Desde la publicación de su primer tuit, en diciembre de 2011, @mujtahidd ha utilizado como instrumento la red social para trasladar a la opinión pública la supuesta corrupción que salpica a la monarquía saudita y el juego de poderes que se esconde tras la sucesión del actual rey Abdalá bin Abdelaziz.
"Lo único que puedo decir es que soy de Arabia Saudita", ha respondido @mujtahidd a la cadena británica BBC Mundo, interesada en conocer su identidad después de que la semana pasada el tuitero superara el millón de seguidores tras publicar algunas claves sobre el dilema del heredero del trono.
Muchos sospechan de que podría ser una organización coordinada por diferentes miembros localizados en diferentes países mientras otros apuntan a que es un miembro de la Corte que está filtrando información. De cualquier modo, lo que sí es cierto es que a lo largo de varios años, este usuario ha denunciado todo tipo de escándalos que comprometen a la familia real del país del Golfo Pérsico, que permanece en el trono desde el siglo XVIII. "Tanto es el nivel de detalle de la información que es difícil no tomarla en serio", ha afirmado Abdirahim Saeed, periodista del servicio árabe de la BBC.
Sus últimas revelaciones destacan una posible disputa dentro de la familia saudita por la sucesión del trono. Según ha publicado en su cuenta de twitter, el rey de Arabia Saudita, Abdalá bin Abdelaziz, está gravemente enfermo y señala al viceministro de Interior, Mohammad bin Nayef, como el principal candidato a la sucesión debido a su poder sobre las fuerzas de seguridad, sus contactos con EEUU y su capacidad de contener a la oposición. Otras de sus denuncias tienen que ver con los supuestos excesos de la élite saudita, los acuerdos que los gobiernos de Kuwait y Jordania habrían suscrito para oprimir a la oposición kuwaití.
Tras acceder a mantener una entrevista con la cadena BBC Mundo, en la que se ha expresado en un inglés fluído, ha confirmado que sus fuentes se encuentran tanto en el seno de la Corte real como en algunos ministerios y embajadas. “Algunas veces la gente voluntariamente me da información confidencial o documentos”, ha asegurado. A pesar de rechazar a dar a conocer su identidad, afirma ser periodista y se considera “un activista por definición”.
“Yo estoy a salvo y es probable que el régimen conozca mi identidad. Pero no la pueden revelar. Reconocer que alguien como yo sabe todos estos detalles intrincados es un desastre”, ha explicado.
Preguntas incómodas
En una ocasión @mujtahidd le preguntó por twitter al hijo menor del rey, Abdul Aziz bin Fahd lo siguiente: "¿Es verdad que su palacio en Riyadh es más grande que la residencia del rey y costó 12 billones de riyales porque está compuesta de varios palacios?" y "¿es verdad que tiene dos millones de metros cuadrados de área y su construcción empezó en 1994 y terminó en 2003 y el costo real fue tres billones y el resto (nueve billones) se fue para usted y Hariri (exprimer ministro del Líbano)?". No mucho más tarde, Abdul Aziz respondió que sus alegatos eran "calumnia" y lo calificó como un "instrumento pagado".
"Parte de la credibilidad de @mujtahidd", el periodista de la BBC, "es que ha logrado que los políticos le respondan. De ser mentira no le responderían", ha añdido
Apoyo social
Los medios sauditas, controlados en su mayoría por la realeza, han transmitido la voluntad del Gobierno de poner fin al anonimato en twitter en el país del Golfo Pérsico, donde la red social tiene más de tres millones de usuarios. En un país donde no hay sitio para la pluralidad política y los activistas son víctimas de persecuciones, la oposición está obligada a organizarse desde el exterior. Ante un contexto como éste, @mujtahidd se ha convertido en una figura revolucionaria ejemplar para muchos sauditas que también comparten, según ha afirmado, su “interés por exponer la corrupción y pelear contra el engaño y la hipocresía".
Desde la publicación de su primer tuit, en diciembre de 2011, @mujtahidd ha utilizado como instrumento la red social para trasladar a la opinión pública la supuesta corrupción que salpica a la monarquía saudita y el juego de poderes que se esconde tras la sucesión del actual rey Abdalá bin Abdelaziz.