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El Gobierno recompone las alianzas con sus socios: salva el paquete fiscal y allana el camino de los presupuestos

El auge de la extrema derecha complica la formación de un nuevo gobierno en Portugal

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Ludovic Lamant (Mediapart)

Mientras Portugal se prepara para conmemorar el próximo mes el 50 aniversario de la Revolución de los Claveles, que puso fin a la dictadura de Salazar, un partido de extrema derecha, Chega (Basta), fundado en 2019, aparece como el gran vencedor de las elecciones legislativas anticipadas celebradas este domingo 10 de marzo, sacudiendo todo el panorama político del país. 

El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, en un discurso pronunciado el sábado por la noche, tenía sin duda razón al advertir que "se cerraba un ciclo de cincuenta años en nuestra historia" y que estaba a punto de comenzar otro ciclo político "con nuevos desafíos, nuevas exigencias y nuevas ambiciones". 

Sobre el papel, quien ganó las elecciones fue la derecha tradicional, liderada por Luís Montenegro, del Partido Socialdemócrata (PSD). Montenegro, de 51 años, se presentó como parte de una coalición más amplia llamada Alianza Democrática (AD), inspirada en la coalición que dio la mayoría absoluta en 1979 al conservador Francisco Sá Carneiro. 

AD obtuvo el 29,5% de los votos (79 de 230 diputados), según el escrutinio al 99%, y con cuatro escaños aún por cubrir (correspondientes a los portugueses en el extranjero). Su resultado es casi idéntico al de 2022, cuando la derecha perdió frente al Partido Socialista (PS), si se suman los resultados del PSD y de otro partido de derecha más conservador, el CDS. 

El Partido Socialista cae más de siete puntos respecto a las elecciones anteriores, hasta el 28,7% (77 escaños). Su candidato, Pedro Nuno Santos, del ala izquierda del partido, ha sido sin duda en parte castigado por los muchos escándalos que han salpicado a dirigentes del PS en los últimos meses, incluido él mismo

André Ventura, líder de Chega, ha conseguido algo más del 18% de los votos (48 escaños). Este partido de extrema derecha, cuyos últimos días de campaña fueron seguidos por Mediapart, había obtenido en 2019, el año de su fundación, apenas el 1,3% de los votos (un diputado) y luego el 7,2% (12 diputados) en 2022. Ventura ha cuadruplicado este año su número de escaños, tras una campaña centrada en las críticas a la corrupción y la lucha contra la inmigración. 

Los llamamientos al "voto útil", esgrimidos al final de la campaña por los partidos tradicionales, no han funcionado. En apenas dos años, Chega ha conseguido más de 700.000 votos adicionales (sobre un electorado de 10,8 millones) y se ha consolidado como el partido líder en Faro, la capital del Algarve, la región más meridional del país. Van en camino de ganar su apuesta de acabar con el "bipartidismo corrupto" del PS-PSD, en favor de un tripartito más incómodo para las formaciones tradicionales. 

Como era de esperar, Jordan Bardella, jefe de filas de la Agrupación Nacional (RN) en Francia, Santiago Abascal, líder del partido neofranquista Vox en España, y los dirigentes húngaros del partido de Viktor Orbán se apresuraron a felicitar a Chega por su espectacular avance, siendo las elecciones legislativas portuguesas las últimas elecciones importantes en el continente antes de las europeas de junio. 

¿Cuáles son las opciones para el futuro ejecutivo?

El domingo por la noche, el socialista Pedro Nuno Santos se apresuró a afirmar que "liderará la oposición": "El PS se sentará en la oposición y no dejará este papel a Chega [...] Emprendemos ahora un camino para reconquistar a los descontentos", declaró. 

Así que, sobre el papel, Montenegro es ahora el único jefe de Gobierno posible. Pero el bloque de derechas no tiene mayoría absoluta, si se excluye a Chega. Durante la campaña, Montenegro insistió –"Não é não"– en que "nunca" formaría coalición con la extrema derecha, a pesar de las indirectas de André Ventura en ese sentido. 

En su discurso de victoria del domingo por la noche, Montenegro habló con otro tono, apelando al "diálogo y la concertación entre líderes y partidos". Nuno Melo, del CDS, otro miembro de la alianza de derechas, instó a todos a "estar a la altura de sus responsabilidades". 

A estas alturas, caben tres opciones. Montenegro cumple su palabra, excluye a Chega de cualquier función ejecutiva e intenta gobernar en minoría en la Asamblea, con alianzas puntuales (y contando con los votos de reserva de Iniciativa Liberal, partido aliado del Renaissance de Macron, que ha obtenido el 5% de los votos y ocho escaños). 

Eso será posible pues el socialista Pedro Nuno Santos se comprometió en un debate televisado con Luís Montenegro a finales de febrero: el Partido Socialista podría abstenerse en la Asamblea para facilitar la investidura de un ejecutivo de derechas sin Chega. Una forma de mantener el "cordón sanitario" con la extrema derecha, para disgusto de André Ventura. 

Pero Pedro Nuno Santos advirtió el domingo por la noche que el PS no serviría de "muleta" para el próximo ejecutivo y que no votaría automáticamente los presupuestos. En otras palabras, que el nuevo ejecutivo podría caer bastante rápido, un poco más avanzado el año. 

Otra posibilidad es que Montenegro se retracte de su promesa electoral y abra conversaciones con Chega. El gran resultado del partido de extrema derecha provocará un debate en el seno del PSD sobre la posibilidad, como mínimo, de entablar negociaciones con la extrema derecha. Una última opción sería la repetición de las elecciones

Para André Ventura, las cosas están claras: "El pueblo ha dicho que la derecha debe gobernar. Nuestro mandato es gobernar Portugal durante los próximos cuatro años". Este aliado de Marine Le Pen sueña con convertirse en ministro de un gobierno de coalición, algo que debe parecer exótico a muchos dirigentes de RN. 

El Bloco de Esquerda, por su parte, tampoco alcanza la mayoría absoluta (suma unos 90 escaños, con una mayoría absoluta de 116), lo que imposibilita la opción de una alianza del PS con otras formaciones de izquierda para gobernar el país, como ocurrió en 2015. 

El Bloco (BE), uno de los pocos partidos que en esta campaña ha presentado una mujer como líder, la economista y diputada saliente Mariana Mortágua, que ha obtenido el 4,5% de los votos (cinco escaños), algo mejor que en 2022 en número de votos. 

El Partido Comunista (PCP), dado por muerto en todas las encuestas, perdió un poco más de terreno (3,3%). En cuanto a Livre, el pequeño partido dirigido por el ex eurodiputado Rui Tavares, con su mezcla de ecologismo y socialdemocracia, se erigió en el vencedor de la noche entre la izquierda, beneficiándose sin duda del voto de socialistas decepcionados (cuatro diputados, frente a uno anteriormente). Pero este empuje no basta por sí solo para cambiar la situación y permitir a la izquierda gobernar. 

El centroderecha gana por la mínima en Portugal y la extrema derecha se ofrece para formar gobierno

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A corto plazo, la iniciativa corresponde ahora al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que deberá celebrar consultas con los líderes de los partidos para nombrar un primer ministro, que deberá ser investido por la mayoría de los 230 diputados. Pero la situación política rara vez ha sido tan inestable desde el retorno de la democracia.

 

Traducción de Miguel López

Mientras Portugal se prepara para conmemorar el próximo mes el 50 aniversario de la Revolución de los Claveles, que puso fin a la dictadura de Salazar, un partido de extrema derecha, Chega (Basta), fundado en 2019, aparece como el gran vencedor de las elecciones legislativas anticipadas celebradas este domingo 10 de marzo, sacudiendo todo el panorama político del país. 

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