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Doscientos 'lobbies' de los combustibles fósiles presionan para hacerse oír dentro de la COP29

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Mickaël Correia (Mediapart)

Con 2024 en camino de ser el año más caluroso jamás registrado y el primero en superar el límite simbólico de 1,5 °C de calentamiento global, los grupos de presión de los combustibles fósiles han acudido en masa a la COP29.

Basándose en la lista de participantes en esta conferencia de la ONU en Bakú (Azerbaiyán) publicada por la secretaría de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Clima, Mediapart contabilizó que estaban presentes en las conversaciones al menos 107 altos ejecutivos y representantes de las doce mayores multinacionales del petróleo, el gas y el carbón.

Así, se han infiltrado en la COP29 los gigantes petroleros ExxonMobil, Shell, Chevron, BP, Eni y TotalEnergies, la gasista rusa Gazprom, la energética alemana RWE y el grupo minero anglo-suizo Glencore, dos compañías adictas al carbón.

Los cuatro principales lobbies de las industrias de los combustibles fósiles, Ipieca, el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible y la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones, han enviado al menos 89 emisarios.

Acceso privilegiado a las negociaciones

Esos gigantes del petróleo, el gas y el carbón han acreditado a sus delegados bajo el paraguas de ONG como BusinessEurope y la Cámara de Comercio Internacional.

Gazprom, una de las multinacionales más contaminantes del mundo, tiene veintisiete representantes en Bakú, figurando todos ellos como miembros de la delegación oficial rusa. Lo mismo ocurre con la petrolera emiratí Abu Dhabi National Oil Company, que ha incluido a dos de sus ocho portavoces en la delegación de Emiratos Árabes Unidos.

Muchos de estos contaminadores también se benefician de una acreditación para  acceder, como “Party Overflow, a las negociaciones. Como explicó a Mediapart el año pasado Pascoe Sabido, de Corporate Europe Observatory, esa credencial “es utilizada por los gobiernos para dejar entrar por la puerta de atrás a los intereses privados”. “Esa acreditación da un acceso muy privilegiado a la COP, y permite ir donde van las delegaciones gubernamentales, en particular a las reuniones ministeriales donde no pueden entrar ni la prensa ni las ONG”.

A modo de ejemplo, Turquía ha acreditado como “Party Overflow” a un ejecutivo de la Shell. Lo mismo ocurre con Grecia y Kazajstán, que han concedido a dos empleados de Chevron Texaco un pase que les da acceso directo a las conversaciones. Brasil, por su parte, ha entregado nueve de esos pases a representantes de su petrolera nacional Petrobras.

También Patrick Pouyanné, Director General de TotalEnergies, y Murray Auchincloss, responsable de BP, están presentes en las negociaciones de la COP29. TotalEnergies anunció en octubre su intención de aumentar su producción de petróleo y gas de aquí a 2030, en contra de las recomendaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y de la Agencia Internacional de la Energía. Ese mismo mes, BP abandonó su objetivo de reducir su producción de combustibles fósiles y redujo su estrategia de transición hacia las energías renovables.

El mayor emisor de petróleo del mundo, el gigante del oro negro Saudi Aramco, ausente de las últimas COP, cuenta este año con una docena de emisarios para torpedear la cumbre internacional de Bakú. Su director general, Amin Nasser, ha sido incluso acreditado, a pesar de que el pasado mes de marzo declaró que el mundo debería “abandonar la fantasía” de eliminar progresivamente los combustibles fósiles.

Firma de nuevos contratos

El 31 de octubre, la ONG Transparency International y el Anti-Corruption Data Collective publicaron un informe en el que destacan cómo la COP29 de Bakú corría el riesgo de verse “socavada” por la nociva influencia del sector de los combustibles fósiles, amenazando “la acción multilateral sobre el clima”.

El informe también señala que “la compañía petrolera nacional de Azerbaiyán, Socar, está estrechamente vinculada a los preparativos de la COP29” y recuerda que el presidente de la conferencia, Mukhtar Babayev, actual ministro de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán, fue un alto ejecutivo del grupo de combustibles fósiles entre 1994 y 2018.

Mediapart ha contabilizado al menos sesenta y dos representantes de Socar acreditados para la cumbre de la ONU en Bakú. A finales de 2023, durante la COP28, la petrolera azerí había enviado diecinueve delegados a Dubái, tres veces menos que este año.

Como otra señal de que la COP29 podría ser un foro para negociar nuevos contratos de petróleo y gas, como ocurrió en la COP de Dubai, BP ha incluido entre sus diez emisarios a Bakhtiyar Aslanbayli, su vicepresidente para la región del Caspio, y a Gary Jones, presidente regional de BP para Azerbaiyán-Georgia-Turquía. Por su parte, Gazprom ha incluido en su delegación a Maksut Anderzhanov y Rashid Abbasov, dos representantes de la oficina de la multinacional en Bakú.

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En la COP28 del año pasado en Dubai se acreditaron al menos 2.456 lobbistas de combustibles fósiles para asistir a la cumbre diplomática. La presión ejercida por esos lobbies y por los países productores de petróleo desembocó en un tímido “llamamiento” final a favor de “una transición para abandonar los combustibles fósiles”. Una señal política muy débil, teniendo en cuenta que nuestro planeta se encamina hacia un calentamiento de 3,1 °C más de aquí a finales de siglo, y que los negociadores de Bakú tendrán que esforzarse por elevar el nivel de ambición si esperan mantener vivo el acuerdo de París sobre el clima.

 

Traducción de Miguel López

Con 2024 en camino de ser el año más caluroso jamás registrado y el primero en superar el límite simbólico de 1,5 °C de calentamiento global, los grupos de presión de los combustibles fósiles han acudido en masa a la COP29.

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