Los principales partidos políticos italianos han manifestado en las últimas horas sus dudas y sus críticas a la decisión del Presidente de la República, Giorgio Napolitano, de designar a diez sabios para que planteen propuestas de reformas tanto en el plano institucional como en el económico para el país ante la imposibilidad por ahora de formar un gobierno tras las elecciones.
Napolitano ha designado a dos comités de sabios que a partir de mañana se encargarán de analizar las reformas institucionales y económicas que necesita el país, además de recalcar que el Gobierno tecnócrata de Mario Monti sigue siendo "plenamente operativo" pese a estar en funciones. El primero de los grupos de expertos se ocupará de cuestiones institucionales como una nueva ley electoral y el segundo de temas económicos y sociales.
Desde el Partido Democrático (PD), que se alzó con la victoria en las elecciones de febrero pero no consiguió una mayoría clara en el Senado para poder gobernar, se han mostrado cautos en sus palabras. Dario Franceschini, una de las cabezas visibles del partido de centro-izquierda, ha subrayado que las soluciones que necesita el país hay que encontrarlas en el nuevo Parlamento y no a través de "sabios", que no pueden sustituir a los políticos.
Más críticos han sido desde el Pueblo de la Libertad (PDL) del exprimer ministro Silvio Berlusconi. Uno de sus dirigentes, Fabrizio Cicchitto, ha reconocido que la propuesta de Napolitano "va bien si sirve para construir el terreno político para una solución positiva". Sin embargo, ha dejado claro que el Gobierno Monti no puede sustituir "la exigencia (...) tras las elecciones, de un nuevo gobierno" que reciba la confianza del Parlamento y que los sabios "pueden dar indicaciones y sugerencias positivas pero no pueden sustituir ni al Parlamento electo" ni a la creación de un nuevo Ejecutivo. En este sentido, el coordinador del PDL, Sandro Bondi, ha defendido que el Gobierno de Monti "aunque en el cargo por razones formales, no tiene ninguna legitimidad (para trabajar), ya que no ha obtenido la confianza del nuevo Parlamento".
Gran coalición o vuelta a las urnas
Por su parte, Daniela Santaché, una de las grandes personas de apoyo de Berlusconi en el Parlamento en los últimos años, ha insistido en la propuesta realizada tras los comicios por 'Il Cavaliere' de formar una gran coalición entre centro-izquierda y centro-derecha. "O nace un gobierno político entre el PD y el PDL o se va a elecciones", ha reiterado.
Postura moderada de Grillo y apoyo de Monti
Desde el Movimiento Cinco Estrellas no se ha visto con malos ojos la opción tomada por Napolitano, pero no se está de acuerdo con las personas designadas. Su líder, el cómico Beppe Grillo, cree que "en estos momentos, es la mejor solución posible en un país que ha visto parlamentos vacíos de cualquier autoridad y significado". Sin embargo, Grillo ha defendido la necesidad de que el Parlamento recupere su papel "central" y por ello ha reclamado la urgencia de formar las comisiones parlamentarias ya que Italia, ha añadido, necesita unas cámaras que funcionen y no a "fantasmas negociadores" o a "cuidadores de la democracia".
De este modo, los únicos que han salido en defensa de la propuesta de Napolitano han sido los partidarios de Monti. Desde Scelta Civica
defendieron ayer que "en la situación actual no era posible un ejecutivo mejor que el que está a cargo". "Afortunadamente, nos hemos ahorrado el Gobierno Bersani", añadió en un comunicado el portavoz del partido, Giuliano Cazzola, en referencia al líder del PD, que no pudo formar gobierno la semana pasada.
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Políticos y técnicos de prestigio al frente de las comisiones
El grupo de expertos encargado de las cuestiones sociales estará conformado por el ex juez constitucional Valerio Onida y un hombre cercano al actual primer ministro Mario Monti, el eurodiputado Mario Mauro. Del partido del ex primer ministro Silvio Berlusconi estará Gaetano Quaqliariello y el Partido Democrático (PD) de Pier Luigi Bersani estará representado por Luciano Violante.
En el segundo grupo, que se ocupará principalmente de asuntos económicos, estarán el presidente de la oficina de estadísticas italiana Istat, Enrico Giovannini, el presidente de las autoridades de competencia, Giovanni Pitruzzella, y Salvatore Rossi, miembro de la cúpula directiva del banco emisor italiano. A ellos hay que añadir el ministro en funciones de asuntos europeos, Enzo Moavero Milanesi, y el diputado Giancarlo Giorgetti, cercano a Berlusconi, así como Filippo Bubbico, del partido de Bersani.
Los principales partidos políticos italianos han manifestado en las últimas horas sus dudas y sus críticas a la decisión del Presidente de la República, Giorgio Napolitano, de designar a diez sabios para que planteen propuestas de reformas tanto en el plano institucional como en el económico para el país ante la imposibilidad por ahora de formar un gobierno tras las elecciones.