Un flash informativo interrumpía la programación de la cadena Globo el miércoles 17 de mayo, en un momento en que buena parte del país veía tranquilamente la novela. Mientras la presentadora narraba lo sucedido, se escuchaban gritos aislados en algunos barrios de Río de Janeiro: “Fora Temer” (“Fuera Temer”). En 1 minuto y 40 segundos, la periodista informó de algo que ha causado una enorme conmoción en el país: la existencia de una grabación en la que un empresario le explica al presidente en funciones, Michel Temer, que soborna a Eduardo Cunha, figura central del proceso de destitución de Dilma Rousseff y condenado en marzo a 15 años de cárcel por corrupción, para evitar que colabore con las investigadores. El presidente en funciones suelta entonces: “Eso tienes que mantenerlo, ¿vale?”.
Joesley Batista, uno de los dirigentes de JBS, la principal empresa agroalimentaria brasileña, realizó varias grabaciones durante el mes de marzo de 2017. Supuestamente alcanzó un acuerdo con la Fiscalía en el marco de la operación Lava Jato. También un diputado próximo a Temer fue filmado recibiendo de JBS un maletín con medio millón de reales (150.000 euros).
Aunque en un primer momento, Michel Temer dijo ser “víctima de un complot”. Más tarde, muy irritado, declaraba en directo en la televisión en la noche del jueves: “No dimitiré. Repito: no dimitiré”.
Pero el cerco se estrecha entorno a su figura. Marina Silva (Rede), candidata a la Presidencia en 2010 y 2014, ha publicado un vídeo en su página de Facebook donde afirma: “El país está en shock. El presidente ya no está en condiciones de gobernar”. Michel Temer, debilitado por varios casos desde que llegó al Gobierno, en esta ocasión está directamente imputado por hechos que han sucedido durante su mandato. Jurídicamente, pueden emprenderse acciones legales en su contra. Políticamente, los daños son notables.
Ricardo Ismael, investigador en Ciencias Políticas de la Universidad PUC de Río, asegura que Michel Temer “quiere ganar tiempo” pero que “al final, deberá dimitir. Las bases le van a abandonar”. Al margen de sus lugartenientes más cercanos, la mayoría de los diputados se muestran discretos. Las negociaciones sobre la votación de las reformas laboral y de las pensiones, que han encendido los ánimos, parecen paralizadas hasta nueva orden. “La popularidad de Temer está en niveles muy bajos y sus reformas son extremadamente impopulares, los diputados saben que hay elecciones a la vuelta de la esquina y apoyar a Temer ahora es un suicidio político”, dice Ricardo Ismael. El PTN ha sido el primer partido que ha roto oficialmente con el Gobierno y no será el último. El ministro de Ciudades y de Cultura ya han presentado su dimisión.
Temer, que no cuenta con apoyo popular, se apoyaba completamente en el Congreso pero también en los grandes grupos económicos, presentando reformas muy liberales. Pero el jueves por la mañana, el mercado se encontraba en caída libre, la Bolsa de São Paulo perdía un 10,7% y tuvo que cerrar para evitar pérdidas más acusadas. “Si se queda, va a sumir a Brasil en una crisis económica sin precedentes y esto puede llevar a fuertes convulsiones sociales”, vaticina Ricardo Ismael.
Obligado a marcharse
“No he comprado el silencio de nadie. Porque no temo ninguna delación, no necesito régimen especial”, precisó el presidente en funciones durante su intervención televisiva. Sólo que, en su caso, renunciar, también supone perder su inmunidad presidencial, que permite que sólo le juzgue el Tribunal Federal Supremo en casos muy concretos.
Pero incluso con este régimen especial, el futuro del presidente interino se ve amenazado. Momentos antes del comienzo de la intervención televisada presidencial, Edson Fachin, miembro del STF, aceptó la apertura de una investigación sobre el presidente en funciones por “obstrucción a la justicia”. Acaba de abrirse la fase de instrucción pero si Michel Temer fuese oficialmente acusado, debería dejar el ejercicio de sus funciones.
Antes de que diese comienzo esta nueva crisis política, la suerte del presidente ya dependía del Tribunal Superior Electoral, el mismo que debe decidir si Dilma Rousseff y Michel Temer, entonces su vicepresidente, abusaron de sus poderes durante la campaña de las presidenciales de 2014. Hasta el pasado 17 de mayo, ésa constituía la principal amenaza de su mandato. Si fuese condenado por el TSE, se vería privado de sus funciones y no podría ser elegido. Pero sus abogados tenían esperanzas de poder evitar la sentencia.
Pero, las escuchas registradas por el dirigente de JBS podrían influir en el proceso, considera Diogo Raiz, especialista en Derecho electoral: “Técnicamente, no tiene nada que ver. Son dos cosas bien distintas y no puede incluirse en el procedimiento, pero los jueces también son sensibles a la coyuntura”. El juicio está previsto que dé comienzo el 6 de junio. “Esa puede ser una salida honorable para Temer, que podrá decir que su mandato ha concluido por Dilma Rousseff con quien se enfrentó en las elecciones. Quizás intente resistir hasta ese momento”, dice Ricardo Ismael.
El presidente también puede sufrir la misma suerte que la que fuese su aliada, después de que se presentasen dos peticiones de impeachment el jueves. Pero Ricardo Ismael se muestra escéptico: “Un juicio así, extremadamente largo, menos de un año después de la destitución de Dilma Rousseff sería aún más traumatizante para el país”. Y, sobre todo, porque el presidente de la asamblea, Rodrigo Maia, el único que puede autorizar el proceso de destitución, es una persona cercana a Michel Temer y no está interesado en que comience el juicio.
Elecciones directas contra elecciones indirectas
Antes incluso de la eventual caída de Temer, su sucesión plantea ya un problema. El país está en efervescencia, escaldado por una crisis política que no acaba. Desde de la salida de Rousseff, no se ha nombrado ningún vicepresidente para reemplazar a Michel Temer, que ocupaba el puesto. El presidente de la Asamblea, posible suceder, ha sido citado varias veces en el caso Lava Jato, lo mismo que el presidente del Senado, segundo en la lista de sucesión. Por lo que, el STF podría apartar de la lista de sucesión a los dos, como sucedió con el expresidente del Senado, apartado en diciembre de 2016. En ese caso, Carmen Lúcia, presidenta del STF, debería asumir el poder para organizar elecciones indirectas en un plazo de 30 días. Y el Congreso, en manos los conservadores y de los aliados de Temer, votará por un presidente electo en 2018.
Frente a esta situación inédita, los dirigentes del Partido de los Trabajadores reclaman elecciones directas. “El partido quiere elecciones directas porque Lula es el mejor situado en los sondeos en estos momentos, y con su juicio en curso, nada garantiza que se vaya a seguir siendo así”, dice Ricardo Ismael. Por si fuese poco, el dirigente de la JBS también ha denunciado al que fuera “ministro de la casa civil”, equivalente al primer ministro y hombre de confianza de Lula.
Consciente de la importancia de los desafíos en torno al tipo de elecciones, Fernando Henrique Cardoso, expresidente, ferviente partidario de las elecciones indirectas, ha multiplicado los anuncios para hacer que Temer dimita. Su partido, el PSDB, tampoco ha salido bien parado de las revelaciones de este miércoles. Aécio Neves, candidato frustrado de las presidenciales de 2014 y líder del PSDB, también aparece en las grabaciones: reclama 2 millones de reales (550.000 euros) a los dirigentes de la empresa JBS. Millones que enseguida recibió su primo, que los depositó en una empresa perteneciente al hijo del diputado Zezé Perrella. Éste ya tuvo problemas con la Justicia en 2013, cuando la Policía Federal descubrió un helicóptero de su propiedad con 445 kilos de cocaína. Hasta hoy .
Aécio Neves, apartado de sus funciones de senador y excluido de la presidencia del partido, no tiene cuentas pendientes con la Justicia, de momento. “Pero es un enorme golpe político contra el PSDB que se queda si su líder. Aunque el partido intenta apartarlo, el daño es enorme”, explica Ricardo Ismael, “si se celebrasen elecciones directas ahora, el PSDB tendría muy pocas posibilidades de ganar”. Si Michel Temer decide resistir pero es destituido por el TSE, entonces se convocarán elecciones directas.
Lejos de los cálculos políticos, una parte de la población está indignada al ver a unos parlamentarios a quienes consideran corruptos y responsables del “golpe de Estado parlamentario” contra Dilma Rousseffe. Un tercio de los miembros del Congreso se ha visto salpicado por la operación Lava Jato. Y, en las concentraciones espontáneas de este miércoles los manifestantes exigían “direitas já” (¡elecciones directas ya!). “Técnicamente, es posible mediante una reforma de la Constitución, pero para ello es necesario el voto favorable de dos tercios de los parlamentarios. La izquierda, por sí misma, está lejos de poder imponer dicha reforma constitucional”, dice Ricardo Ismael. Las elecciones directas dependen de la presión de la calle al Congreso. El jueves por la noche, la consigna había llegado a todo el país y se sucedían las manifestaciones que reclamaban la salida de Michel Temer y la celebración de elecciones directas con las que tratar de modificar un sistema político que está en las últimas.
Traducción: Mariola Moreno
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Un flash informativo interrumpía la programación de la cadena Globo el miércoles 17 de mayo, en un momento en que buena parte del país veía tranquilamente la novela. Mientras la presentadora narraba lo sucedido, se escuchaban gritos aislados en algunos barrios de Río de Janeiro: “Fora Temer” (“Fuera Temer”). En 1 minuto y 40 segundos, la periodista informó de algo que ha causado una enorme conmoción en el país: la existencia de una grabación en la que un empresario le explica al presidente en funciones, Michel Temer, que soborna a Eduardo Cunha, figura central del proceso de destitución de Dilma Rousseff y condenado en marzo a 15 años de cárcel por corrupción, para evitar que colabore con las investigadores. El presidente en funciones suelta entonces: “Eso tienes que mantenerlo, ¿vale?”.