Cerca de 35.000 personas, según estimaciones policiales, han marchado este domingo por las calles de Bruselas para protestar contra las medidas de restricción frente al coronavirus en una concentración que ha terminado con enfrentamientos esporádicos y un número todavía no confirmado de detenidos. Según la agencia de noticias Belga, algunos grupos de manifestantes han roto las ventanillas de vehículos policiales y levantado barricadas en la ciudad, lo que ha obligado a las fuerzas de seguridad a usar cañones de agua y gases lacrimógenos.
"La manifestación se disuelve. Después de los incidentes, procederemos al arresto de los alborotadores a partir de ahora", ha hecho saber la Policía de Bruselas en su cuenta de Twitter a media tarde de este domingo. "La situación", según las fuerzas de seguridad, "se ha normalizado y el tráfico en la ciudad ha quedado reabierto".
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Las nuevas reglas, que entraron en vigor este el fin de semana, incluyen el uso obligatorio de mascarillas para cualquier persona mayor de 10 años en actividades en el interior y ciertas actividades al aire libre. De igual modo, obligan al trabajo en el hogar cuatro días a la semana y limitar el número de personas presentes en reuniones.
"Denunciamos las medidas restrictivas de la libertad, que no han constituido una solución estructural para los servicios de salud", lamentaron los organizadores de la protesta en un comunicado recogido por el portal de noticias Politico.
El país se encuentra inmerso en un nuevo repunte de contagios y registra en torno a los 15.000 nuevos afectados al día. Casi 1,6 millones de personas han dado positivo desde el inicio de la crisis y el número de fallecidos ronda los 26.500.
Cerca de 35.000 personas, según estimaciones policiales, han marchado este domingo por las calles de Bruselas para protestar contra las medidas de restricción frente al coronavirus en una concentración que ha terminado con enfrentamientos esporádicos y un número todavía no confirmado de detenidos. Según la agencia de noticias Belga, algunos grupos de manifestantes han roto las ventanillas de vehículos policiales y levantado barricadas en la ciudad, lo que ha obligado a las fuerzas de seguridad a usar cañones de agua y gases lacrimógenos.