El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió este martes que estaría abierto a una revisión de la legislación migratoria que otorgaría el estatus legal a millones de inmigrantes indocumentados que no han cometido delitos graves, como recoge Europa Press.
"Ha llegado el momento de tener una ley de inmigración, siempre y cuando haya compromiso por ambas partes", señaló el mandatario en un encuentro privado con varios presentadores de televisión en la Casa Blanca, según declaraciones de algunos de los presentes al diario The New York Times.
Esta propuesta rompe radicalmente con la postura que el presidente ha mantenido desde la campaña y también durante sus primeras semanas en el cargo, dirigida a poner fin a la migración ilegal en el país a base de deportaciones y de intentos por bloquear la entrada de más extranjeros en el país.
La Casa Blanca no ha cuestionado estas informaciones, si bien la viceportavoz, Sarah Huckabee Sanders, se ha negado a confirmarlas porque no estuvo presente en el encuentro con los medios.
"El presidente ha sido muy claro en su proceso de que el sistema migratorio está roto y necesita una reforma importante, y ha dejado claro que está abierto a tener conversaciones sobre cómo seguir adelante", explicó Sanders.
"En estos momentos, está enfocado principalmente, como ya ha hecho patente, al control de fronteras y la seguridad en las fronteras, así como a la expulsión de delincuentes del país y a la seguridad de la nación, y esas prioridades no han cambiado", agregó.
Cómo revertir la "herencia" de Obama
Trump insistió este martes en su lema de poner por delante al estadounidense y subrayó la necesidad de comprar productos nacionales y contratar a nacionales para poder revertir la herencia del expresidente Barack Obama.
"Al mismo tiempo que os resumo los que serán los próximos pasos que tomaremos, debemos reconocer, honestamente, las circunstancias que hemos heredado" del anterior Gobierno, señaló Trump en su primer discurso ante el Congreso, pronunciado esta noche desde el Capitolio.
El mandatario advirtió de que el país cuenta con 49 millones de ciudadanos que están fuera del mercado laboral; más de 43 millones de personas que viven la pobreza y la peor recuperación económica de los últimos 65 años. "Más de una de cada cinco personas en sus primeros años de trabajo no está empleada", aseguró.
"En los últimos ocho años, la pasada Administración colocó más deuda que casi todos los anteriores presidentes juntos. Hemos perdido más de un cuarto de nuestros empleos de manufacturación desde que se aprobó el NAFTA y hemos perdido cerca de 60.000 empleos desde que China se unió a la Organización Mundial del Comercio en 2001", criticó.
Así, señaló que para resolver todos estos problemas –"y muchos otros"– será necesario aprovechar el "espíritu estadounidense" y restablecer el motor de la economía, facilitando a las empresas que puedan fabricar en el país y dificultar que éstas puedan abandonarlo.
En este sentido, defendió medidas para desarrollar una reforma tributaria que, por un lado, reduzca la tasa impositiva a las empresas nacionales para que puedan competir y, por otro, reducir la presión fiscal a la clase media.
"Creo encarecidamente en el libre comercio, pero éste tiene que ser también un comercio justo", insistió. En su intervención, Trump se hizo eco de una advertencia pronunciada por el primer presidente republicano, Abraham Lincoln –"Abandonar las políticas proteccionistas por el Gobierno provocarán carencias y ruina entre el pueblo"– y aseguró que "es hora de hacer caso" a estas palabras.
"No quiero dejar que nadie se aproveche de Estados Unidos y sus grandes empresas y sus trabajadores", aseveró antes de comprometerse, de nuevo, a traer "millones de empleos" al país.
En este contexto, el presidente hizo hincapié en que proteger a los trabajadores "también significa reformar el sistema de inmigración legal". "El actual, un sistema anticuado, deprime los salarios de nuestros trabajadores más pobres y ejerce mucha presión sobre los contribuyentes", criticó.
Así, ha asegurado que el sistema actual del país supone, además, un coste significativo a la nación, señalando la necesidad de adoptar otro basado en los méritos, acción que tendría "muchos beneficios": "ahorraría mucho dinero, elevaría los salarios y ayudaría a familias afectadas –entre ellas, inmigrantes– a entrar en la clase media".
"Creo que una reforma migratoria positiva y real es posible, mientras nos enfoquemos en los siguientes objetivos: mejorar los empleos y los salarios, reforzar la seguridad de la nación y restablecer el respeto por nuestras leyes", explicó.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió este martes que estaría abierto a una revisión de la legislación migratoria que otorgaría el estatus legal a millones de inmigrantes indocumentados que no han cometido delitos graves, como recoge Europa Press.