La caza ilegal, el tráfico y el comercio de especies silvestres, sean animales o también plantas, son un problema mundial con múltiples consecuencias. Muchas especies están siendo empujadas a la extinción y, además, el impacto de la caza furtiva y el tráfico ilegal va más allá de la amenaza que representan para la vida silvestre: las comunidades locales se ven muy afectadas, tanto por el impacto social como económico y de seguridad personal que sufren. Es uno de los delitos más lucrativos: se estima que los beneficios anuales de la trata de especies salvajes oscilan entre los 7.000 y los 23.000 millones de dólares. Estos traficantes necesitan ocultar el origen ilegal del dinero e intentan blanquearlo utilizando a los bancos. Este contrabando también está estrechamente vinculado a otros delitos, como la corrupción política en determinados países o el uso de documentos e identidades falsas.
El International Wildlife Trade Financial Taskforce ha lanzado diversas alertas para que los bancos combatan y erradiquen cualquier intento de ser utilizados como fuente de financiación del tráfico de especies salvajes.
En octubre de 2018, los participantes del Grupo Financiero Internacional establecieron seis compromisos contra el tráfico ilegal de especies salvajes, incluida la necesidad de compartir sus recursos y su conocimiento para detectar e interrumpir todos los ingresos ilegales generados por los productos animales que llegan a compradores sin escrúpulos, como colmillos de elefante, cuernos de rinoceronte o escamas de pangolín.
Los integrantes del grupo también se han comprometido a cooperar con su máximo esfuerzo con todas las autoridades oficiales y cuerpos de seguridad que combaten el tráfico ilegal.
La situación en España
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¿Cuál es la situación en España? El Banco Santander es, de momento, la única entidad financiera que se ha unido a esta iniciativa. “Cada año el tráfico ilegal de especies salvajes mueve hasta 23.000 millones de dólares. Nos hemos unido al International Wildlife Trade Financial Taskforce como parte de nuestro compromiso en la prevención y disuasión de esta lacra”, indicó el banco presidido por Ana Patricia Botín en la declaración oficial difundida esta semanra.
En todos los países donde opera el Santander existen equipos locales focalizados y especializados en prevención del blanqueo de capitales, explica un portavoz del banco, que añade que “todos los empleados, de cualquier rango, en todos los países, están obligados a recibir y acreditar formación sobre cómo detectar y combatir posibles usos fraudulentos de los servicios bancarios del Santander, como son el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo”.
Miles de trabajadores hacen todos los años en el grupo cursos presenciales y online a este efecto. En este sentido, continúa dicho portavoz, todos los equipos locales antiblanqueo del Santander ya han sido informados de las distintas alertas que ha establecido el International Wildlife Trade Financial Taskforce para que los bancos combatan y erradiquen cualquier intento de ser utilizados como fuente de financiación del tráfico de especies salvajes.
La caza ilegal, el tráfico y el comercio de especies silvestres, sean animales o también plantas, son un problema mundial con múltiples consecuencias. Muchas especies están siendo empujadas a la extinción y, además, el impacto de la caza furtiva y el tráfico ilegal va más allá de la amenaza que representan para la vida silvestre: las comunidades locales se ven muy afectadas, tanto por el impacto social como económico y de seguridad personal que sufren. Es uno de los delitos más lucrativos: se estima que los beneficios anuales de la trata de especies salvajes oscilan entre los 7.000 y los 23.000 millones de dólares. Estos traficantes necesitan ocultar el origen ilegal del dinero e intentan blanquearlo utilizando a los bancos. Este contrabando también está estrechamente vinculado a otros delitos, como la corrupción política en determinados países o el uso de documentos e identidades falsas.