El rover Perseverance llegó al cráter Jezero de Marte este 18 de febrero a las 20.55 UTC según lo previsto, informó la NASA, convirtiéndose en el quinto vehículo de exploración que la agencia espacial estadounidense coloca en la superficie del Planeta Rojo. La primera señal del aterrizaje se recibió en la estación de Robledo de Chavela, cerca de Madrid, que forma parte de la Red de Espacio Profundo (DSN) de la NASA, informa Europa Press.
Lanzado el 30 de julio de 2020 y dotado de tecnología de vanguardia, su misión principal es buscar rastros de vida pasada que pudo prosperar en el ambiente húmedo que el planeta registró hace miles de millones de años.
Diecisiete minutos antes del aterrizaje, la parte de la nave espacial en la que voló Perseverance desde la Tierra, –con el helicóptero Ingenuity unido a su vientre–, se separó de la cápsula de entrada. Los "siete minutos de terror" empezaron a las 20.48 UTC, cuando la nave entró en la atmósfera marciana a unos 19.500 kilómetros por hora. Un minuto más tarde, la fricción de la atmósfera calentaba la parte inferior de la nave espacial a temperaturas de hasta 1.300 grados Celsius.
Tres minutos antes del aterrizaje, la nave desplegó su paracaídas a velocidad supersónica y 20 segundos más tarde la cápsula de entrada se desprendió del escudo térmico. Esto permitió al rover usar un radar para determinar la distancia al suelo y emplear su tecnología de navegación relativa al terreno para encontrar un lugar de aterrizaje seguro. Solo un minuto antes de tocar la superficie se desprendió la mitad trasera de la cápsula sujeta al paracaídas. En ese momento, la estructura que envuelve al rover activó sus retrocohetes para reducir velocidad y en los últimos metros dejó caer el rover con correas de nailon sujetas a una grúa. De esa forma, el vehículo llegó al suelo de Marte a las 20.55 UTC a apenas 2,7 kilómetros por hora.
Su destino es una cuenca donde los científicos creen que un antiguo río desembocaba en un lago y depositaba sedimentos en forma de abanico conocido como delta. Los científicos creen que el medio ambiente aquí probablemente haya conservado signos de cualquier vida que se afianzara hace miles de millones de años, pero Jezero también tiene acantilados escarpados, dunas de arena y campos de rocas, que hacían complicado el 'amartizaje' de la misión.
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El equipamiento de Perseverance se basa en lecciones de misiones anteriores y emplea nuevas tecnologías que han permitido un aterrizaje con mayor precisión y evitando peligros de forma autónoma. Además de buscar signos de vida microbiana antigua, el rover recolectará y almacenará rocas y regolitos marcianos (roca desmenuzada y polvo) para que futuras misiones los traigan a la Tierra. Para su trabajo, el rover está dotado de siete instrumentos, 23 cámaras y 2 micrófonos. Además, en su 'vientre' lleva adherido el helicóptero Ingenuity que explorará volando los alrededores.
El Perseverance de la NASA que aterrizó en Marte incorpora tecnología del CSIC
Perseverance ha viajado 470,8 millones de kilómetros, aunque Marte se encuentra ahora a unos 209 millones de kilómetros de la Tierra; en ese punto, una transmisión desde la Tierra tarda unos 11,5 minutos en llegar a la nave espacial o viceversa.
El rover Perseverance llegó al cráter Jezero de Marte este 18 de febrero a las 20.55 UTC según lo previsto, informó la NASA, convirtiéndose en el quinto vehículo de exploración que la agencia espacial estadounidense coloca en la superficie del Planeta Rojo. La primera señal del aterrizaje se recibió en la estación de Robledo de Chavela, cerca de Madrid, que forma parte de la Red de Espacio Profundo (DSN) de la NASA, informa Europa Press.