinato de periodistas, así como de palizas y explosiones o quema de automóviles”, señala un informe de julio de 2018 de RSF.

La amenaza a las libertades crece en el Este de Europa. Bulgaria se encuadra dentro de la agrupación de antiguos países comunistas que amenazan actualmente las libertades de los ciudadanos. Hungría y Polonia encabezan esta deriva autoritaria, ambos estados tienen investigaciones abiertas por las instituciones de la UE. Además, Rumanía, Malta o Eslovaquia presentan infracciones de derechos.

Jan Kuciak

 

El Ministerio del Interior eslovaco confirmó el 26 de febrero el asesinato mediante varios disparos de Jan Kuciak, reportero de investigación, y su compañera, Martina Kusnirova. Este periodista se había especializado en la cobertura de fraude fiscal a gran escala para el diario digital Aktuality.sk. El último artículo que pudo publicar describe las actividades de Marián Kočner, empresario de su país con polémicos vínculos con varios políticos. Había estado investigando la corrupción política que implicaba las supuestas relaciones de la mafia italiana con empresarios eslovacos.

A finales de septiembre de 2018, tres personas fueron acusadas del asesinato. Los sospechosos fueron ocho arrestados durante una redada el día anterior, pero la fiscalía liberó a los otros cinco. El fiscal explicó a principios del mes de octubre que alguien había pagado 70.000 € al asesino del caso, la policía había arrestado a una mujer que era probable que hubiese pagado el dinero, pero que el motivo no estaba claro aún.

El asesinato de Jan Kuciak incrementó la rabia de manifestantes contra la corrupción y provocaron las mayores protestas en el país desde el fin del comunismo en 1989. Las manifestaciones duraron semanas y forzaron la salida del poder del jefe de policía y del primer ministro (Robert Fico), a quienes llegaban los vínculos de la red publicada por el periodista.

Reporteros sin fronteras destacaba en el momento del crimen el empeoramiento de la calidad de la libertad de prensa, pues en un año (de 2016 a 2017) Eslovaquia ha perdido cinco posiciones en la clasificación mundial de esta organización. Kuciak es el primer periodista fijado como objetivo para ser asesinado en el país eslovaco.

Daphne Caruana

 

Ya se ha cumplido un año del asesinato de Daphne Caruana, periodista de investigación maltesa, y su investigación parece estancada. Por ello, cinco organizaciones no gubernamentales –el Instituto de Prensa internacional (IPI), PEN Internacional (ONG que agrupa a escritores de todos los ámbitos profesionales y luchan por la libertad de expresión), Reporteros sin Fronteras, el Comité de protección de periodistas (CPJ) y el Centro europeo para la libertad de prensa y medios de comunicación– se reunieron con el Primer Ministro de Malta, Joseph Muscat, en Valleta, para expresar la preocupación por la falta de avances en la investigación del crimen.

Estas organizaciones denuncian: “Todavía no ha habido ningún avance en la identificación de la autoría del coche bomba que explotó el 16 de octubre de 2017. Se detuvo a tres personas sospechosas en diciembre de 2017, pero todavía no ha empezado el juicio y sigue sin conocerse la identidad de quien ordenó el asesinato”. Dudan de la independencia, imparcialidad y eficacia de las autoridades en la investigación del asesinato.

Caruana Galizia investigó la relación de los Papeles de Panamá con el Gobierno del país. Su prestigio era importante, sobre todo, porque se negó a que la silenciaran. Politico señaló que ella era una de las 28 personalidades que movían Europa, por luchar contra la corrupción y a favor de la transparencia.

Esta periodista tenía un blog de investigación con más visitas que ningún medio de comunicación en Malta y había recibido numerosas amenazas y otras formas de acoso. En el momento del crimen, tenía pendientes 47 denuncias, incluyendo una del ministro de economía de su país. 

Arabia Saudí: Jamal Khashoggi

 

Aunque no se trata de un periodista europeo, el caso más impactante en estos días es el de Jamal Khashoggi, periodista crítico saudí exiliado en Estados Unidos, que ha sido supuestamente descuartizado en el consulado de Arabia Saudí ubicado en Estambul, Turquía.

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Su desaparición se produjo después de más de un año de detenciones de periodistas que se han dedicado a informar sobre corrupción o derechos de las mujeres. En la mayoría de casos, sus detenciones nunca han sido confirmadas oficialmente y ningún funcionario ha dicho dónde están recluidos ni de qué se les acusa, denuncia RSF. Arabia Saudí, que ocupa el puesto 169 de 180, tiene entre 25 y 30 periodistas y blogueros detenidos.

A pesar de estos datos, los peores números de periodistas se encuentran en las zonas de guerra. Afganistán es actualmente el país más letal para los informadores.

“Pensamos que es necesario que haya una presión pública para que los asesinos tengan la sensación de que no pueden cometer crímenes y no ser castigados por ellos. Eso aumentaría esta atmósfera de intimidación que trata de impedir que se cuenten las verdades. Llama la atención sobre México, que, a pesar de sufrir un gran número de asesinatos de periodistas, sigue contando con muchos más que se atreven a desafiar esta ley del silencio que se intenta implantar”, declara Alfonso Armada, presidente de RSF. Este mismo viernes, la periodista mexicana Alma Guillermoprieto, centró su emotivo discurso en Oviedo al recibir el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades en la reivindicación del oficio del periodismo, de la labor de los "reporteros de a pie" que se juegan la vida para cumplir con la obligación de informar: "Matan a uno para intimidar a todos"

El debate sobre la seguridad de los periodistas se ha reabierto después del caso Khashoggi. ¿Cómo trata un país que vulnera los derechos humanos a los periodistas? Sin embargo, no es una problemática única en Arabia Saudí. La cuestión de la protección de la libertad de prensa se ha acentuado en Occidente tras el asesinato de Viktoria Marinova (Bulgaria 1988-2018).

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