El tiempo corre en contra de Snowden. El excontratisa de la Agencia de Seguridad Estadounidense (NSA), perseguido por el Gobierno norteamericano a causa de las filtraciones de información clasificada, en las que reveló el espionaje por parte de los servicios secretos de su país a otros estados y dirigentes, sabe que la salida de Obama de la Casa Blanca reduce a cero sus posibilidades de regresar a Estados Unidos.
Snowden, que en la actualidad vive en Rusia como refugiado político, no mantiene precisamente una buena relación con ninguno de los dos candidatos a la presidencia norteamericana, Hillary Clinton y Donald Trump. Por ello, las asociaciones pro derechos humanos Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles han lanzado una campaña, PardonSnowden, en la que solicitan a Barack Obama el indulto para el exiliado.
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Los argumentos que esgrimen las organizaciones y el propio excontratista de la NSA se basan en el factor moral de sus acciones, de modo que, aunque admiten que Snowden incumplió la ley, sus acciones, las filtraciones secretas, repercutieron en mejorar la calidad de la democracia estadounidense y obligaron, según palabras del propio Snowden, a modificar la legalidad vigente.
El refugiado político se enfrenta a 30 años de cárcel por los delitos de robo de propiedad gubernamental, comunicación no autorizada de información de la defensa nacional y dar información clasificada a personas no autorizadas. Aunque Obama no ha hablado de contemplar un indulto para Snowden, el que fuera fiscal general de su Administración, Eric Holder, dio impulso a la campaña de las organizaciones pro derechos humanos al asegurar que el excontratista de la NSA había realizado "un servicio público".
El propio Snowden aseguró en una entrevista en The Guardian que "existen leyes en los libros que dicen una cosa, pero las excepciones son la razón por la que existe la posibilidad del idulto, para esas cosas que serían ilegales en el papel, pero cuando las vemos moralmente, éticamente, y vemos sus resultados, parece que eran cosas necesarias". El refugiado defiende el hecho de que, a través de sus acciones, la política llegó a cambiar en Estados Unidos, además de que, según manifiesta, su información no ha producido ningún perjuicio social, sino todo lo contrario.
El tiempo corre en contra de Snowden. El excontratisa de la Agencia de Seguridad Estadounidense (NSA), perseguido por el Gobierno norteamericano a causa de las filtraciones de información clasificada, en las que reveló el espionaje por parte de los servicios secretos de su país a otros estados y dirigentes, sabe que la salida de Obama de la Casa Blanca reduce a cero sus posibilidades de regresar a Estados Unidos.