"Estamos en el mismo barco, sigue siendo un país grande que martiriza a otro más pequeño". El viernes 25 de febrero, frente a la oficina de la representación rusa en Taipéi, Sy lleva una capa con los colores de Ucrania. Este hombre de 40 años forma parte del medio centenar de personas que han acudido a apoyar al pueblo ucraniano. "No me preocupa Taiwán a corto plazo. Pero a largo plazo, espero que lo que está ocurriendo en Ucrania no anime a Xi Jinping a atacar", subraya este taiwanés-estadounidense.
Al día siguiente, unos 200 manifestantes se daban cita en el mismo lugar. El acto no tuvo la envergadura de las concentraciones vistas en Europa, pero atrajo a los periodistas locales. Los medios de comunicación taiwaneses, generalmente reacios a cubrir las noticias internacionales, se han centrado en Ucrania durante los últimos días.
"La situación en Ucrania, ¿es un espejo para Taiwán?", fue el titular del programa de noticias de TVBS, el canal más popular del país, el domingo 27 de febrero. Son las palabras del exsecretario del Consejo de Seguridad Nacional, Su Chi, miembro del partido opositor Kuomintang, para quien la invasión es la prueba de que el Ejército estadounidense no intervendrá en Taiwán. Se reaviva el debate central presente en la sociedad taiwanesa desde hace más de 70 años: "¿Qué haremos si China nos invade?"
"Como taiwanés, naturalmente tenemos más simpatía por los ucranianos". En la manifestación de apoyo a Ucrania, Mary (nombre supuesto), de 20 años, quiere evitar los paralelismos demasiado precipitados, aunque admite algunas similitudes. Es difícil no hacer comparaciones: la posición de Taiwán frente a China es similar a la de Ucrania frente a Rusia.
Al igual que Vladimir Putin, el líder chino Xi Jinping reitera argumentos históricos para reclamar Taiwán, que considera perdido y en manos de un gobierno ilegítimo, la República de China. Además, al igual que Putin no puede aceptar la idea de una Ucrania soberana, Xi Jinping nunca aceptará la independencia de Taiwán. El líder chino no descarta el uso de la fuerza para "recuperar" la isla de 24 millones de habitantes, con un gobierno al margen del continente desde hace más de 70 años.
"Putin ve a Ucrania como un bastión antirruso manipulado por los estadounidenses y los chinos dicen lo mismo de Taiwán", afirma Hugo Tierny, estudiante de doctorado especializado en cuestiones de seguridad en el estrecho de Taiwán. "Estratégicamente, China y Rusia tienen una visión similar de su periferia: ver la influencia liberal occidental en estos territorios es como tener misiles apuntando a su flanco".
Si Vladimir Putin puede imaginarse como un nostálgico del imperio zarista, Xi Jinping también tiende a querer recuperar un territorio chino según las fronteras del imperio Qing (1644-1911), a excepción de Mongolia. "Putin y Xi son dos autócratas que tienen prisa por escribir sus nombres en la historia y que esperan recuperar el brillo de su país", explica Hugo Tierny.
Una invasión mucho más compleja
"Aunque Taiwán sigue muy de cerca la situación en Ucrania, no es el único", afirma Yu-Jen Kuo, director del Instituto de Investigación de Política Nacional (INPR), el primer grupo de reflexión no partidista del país, fundado en 1989. "Japón y Corea del Sur también se encuentran en posiciones delicadas". Profesor de relaciones internacionales en la Universidad Sun Yat-Sen de la ciudad de Kaohsiung, señala que Japón sigue estando técnicamente en estado de conflicto con Rusia.
Incluso antes del ataque de Vladimir Putin, Boris Johnson dijo en una conferencia en Múnich el 19 de febrero que habría repercusiones mundiales si Occidente no protegía la soberanía de Ucrania, refiriéndose a Taiwán. El mismo día de la invasión, Donald Trump decía: "China será la siguiente e irá a por Taiwán directamente".
Aunque es imposible adivinar lo que pasa por la cabeza de Xi Jinping, no hay pruebas de que una invasión china sea inminente. El presidente chino no está movilizando tropas al Estrecho de Taiwán como lo hizo Putin en las fronteras de Ucrania.
Estratégicamente, por su geografía, una invasión de Taiwán sería mucho más compleja que la de Ucrania. "Taiwán no tiene frontera directa con China, el Estrecho nos separa", recuerda Yu-Jen Kuo. Por otro lado, Taiwán es una etapa clave en la cadena de producción mundial y el investigador señala que si algo le ocurriera a Taiwán, tendría un "impacto mucho mayor del que se imagina" en la economía y el comercio. Taiwán es la 22ª economía del mundo, mientras que Ucrania sólo ocupa el 57º lugar. "Y ello sin hablar de los semiconductores", añade.
La presidenta Tsai Ing-wen se ha mostrado más tranquilizadora al señalar que "la situación en Ucrania es esencialmente diferente a la de Taiwán". "Nuestro Gobierno no quiere hacer paralelismos entre Ucrania y Taiwán para no debilitar las defensas mentales de los taiwaneses y no quiere alentar la percepción que da China", comentó Yu-jen Kuo.
El día de la invasión, Taiwán informó de nueve incursiones de aviones chinos en su Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ). Según Yu-jen Kuo, "China está librando una guerra cognitiva, quiere confundir la percepción de nuestro pueblo, haciéndole creer que no puede confiar en Estados Unidos.
En territorio taiwanés, personalidades como Su Chi, conocida por haber mantenido relaciones con funcionarios del Partido Comunista Chino, defiende este tipo de teorías.
Para algunos analistas, la batalla por Taiwán ya ha comenzado. Desde hace casi dos años, las incursiones de aviones del Ejército Popular de Liberación en la ADIZ han sido cada vez más frecuentes, al igual que las posturas ofensivas de los responsables chinos.
Según Yu-jen Kuo, "si China percibe que la comunidad internacional es débil, reticente, vacilante" o "si la situación en Ucrania empeora y el conflicto evoluciona hacia una guerra regional", esto podría llevar al líder chino a pensar que "es el momento adecuado".
Pero a diferencia de Ucrania, el Gobierno de Taiwán no está reconocido por la comunidad internacional. "Es extrañamente más seguro", dice Yu-jen Kuo, señalando que los líderes de Taiwán no intentan cambiar el statu quo, a diferencia del Gobierno ucraniano, que quiere entrar en la OTAN.
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Además, la democracia, conseguida no sin dificultades tras 40 años de ley marcial, es precisamente lo que une a la sociedad taiwanesa. Aunque los partidarios de la identidad china y del uso del mandarín chocan a menudo con los que promueven la identidad local y la lengua taiwanesa, la gran mayoría de los taiwaneses creen firmemente en su sistema.
En las noticias de la TVBS, se elogia al pueblo ucraniano que "mira cómo la muerte entra en su casa", un modismo chino utilizado habitualmente para definir a una persona que cree en una causa hasta el punto de aceptar la muerte. "Es muy llamativo ver este tipo de expresiones en la actualidad", dice William Han. Este taiwanés de 40 años recuerda sus clases de historia en la universidad. "Normalmente se refiere a los héroes nacionales, como Wen Tianxiang, que luchó contra el Imperio Mongol. ¿Seríamos tan valientes en un conflicto?
Texto en francés: