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El Consejo de Europa reprende a Francia por el empleo de balas de goma en las manifestaciones de los 'chalecos amarillos'
¿Oirán la advertencia el ministro del Interior Christophe Castaner y su secretario de Estado Laurent Núñez? No está claro. La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatović, hacía público el martes un memorando acusatorio relativo a la actuación policial durante las protestas de los chalecos amarillos. Y recomienda la “suspensión” del uso de balas de goma en las manifestaciones, habida cuenta del elevado número de disparos y de heridos provocados.
“Esta recomendación allana el camino a su remisión al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH)”, ha señalado Arié Alimi, abogado de Jérôme Rodrigues, chaleco amarillo gravemente herido en un ojo el 26 de enero, que ha acogido con satisfacción un texto “muy importante” en el contenido de sus recomendaciones. El abogado ha anunciado que pedirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos “medidas cautelares” para que se suspenda el empleo de estas balas desde la próxima manifestación del sábado y posteriores.
En términos diplomáticos, la comisaria para los Derechos Humanos insta a Francia a que “respete mejor los derechos humanos en las operaciones policiales” y que “no imponga excesivas restricciones a la libertad de reunión pacífica en el proyecto de ley destinado a reforzar y garantizar el mantenimiento del orden público durante las manifestaciones”. También advierte a Francia en contra de la adopción de la ley antivándalos.
Esta advertencia se produce después de que el Parlamento Europeo adopte una resolución “sobre el derecho de manifestación pacífica y el uso proporcionado de la fuerza” aprobada con los votos a favor de 438 eurodiputados, 78 votos en contra y 87 abstenciones. El 14 de febrero, tres relatores de Naciones Unidas también dictaminaron que “el derecho a manifestarse en Francia se ha visto desproporcionadamente restringido durante las recientes manifestaciones de los chalecos amarillos”.
Dunja Mijatović, que viajó a París a finales de enero para mantener numerosas reuniones, “está especialmente preocupada” por el elevado número de disparos efectuados contra manifestantes con las denominadas armas de fuerza intermedia (lanzadores de balas de goma y granadas de mano), “a pesar de que el entorno de empleo es restrictivo y puede causar heridas graves”.
Las autoridades francesas proporcionaron a la comisaria para los Derechos Humanos cifras del número de disparos, una información que el Ministerio del Interior no revelaba desde diciembre. Entre el comienzo de las movilizaciones de los chalecos amarillos y el 4 de febrero, los agentes del orden franceses habían disparado 12.122 balas de goma, 1.428 granadas de gas lacrimógeno instantáneo (GLI F4) y 4.942 granadas de mano, según revela el informe de Dunja Mijatović.
Falta de transparencia
Asimismo, la comisaria deplora “la falta de claridad en lo que respecta a los datos sobre el número de heridos”. Para su informe, tuvo en cuenta el recuento realizado por el periodista David Dufresne –y publicado por Mediapart (socio editorial de infoLibre)– que contabiliza hasta 253 heridos por “armas de fuerza intermedia”, de los cuales 193 lo fueron con balas de goma, de las 428 denuncias presentadas, y 189 presentaron heridas en la cabeza, 20 en los ojos. El memorándum “destaca que las armas de defensa intermedia, en particular los lanzadores de pelotas, están detrás de muchas víctimas con heridas en la cabeza, a pesar de que los disparos deben, según las instrucciones dadas por el director general de la Policía Nacional el 16 de enero de 2019, ser “dirigidos”, “apuntando sólo al torso y a las extremidades superiores o inferiores”.
El ministro del Interior Christophe Castaner ofrecía una explicación, en televisión, sobre las partes del cuerpo que podrían ser objeto de ataques. “En una decena de disparos, por error, se alcanzó el rostro”, justificaba Castaner. En respuesta a la comisaria para los Derechos Humanos, las autoridades francesas también negaron las cuentas extraoficiales, contestando las “cifras presentadas”, pero sin ofrecer otras.
“Durante su misión, la comisaria ha podido constatar, en particular, que el empleo de lanzadores de pelotas de defensa en el contexto de las manifestaciones era cuestionado por la mayoría de los interlocutores, al destacar su inadecuación a las operaciones de mantenimiento del orden y su peligrosidad en un contexto así”, recoge el memorándum, en donde se deja constancia de la opinión del Defensor de los Derechos Humanos, de diciembre de 2017, reiterado en enero pasado. Esta opinión es compartida por “muchos profesionales sanitarios” por los daños, a veces irreversibles, ocasionados por este tipo de disparos.
Mientras se produce “la condena enérgica de la violencia”, y “las declaraciones y ataques racistas, antisemitas u homófobas” de “algunos manifestantes”, Dunja Mijatović recuerda que la tarea principal de las fuerzas del orden “es proteger a los ciudadanos y los derechos humanos de éstos”. Sin embargo, señala que el número y la gravedad de las lesiones ocasionadas a los manifestantes demuestran que los métodos utilizados en las operaciones de mantenimiento del orden son incompatibles con el respeto de esos derechos.
En sus conclusiones, la comisaria “anima a las autoridades a publicar cifras que especifiquen la calidad de los heridos (manifestantes, transeúntes, miembros de las fuerzas del orden, etc.), así como la gravedad, localización y causa de las lesiones cuando se conozcan”. “Extremadamente preocupada por el número de alegaciones graves, consistentes y creíbles de violencia policial que han provocado mutilaciones y lesiones graves, incluso en la cabeza”, Dunja Mijatović considera que “las lesiones en la cabeza causadas por los disparos revelan un uso desproporcionado de la fuerza [...], así como la inadecuación de este tipo de armas en el contexto de las operaciones de aplicación de la ley”.
De modo que el Consejo de Europa recomienda a Francia que suspenda el uso de estas armas, pero también que inicie “lo antes posible” la revisión de la doctrina sobre el uso de armas de fuerza intermedia, a partir de “una evaluación exhaustiva de la peligrosidad de estas armas”. “La comisaria señala la incompatibilidad de la actual estrategia policial con el respecto al derecho a manifestarse”, ha señalado el abogado Arié Alimi. “También subraya que las interpelaciones no pueden ser un instrumento preventivo para mantener el orden”.
Con relación a estas actuaciones, el lunes, el sindicato de la magistratura daba a conocer una directiva del fiscal de la República a los magistrados de la Fiscalía de París pensada para “evitar que los interesados vuelvan a engrosar las filas de los alborotadores”, haciendo caso omiso de la decisión de archivar la causa o de las meras llamadas al orden.
En su memorándum, la comisaria Dunja Mijatović también expresa su preocupación por “el arresto y la detención de personas que desean asistir a una manifestación sin cometer ninguna infracción y sin que se iniciecausa alguna tras estas detenciones”. Precisa que “tales prácticas constituyen una grave injerencia en el ejercicio de las libertades de circulación, reunión y de expresión e insta a las autoridades a que respeten escrupulosamente la obligación de garantizar que cualquier restricción sea estrictamente necesaria y a que no utilicen estos procedimientos como instrumentos preventivos para mantener el orden”.
El último motivo de preocupación para la comisaria para los Derechos Humanos es el proyecto de ley antivandalismo, que puede atentar contra el derecho a la libertad de reunión. En concreto, recomienda que Francia “no imponga una prohibición administrativa a manifestarse”, lo que “constituiría una grave injerencia en el ejercicio de este derecho, cuando el Código de Seguridad Interior ya prevé que la autoridad judicial pueda prohibir las manifestaciones”. _________
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Traducción: Mariola Moreno
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