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Una argucia legal del expresidente del grupo Fnac-Darty permitió a la compañía ahorrar 10 millones en impuestos

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El asesino de costes (cost killer) Alexandre Bompard golpea de nuevo. Empleados de Carrefour se manifestaban este jueves día 8, convocados por Fuerza Obrera, ante la sede de Carrefour en Massy [norte de Francia]; protestaban contra el tratamiento de choque anunciado por su presidente el 23 de enero, a saber, la supresión de 2.400 empleos en ese centro, mientras otros 2.500 penden de un hilo por la cesión de las tiendas Dia y la reducción del tamaño de los hipermercados. “El presidente se burla de nosotros”, denuncian desde la CGT, sindicato que ha organizado la “semana del enfado”.

Nada que preocupe a Alexandre Bompard, directivo sin igual a la hora de seducir a los accionistas cuando se trata de reducir costes. Hizo lo mismo en la Fnac, empresa que dejó en julio pasado después de aumentar los beneficios, la cotización de las acciones... y su fortuna personal. Bompard, quien según los sindicatos redujo en más de 2.000 personas el número de asalariados de la Fnac, en 2016 cobró un megabono de 12 millones de euros, según reveló Libération.

Este exalumno de la Escuela Nacional de Administración [que forma a futuros altos cargos] e inspector de finanzas de 45 años no es únicamente un especialista en planes sociales. Según documentos confidenciales a los que ha tenido acceso Mediapart –socio editorial de infoLibre– también puede ser muy astuto a la hora de reducir la fiscalidad de su empresa. En enero de 2017, tras la adquisición de Darty por parte de la Fnac, el grupo, con la fusión de las dos sedes sociales, recurrió a una argucia que le permitió ahorrar más de 10 millones de impuestos. En aquel momento, un directivo de la empresa señaló por escrito a varios de sus colegas que la maniobra suponía correr un riesgo jurídico a Fnac-Darty, pero que el grupo había elegido ponerla en práctica pese a todo.

“Quiero interpelar a los servicios del Estado y en particular al ministro de Economía Bruno Le Maire, sobre las dudosas condiciones de esta operación. Se trata de una asunción de riesgos social y fiscal desconsiderada que pone al grupo Fnac-Darty en una situación delicada tanto con relación a las autoridades financieras, como a los accionistas y a los clientes”, denuncia Haziz Faddel, delegado sindical de la Confederación Autónoma del Trabajo (CAT) en Darty, que ha puesto a Mediapart sobre la pista de esta operación.

Al habla con el grupo Fnac-Darty, la compañía argumenta que todo se hizo conforme a las normas y que el método elegido para fusionar las dos sedes no tuvo que ver “ en ningún caso con consideraciones fiscales”. Por su parte, Alexandre Bompard ha declinado hacer comentarios por considerar que las explicaciones de su antigua empresa también servían para él.

La historia se remonta a abril de 2016. Después de meses de batalla y de pujas, Alexandre Bompard terminó por quitarle Darty a Steinhoff (Conforama). Pero la Fnac tuvo que pagar 1.160 millones de euros, financiados en gran medida mediante deuda. Para justificar la operación, Bompard debe obtener lo antes posible los 130 millones de euros de “sinergias” prometidas a los accionistas –sobre todo al principal de ellos, la familia Pinault–.

La primera manera de ahorrar pasar por unificar las sedes sociales, que emplean a 800 personas cada una de ellas. En otoño de 2016, la dirección, respaldada por la consultora BCG, opta por el traslado de los empleados de la sede de Darty a la de la Fnac.

Pero hay un pequeño detalle. Al recuperar la central de compra de Darty, la Fnac también pasa a disponer de sus productos (teles, neveras, etc.), comprados al por mayor, y por tanto de los futuros beneficios de su reventa en tiendas. En el marco de un traspaso comercial, se trata de una plusvalía sujeta a impuestos. Y la factura es importante: un informe confidencial de septiembre de 2016, efectuado por la consultora BCG para la dirección, recoge que “el traspaso de las actividades de central de compra” va a crear un “coste fiscal puntual” que se elevará, según la “estimación inicial” del gabinete, ¡a más de 10 millones de euros!

Evidentemente, la Fnac no tiene ganas de pagar. O, en todo caso, no de forma inmediata. Para ello, la dirección urde un plan: traspasar la central de compra de Darty y a sus empleados... pero sin los stocks de productos que la central ha comprado, esos que generan el grueso de los 10 millones de impuestos.

El único problema es que el grupo le indica entonces a los sindicatos que se trata de un “traspaso total” de la sede de Darty; movimiento que no está, al contrario que un traspaso parcial, sometido a la autorización de la inspección de trabajo. Ideal para obtener las sinergias lo antes posible. Salvo que el artículo L1224-1 del Código del Trabajo obliga a incluir en la operación la totalidad de los activos vinculados a los trabajadores afectados. O lo que es lo mismo, los stocks de la central de compra...

Un rompecabezas jurídico

Para la dirección, el caso se convierte en un rompecabezas. En un e-mail confidencial del 28 de octubre de 2016, la directora de relaciones sociales del grupo explica haber “hablado largo y tendido” al respecto con otros tres directivos. “Jurídicamente, el hecho de no traspasar la central de compra socava la aplicación del L1224-1 del Código del Trabajo”, reconoce. Pero “estratégicamente, no se puede no traspasar todos los equipos a 31 de enero de 2017”. Resultado: “Decidimos correr el riesgo de traspasar los equipos sin los medios materiales/inmateriales correspondientes”.

Los sindicatos de Darty no se percataron. Hay que decir que el contrato de traspaso del 17 de enero de 2017 que les presentaron contenía cuatro páginas e incluía con todo lujo de detalles los materiales traspasados a la Fnac: mesas, sillas, armarios, licencias informáticas, incluso los “cables”, teléfonos de ducha y la “perforadora electrónica”. Todo, salvo lo que tenía más valor: los stocks de la central de compra. Con el ahorro subsiguiente de 10 millones de euros en impuestos.

Un mes más tarde, el 28 de febrero de 2017, Fnac-Darty emitía un comunicado en el que Alexandre Bompard anunciaba que las sinergias de 130 millones se obtendrían antes de lo previsto. El grupo señala entonces, en efecto, que “a finales de 2016, las sinergias habían tenido ya un impacto favorable de nueve millones de euros sobre el resultado operativo corriente”. O lo que es lo mismo, la suma ahorrada en impuestos. La cotización bursátil sube un 12% esa jornada.

El grupo, a preguntas de Mediapart, indica que el comunicado era sincero porque los impuestos se pagan “más abajo en la cuenta de resultado” y por tanto no cambian la suma del resultado operacional corriente, que sirve de base al cálculo de las sinergias.

Fnac-Darty no desmiente haber omitido incluir los stocks de la central de compra de Darty en el traspaso de su sede social. Sin embargo, el grupo considera haber “realizado un traspaso que podía ser calificado de total” jurídicamente y que la técnica elegida no estaba “en ningún caso vinculada a consideraciones de orden fiscal”. Fnac-Darty añade que el ahorro impositivo de 2017 sólo ha sido “temporal y no modificó en nada el montante total de los impuestos que debe abonar el grupo”.

La consultora BCG, que había estimado el importe del coste fiscal en más de 10 millones de euros, ¿se equivocó? Si no había ningún impacto fiscal ¿por qué haber corrido un “riesgo” jurídico claramente identificado dentro de la propia empresa?

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Fnac-Darty no ha querido responder precisamente a estas cuestiones concretas. El grupo subraya que, contrariamente a “algunos de sus competidores” como Amazon, “no practica estrategia de evasión fiscal y crea empleo” y “está sometido a un tipo impositivo efectivo superior al 50%” con “cargas fiscales y patronales pagadas en Francia [...] del orden de 350 millones de euros en 2016”.

Por su parte, Alexandre Bompard no ha querido responder a nuestras preguntas por considerar que su exempresa lo había hecho previamente por él. El jefe de Carrefour prepara ya el siguiente paso. En diciembre pasado, anunció la firma de un partenariado con Fnac-Darty para poner en común las compras de productos electrónicos y electrodomésticos. “En ningún caso esta cooperación entre los dos grupos derivará en la creación de una central de compra común y por tanto de un traspaso de stock”, precisan desde Fnac-Darty. Esta vez, por tanto, no existiría riesgo fiscal. ____________

Traducción: Mariola Moreno

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