Depardieu y la vieja estrategia patriarcal: aplazar el juicio y cuestionar a las víctimas

Marine Turchi (Mediapart)

Este lunes 28 de octubre lo que tuvo lugar en la décima sala del Tribunal Penal de París fue una fase de calentamiento para el juicio de Depardieu. El actor, de 75 años, iba a ser juzgado ayer por la tarde por agredir sexualmente a dos mujeres en el rodaje de la película de 2021 Les Volets verts.

Mientras las denunciantes, Amelie, de 53 años, escenógrafa, y Sarah*, de 33, ayudante de dirección, estaban presentes, el actor no apareció.

El 25 de octubre, su abogado Jérémie Assous declaró a la AFP que su cliente “tiene intención de comparecer ante el tribunal” y que “los testigos y las pruebas que presentará demostrarán que no es más que el blanco de falsas acusaciones”. Pero el lunes por la mañana se produjo un giro repentino: en la emisora France Info, el abogado penalista anunció que iba a solicitar un aplazamiento de la vista, ya que el actor estaba “extremadamente afectado” y que “sus médicos le han prohibido comparecer en la vista”.

De hecho, ya el 24 de octubre, el abogado había enviado una solicitud de aplazamiento, en la que explicaba que el estado de salud de Gérard Depardieu, dada su edad, la operación de cuádruple bypass a la que se había sometido y la diabetes que padece “desde hace 25 años”, no le permitía comparecer, y menos permanecer sentado “más de seis horas”, a riesgo de agravar sus problemas de salud.

Como prueba, el abogado penalista aportó dos certificados médicos de un cardiólogo y un endocrinólogo, fechados los días 21 y 24 de octubre, en los que se afirmaba que la proximidad del juicio había provocado a su cliente “ansiedad” y un deterioro de su estado de salud, y que no podría comparecer antes de una revisión médica dentro de tres a seis meses. El abogado también justificó su petición de aplazamiento por la necesidad de oír a ocho testigos que la defensa quería citar.

Este vuelco recuerda al aplazamiento del juicio del presentador de televisión Stéphane Plaza, acusado de violencia doméstica y que estuvo ausente en la vista en agosto por “ansiedad masiva” y “fragilidad psicológica”, según sus abogados.

Por su parte, las partes civiles consideraron que se trataba de una “táctica dilatoria”, en palabras de Claude Vincent, abogada de Sarah. “Estoy sorprendida de todas formas, porque esta petición se hizo en el último minuto, y ese estado de salud no es nada nuevo. Mi clienta viaja desde Nantes, tuvo que quedarse un día, ella también tiene graves problemas de salud”, explicó, afirmando que se había encontrado con “hechos consumados con comunicaciones que llegan muy tarde”.

Carine Durrieu-Diebolt, abogada de Amélie, señaló que las dos denunciantes también estaban “bajo mucho estrés” y que, a diferencia de Depardieu, “ellas sí estaban presentes hoy”. También señaló que mientras Depardieu estuvo bajo custodia policial, que duró desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde, fue sometido a un examen médico, “que confirmó que estaba en condiciones de pasar el día bajo custodia policial”.

“Pseudoagresión” y “trauma relativo”

Sin embargo, las dos abogadas no se opusieron a la petición de aplazamiento, considerando que era importante “que Gérard Depardieu estuviera presente en la vista y que fuera recogido su testimonio”. “Nuestra expectativa es que haya un debate sobre el fondo”, repitieron. Pidieron que cualquier remisión se haga “en un plazo breve” que no supere “los tres meses”, “para no aumentar el estrés” de las denunciantes, y sobre todo que se aporten evaluaciones médicas y psiquiátricas independientes.

Carine Durrieu-Diebolt, que ha ejercido anteriormente en el ámbito de la medicina, subrayó que eran necesarios “exámenes biológicos” precisos “para evaluar objetivamente el estado de salud del Sr. Depardieu”.

El fiscal aceptó que el caso se aplazara, con “una rápida reanudación del procedimiento”, “a partir de enero de 2025” : “Es en interés de todos, del Sr. Depardieu, de las partes civiles y del fiscal, que pueda explicarse y responder a los argumentos”.

La vista tomó un cariz completamente distinto cuando el abogado de Gérard Depardieu pronunció su alegato final. Jérémie Assous se alejó rápidamente de la cuestión del aplazamiento y del estado de salud de su cliente para entrar en el fondo del asunto y denunciar “un verdadero escándalo”.

Sirvió a un medio de comunicación para complacerlo diciendo: ‘¡Miren, tomo medidas!’

“Hoy hay poca gente, así que vamos a aprovechar”, dijo, mientras la sala estaba abarrotada de periodistas franceses y extranjeros y de un numeroso público. Empezó atacando a la fiscalía, a la que acusó de haber llevado a cabo una investigación “únicamente incriminatoria” y “truncada” y, de las cerca de cincuenta personas entrevistadas, haber “excluido deliberadamente a dieciocho personas que dicen haber estado allí ese día y no haber visto nada”.

También criticó al ministerio fiscal por haber actuado de forma “desleal”, al optar por no abrir una investigación –encomendada a un juez y a la que tienen acceso ambas partes– y citar directamente al actor ante el tribunal tras dos meses de investigación. “En cuanto [Depardieu] fue detenido, usted cerró el caso. Esto demuestra que no quería trabajar para descubrir la verdad. Usted sirvió a un medio de comunicación para complacerlo diciéndole: 'Miren, tomo medidas'”, acusó, refiriéndose a Mediapart, que  reveló el asunto en febrero.

A continuación se dirigió a nuestro periódico por su nombre, argumentando que nuestra investigación –realizada antes de que se presentaran las denuncias– había permitido que todos los testigos "tuvieran ya conocimiento del caso”. Pero fue con las partes civiles con las que el letrado Assous se mostró más virulento, hablando de la “pseudoagresión, la hipotética agresión, la supuesta agresión” que supuestamente había sufrido Amélie, considerando que el “traumatismo” que habían descrito las denunciantes era “relativo” teniendo en cuenta el número de días de baja laboral, e ironizando sobre los dos “años” que habían tardado en presentar una denuncia.

Unos minutos más tarde, refiriéndose en detalle a la configuración del piso de París en el que el equipo de rodaje estaba filmando en el momento de los hechos, el abogado explicó que había podido reconstruir el lugar gracias a fotos “en el muro de Facebook de la denunciante”, que “tal vez [las publicó] para mantener el trauma, ¡quién sabe!”. Murmullos de indignación entre el público. El abogado interrumpe: “Me tomo mi tiempo, porque no he tenido tanto tiempo como las partes civiles en algunos medios”. “Tómese todo el tiempo que quiera, letrado, pero le recuerdo que está argumentando una solicitud de aplazamiento”, responde el presidente del tribunal.

Assous continuó diciendo que había encontrado “doce contradicciones” en el relato de Amélie, “cinco” en el de Sarah y “cero” contradicciones en el de Depardieu. Se oye un “¿perdón?” desde los bancos de las partes civiles. Porque, mientras estaba bajo custodia policial, la defensa del actor parecía debilitada por las declaraciones de los testigos y un mensaje de voz que la policía le hizo escuchar (ver nuestro artículo).

Pero el abogado continuó: “Es hora de que la prensa sepa que hay elementos importantes, testigos que son cruciales, exculpatorios”, dice, antes de lanzarse a una demostración relativa al caso de Sarah, que acusa al actor de haberle tocado el trasero mientras le llevaba, sola, del camerino al plató, durante un rodaje nocturno. “¡Es imposible! Gérard Depardieu nunca está solo en la calle sin un miembro de su equipo”, afirma el abogado penalista.

Varias veces, el presidente le corta: “Ahora está entrando en el fondo del asunto”, “¡No estamos aquí para pronunciarnos sobre el fondo!". “Sólo hay acusaciones que no resistirán un examen objetivo de los hechos”, concluyó el abogado del actor.

Una “táctica dilatoria” para el fiscal

En los bancos de al lado, las partes civiles permanecieron impasibles. “Entendimos que no estaba usted hablando para nosotros, sino para la prensa”, replicó la letrada Vincent . En su opinión, la defensa, que conocía el caso desde abril, podía haber presentado antes la lista de testigos que deseaba citar: “La defensa está preparada, acaba de hacer todos sus alegatos finales, así que puede hacer su petición de documentos”, se burla. “Hemos visto que la defensa ha entrado en el fondo del asunto, así que la dejamos que siga por su cuenta”, añade la letrada Diebolt .

El fiscal subió el tono, acusando a la defensa de querer “evitar el debate que reclama”. “¿Qué hacemos hoy aquí, escuchando una petición de aplazamiento, cuando podemos entrar en el fondo? Puede entretener a la gente... ¡pero hemos entrado de lleno en una táctica dilatoria!”

Tras hora y media de deliberaciones, el tribunal decidió aplazar el juicio a los días 24 y 25 de marzo de 2025. Rechazó la petición de un nuevo examen psiquiátrico, pero ordenó un examen médico, que deberá entregarse antes del 4 de marzo. El peritaje, que deberá realizar un médico “cualificado en cardiología y enfermedades cardiovasculares”, examinará el estado de salud de Gérard Depardieu y “evaluará las condiciones en las que el actor puede comparecer ante el tribunal”. También ordenó a las partes que comunicaran sus peticiones quince días antes del juicio.

Tenemos un caso sólido, con testigos. ¿Cuándo estará presente el Sr. Depardieu? ¿Cuándo podremos tratar el fondo del asunto?

A la salida de la vista, las abogadas, entrevistadas por Mediapart, se declararon “satisfechas” de que se hubiera encargado un informe médico independiente, e impacientes por que se celebre “con serenidad” un “debate sobre el fondo”. Pero lamentaron los métodos utilizados por la defensa.

Carine Durrieu-Diebolt denunció las “falsedades” y los “ataques personales contra [su] clienta”, para ella una “victimización secundaria destinada a desestabilizar a las víctimas desprestigiándolas”. Claude Vincent considera que la estrategia de la defensa “se basó en la difamación de las partes civiles y, en contradicción con nuestra ética profesional, en el uso de la desinformación”, “otra violencia más contra las víctimas”, afirma.

Las demandantes, por su parte, parecían “aturdidas». “Fue muy, muy violento”, explica Amélie a Mediapart. “Hemos tenido un anticipo de las acusaciones del abogado. Todo lo que he oído hoy es delirante. Pero un día tendré derecho a hablar y desmontaré todas esas mentiras una por una. Tenemos un caso sólido, con testigos. ¿Cuándo estará presente el Sr. Depardieu? ¿Cuándo podremos tratar el fondo del asunto?, se pregunta.

Por su parte, Sarah declara a Mediapart que “no encuentra palabras para describir lo que pasó” y las “mentiras” que dice haber oído. Esta treintañera asegura que “no ha dormido desde el jueves” : “Estaba muy estresada, con mucha ansiedad, mucha aprensión y por toda la logística de venir a París dos días”. Pero asegura que se ha sentido “muy emocionada” por el apoyo que ha recibido en los últimos días, “incluso mi sobrina de 11 años, y luego el público hoy y especialmente esta concentración frente al tribunal”.

Apoyo de figuras del movimiento #MeToo francés

Varias activistas feministas, entre ellas Caroline De Haas, Victoire Tuaillon, Anna Toumazoff y Rose Lamy, organizaron una concentración de apoyo a las demandantes en la explanada del tribunal antes de que comenzara la vista, y en presencia de algunos políticos.

En los bancos del tribunal también hubo apoyos de un numeroso público femenino, así como de asociaciones y personalidades implicadas en el movimiento #MeToo francés: la Asociación Europea contra la Violencia hacia las Mujeres en el Trabajo (AVFT), que es parte civil en este juicio, la Asociación de Actores y Actrices (ADA), y las demandantes en el caso PPDA (Patrick Poivre d’Arvor, famoso presentador de televisión, denunciado por violación, ndt) Emmanuelle Dancourt, Cécile Delarue, Justine Ducharne y Muriel Réus.

Muriel Réus, que también es presidenta de la organización de defensa de los derechos de las mujeres Femmes avec, considera que “la ausencia de Gérard Depardieu es una violencia adicional” para las denunciantes, “que ya están muy afectadas por lo que está pasando, y que hacen el esfuerzo de venir desde provincias para enfrentarse a un actor cuyo poder en la industria del cine ha sido inconmensurable”.

La actriz Anouk Grinberg, protagonista ella misma de Les Volets verts y que ha denunciado públicamente el comportamiento del actor, también acudió “en apoyo de las dos denunciantes” y en general “de todas las mujeres que han testificado” en el caso Depardieu. “Su olvido no tiene más valor que la memoria de las mujeres”, explicó, refiriéndose a los lapsus de memoria del actor durante su detención policial. “Pero hoy debemos hacer el esfuerzo de recordar, de apoyar a las mujeres que se atreven a hablar y de pensar en las que no se atreven”.

Justo detrás de la fila de las partes civiles, al inicio de la vista se sentó una mujer de 28 años : la actriz Charlotte Arnould, la primera en presentar una denuncia por violación contra el actor en 2018. Ella también espera llegar algún día a juicio. En agosto, la fiscalía solicitó que el actor, que niega cualquier violación, fuera enviado ante el tribunal penal. La jueza instructora aún no se ha pronunciado.

 

Caja negra

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*Nombre ficticio a petición de la denunciante.

Desde el principio del caso, Gérard Depardieu ha refutado todas las acusaciones y goza de la presunción de inocencia en el proceso que se sigue contra él.

Traducción de Miguel López

Este lunes 28 de octubre lo que tuvo lugar en la décima sala del Tribunal Penal de París fue una fase de calentamiento para el juicio de Depardieu. El actor, de 75 años, iba a ser juzgado ayer por la tarde por agredir sexualmente a dos mujeres en el rodaje de la película de 2021 Les Volets verts.

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