Medio ambiente
#SchoolStrikeForClimate: jóvenes de todo el mundo cambian el aula por la calle para exigir medidas contra el cambio climático
Como cada viernes desde hace meses, Greta Thunberg —estudiante y activista climática sueca de 16 años– faltará este viernes a clase y protestará para llamar la atención sobre “la mayor crisis de la historia de la humanidad”, el cambio climático, y el hecho de que “básicamente no se está haciendo nada para prevenirla”. En esta ocasión, Greta se manifestará por las calles de París y se espera que, junto a ella, más de 70.000 estudiantes en 270 ciudades de todo el mundo tomen las calles para criticar la inacción política de sus respectivos gobiernos y para demandar la aplicación inmediata de medidas para frenar la emisión de gases contaminantes.
Tras vivir el verano más caluroso de Suecia desde que comenzaron los registros hace 262 años, Greta Thunberg tomó la decisión de faltar a la escuela todos los días durante dos semanas y sentarse frente al Parlamento sueco para protestar por la falta de interés hacia la crisis climática que estaban mostrando los candidatos durante la campaña electoral. Casi de inmediato, su acto solidario de desobediencia civil captó la atención de los ciudadanos de su país y las redes sociales, quienes ayudaron a dar a conocer el movimiento #SchoolStrikeForClimate (Huelga escolar por el clima) a nivel mundial. Ante esta situación, la joven activista política optó por continuar con su protesta.
Sin embargo, fue su discurso en diciembre de 2018 frente a los líderes políticos de 200 países en la Conferencia del Clima de la ONU en Katowice (Polonia) lo que realmente encendió la chispa de las huelgas estudiantiles. En menos de cuatro minutos, Greta reprochó a los líderes mundiales su inmadurez a la hora de contar “las cosas como son” y les acusó de decir es que “aman a sus hijos por encima de todo pero les están robando su futuro ante sus propios ojos”. A continuación, aseguró que “nos hemos quedado sin excusas y nos estamos quedando sin tiempo”, en referencia al informe de 2018 del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, que indicaba que la humanidad solo tiene 12 años para implantar medias efectivas que reduzcan las emisiones de CO2 antes de que el daño sea irreparable. Por último, la joven activista sueca lanzó una advertencia a todos los asistentes a la COP24: “Hemos venido aquí para hacerles saber que el cambio está llegando, les guste o no. El verdadero poder pertenece a la gente”.
Lo que empezó como una protesta en solitario a las puertas del Parlamento de Suecia, se ha convertido en el movimiento global #SchoolStrikeForClimate#SchoolStrikeForClimate que agrupa a estudiantes de colegio e instituto, universitarios, profesores y padres conscientes de que el tiempo para actuar se acaba. Ahora solo falta que los gobiernos que ratificaron el Acuerdo de París durante COP21 cumplan sus compromisos. Mientras esto sucede, los movimientos y asociaciones de estudiantes han convocado una huelga climática internacional para el próximo 15 de marzo.
Solo quedan 12 años
Las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el ser humano ya han elevado la temperatura media del planeta en torno a 1ºC con respecto a antes de la revolución industrial en el siglo XIX y, según el último informe elaborado por el IPCC, está previsto que las temperaturas aumenten hasta 1,5ºC entre 2030 y 2052 si el calentamiento global continúa avanzando al ritmo actual.
Cada porción extra de calentamiento del planeta acerca a la humanidad un poco más a un escenario desolador transformado por el incremento de las temperaturas extremas; la extinción de especies y ecosistemas; los episodios cada vez más frecuentes de intensas precipitaciones o largos periodos de sequía; y el aumento del nivel del mar. Para no llegar a esta situación, los expertos sostienen que es imprescindible que las emisiones netas globales de CO2 generadas por el hombre disminuyan aproximadamente un 45% de cara a 2030 respecto a los niveles de 2010 y se reduzcan a cero para mediados de siglo.
La joven activista sueca, Greta Thunberg.
La conclusión del informe del IPCC es que los objetivos fijados en el Acuerdo de París para reducir las emisiones no son suficientes. Poco después, esta afirmación fue secundada por el informe Brecha de Emisiones publicado a finales de noviembre por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que advertía de que el calentamiento global será de 3 °C para finales de siglo si las tendencias actuales continúan.
A raíz de la publicación del informe del IPCC, el secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamamiento a nivel mundial a “actuar de forma urgente, colectiva y sin precedentes” porque "no es imposible limitar el calentamiento global a 1,5ºC”. Y son los jóvenes, quienes realmente sufrirán las consecuencias si se sobrepasan los 2ºC, los que están respondiendo a esa llamada a la acción:
Bélgica
Una estudiante con un cartel que reza 'Make our planet Greta again'.
Inspirados por el discurso de Greta ante las Naciones Unidas, los estudiantes belgas decidieron a principios de año crear la iniciativa Rise for Climate BelgiumRise for Climate Belgium y tomar las calles cada jueves para exigir una política medio ambiental efectiva.
En menos de un mes, las huelgas escolares pasaron de los escasos 3.000 alumnos que participaron en la primera marcha en Bruselas a los más de 35.000 estudiantes que abandonaron las aulas en señal de protesta el 24 de enero y se extendieron a otras ciudades como Gante, Amberes, Courtrai, Hasselt, Lieja, Herve y Mons. Además, una coalición de casi 3.500 científicos belgas mostraron su apoyo a los jóvenes manifestantes a través de una carta abierta donde proporcionaban datos y pruebas que corroboraban sus proclamas.
La ministra de Medio Ambiente de Flandes, Joke Schauvliege, afirmó que los servicios de seguridad del Estado le habían proporcionado pruebas de que los estudiantes estaban siendo “manipulados” por poderes anónimos, es decir, que “las huelgas por el clima eran algo más que acciones espontáneas de solidaridad con nuestro clima”. Los servicios de inteligencia reaccionaron inmediatamente a estos comentarios y negaron de forma rotunda haber transmitido esa información a Schauvliege. Asimismo, se desencadenó una ola de críticas hacia la clase política en general que culminó con la renuncia de Schauvliege.
Aunque en las huelgas estudiantiles de las últimas semanas ha disminuido el número de participantes, la influencia del movimiento es tal que ha conseguido que los socialistas y ecologistas belgas lleven al Parlamento una propuesta de ley climática elaborada por un grupo de expertos en derecho medioambiental que, entre otras cosas, sugiere crear una agencia climática intersideral y ampliar el objetivo de reducción de emisiones en un 65% para 2030 respecto a los niveles de 1990.
Este jueves Greta Thunberg participó en la manifestación de Bruselas. La activista cargó contra la inacción de la clase política durante su intervención en un acto en el Comité Económico y Social Europeo, en el que también estaba presente el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. "Tenemos que centrar cada pulgada de nuestro ser en el cambio climático, porque si fracasamos, todos nuestros logros y progresos no habrán servido para nada. Y todo lo que quedará del legado de nuestros políticos será el mayor fracaso de la historia humana y serán recordados como los mayores villanos de todos los tiempos, porque habrán elegido no escuchar y no actuar", dijo Thunberg.
"Sabemos que la mayoría de los políticos no quieren hablar con nosotros. Bien. Nosotros tampoco queremos hablar con ellos. Queremos que hablen con los científicos, que les escuchen, porque sólo repetimos lo que dicen y han estado diciendo durante décadas", señaló Thunberg, que también criticó que, cuando muchos políticos hablan de las huelgas estudiantiles sobre el cambio climático, "hablan de todo menos de la crisis climática". A su juicio, intentan desesperadamente" cambiar el foco, puesto que "saben que no han hecho los deberes".
Francia
Protesta de estudiantes en las calles de París.
La semana pasada, también por primera vez, entre 300 y 400 estudiantes de secundaria y universitarios parisinos decepcionados por el incumplimiento de los acuerdos sobre el clima se saltaron las clases para protestar ante la sede del Ministerio de Medio Ambiente en la capital francesa.
A pesar de que los estudiantes franceses se acaban de unir al movimiento #SchoolStrikeForClimate, ya se están organizando y se han comprometido a participar junto a sus compañeros de toda Europa en las manifestaciones semanales. La rama francesa de la red mundial Youth for Climate, creada hace pocas semanas, está tratando de organizar un frente unido al mismo tiempo que da forma a sus demandas, entre las que se encuentra: declarar "un estado de emergencia climática"; reformar la Constitución para incluir la protección del medio ambiente; y mantener el compromiso de Francia con el Acuerdo de París de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 4% anual.
Se espera que este viernes se celebre un mitin en París —al que asistirá la propia Greta— ante el Ministerio de la Transición Ecológica por convocatoria de un grupo de estudiantes de Île-de-France.
España
Sentada del movimiento #FridaysForFuture en Girona.
Aunque un poco más tímidamente que en otros países europeos, el pasado viernes 18, decenas de estudiantes españoles se unieron a "la lucha por su futuro" y se alzaron en ciudades como Girona, Barcelona o Madrid para exigir que el Gobierno les escuche.
En Girona, el acto comenzó hace más de un mes cuando tres amigos decidieron hacer una sentada simbólica ante dependencias de la Generalitat en esta provincia. En su quinta semana de protesta, se unieron a ellos más de 50 personas y, desde entonces, se han puesto en contacto numerosas personas que quieren organizar sus propios grupos #FridaysForFuture en sus respectivas ciudades.
A raíz de este crecimiento, los fundadores de #FridaysForFutureGirona han puesto en marcha un perfil en Twitter (@ForGirona) y otro en Instagram (fridaysfuture.girona) a través de los cuales se han puesto en contacto con estudiantes, profesores, sindicatos y grupos ecologistas a nivel nacional y con otros grupos de estudiantes a nivel internacional. Asimismo, este martes por la tarde tuvo lugar una Asamblea en la que se votaron los pilares fundamentales del movimiento, como seguir siendo un grupo apolítico centrado en la lucha contra el cambio climático; se establecieron las comisiones de trabajo de cara a la huelga internacional del 15 de marzo; y se planificó una acción para este viernes que esperan tenga bastante difusión.
El movimiento de la capital está dando sus primeros pasos, ya se han puesto en contacto a través de las redes sociales con otros grupos del país y han llevado a cabo una distribución de tareas entre los equipos de creatividad, comunicación y logística para alcanzar sus objetivos de la manera más efectiva.
#FridaysForFutureMadrid considera que el retraso en la formación y organización del grupo no se debe a la falta de conciencia ecológica entre los jóvenes sino que se debe, principalmente, al hecho de que estaban esperando a que alguien diera el primer paso sin ser conscientes de que "ese alguien eramos nosotros mismos". Sin embargo, si cree que ha existido un freno, la educación, y culpa a los distintos gobierno españoles que llevan años manejando y adaptando el currículo escolar a su antojo , centrados en mermar la educación ambiental y relegar la crisis medioambiental a un segundo plano. Según el grupo, en declaraciones a infoLibre, el problema es que en España "se ha normalizado la manipulación de los datos sobre la contaminación, los pactos de puertas giratorias con las industrias energéticas y se ha preferido asumir multas millonarias antes de tomar medidas".
Aunque todavía no está listo para salir a la calle, #FridaysForFutureMadrid ya ha convocado las primeras movilizaciones generales para el 1 de marzo.
Reino Unido
Protesta de estudiantes en las calles de Londres.
Desde las Tierras Altas de Escocia hasta Cornualles, más de 10.000 de estudiantes de secundaria y universitarios británicos se unieron el viernes pasado a la huelga —a pesar de las amenazas de sanciones por parte de algunos colegios—, tomaron las calles y exigieron al Gobierno de Theresa May que declare el estado de emergencia climática, cambie el plan de estudios para hacer de la crisis climática una prioridad educativa y reduzca la edad legal para votar hasta los 16 años.
En Londres, los casi 3.000 jóvenes que se reunieron frente a la Cámara de los Comunes se dividieron en varios grupos pasadas las horas. Por un lado, lo que comenzó como un mitin se convirtió en una marcha espontánea a lo largo de Whitehall hasta llegar al nº 10 de Downing Street. Mientras, otros grupos de estudiantes se sentaron tomados de las manos en la carretera y se negaron a ser trasladados, ni siquiera cuando la policía montada intento de trasladarlos de vuelta a la Plaza del Parlamento.
La ex jefa de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y directora del Acuerdo de París de 2015, Christiana Figueres, mostró su apoyo a los estudiantes ingleses y señaló que es "hora de escuchar la voz profundamente conmovedora de la juventud” porque, que estén dispuestos a hacer huelga, "es una señal de que estamos fallando en nuestra responsabilidad de protegerlos del empeoramiento de los impactos del cambio climático”.
Por su parte, la primera ministra británica criticó severamente los jóvenes huelguistas por faltar a clase y dijo que "es importante subrayar que la interrupción aumenta la carga de trabajo de los maestros y hace perder el tiempo de clase para el que los maestros se han preparado cuidadosamente”. A lo que Greta respondió a través de su cuenta oficial de Twitter: “Ese puede ser el caso. Pero los líderes políticos han desperdiciado 30 años de inacción. Y eso es un poco peor”.
Australia
Unos jóvenes en una protesta contra el cambio climático en Australia.
A finales de noviembre de 2018, los estudiantes de secundaria y universitarios australianos se convirtieron en los primeros —más allá de las fronteras de Suecia— en seguir los pasos de Greta y protestar en las calles de Sidney, Melbourne o Adelaida contra la política gubernamental frente al cambio climático.
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En Australia, donde un fuerte sector político conservador busca mantener la explotación de combustibles fósiles, las huelgas estudiantiles provocaron numerosas críticas, entre ellas, la del primer ministro, Scott Morrison, quien aseguró que se necesita "más aprendizaje en las escuelas y menos activismo”; por respuesta, el primer ministro obtuvo una sentada estudiantil ante el Parlamento en Camberra.
Los estudiantes australianos anunciaron recientemente que el próximo 15 de marzo se unirán a Greta Thunberg en la huelga climática internacional, en gran medida influenciados por la ola de calor sin precedentes que durante los meses de diciembre y enero que azotó el continente, provocando incontrolables incendios forestales y la muerte de decenas de animales por deshidratación. A principios de semana, el ministro de educación de Australia, Rob Stokes, advirtió a los estudiantes de secundaria y universitarios que "se aplicarán las mismas sanciones a todo aquel que pierda un día de trabajo sin una excusa razonable" y Greta le respondió: "Ok. Te hemos escuchado. Y no nos importa. Sus argumentos pertenecen a un museo"