El Parlamento Europeo aprueba reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en un 60% para 2030

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Un pequeño paso hacia adelante en la política climática de la UE. Este martes 6 de octubre, el Parlamento Europeo votó un objetivo de reducción del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 (con respecto a los niveles de 1990). Dicho porcentaje es ligeramente más ambicioso que el “al menos el 55%” que la Comisión se fijó hace tres semanas. El objetivo final es lograr la neutralidad del carbono para el año 2050, que es el objetivo del programa de Ursula von der Leyen, adoptado por el Ejecutivo de la UE hace un año.

La votación en el pleno fue en el sentido de la propuesta que se impuso por una mayoría muy estrecha en la Comisión ENVI (medio ambiente, salud pública y seguridad alimentaria) del Parlamento el 11 de septiembre: 352 diputados votaron a favor del texto, contra 326. Esta es una victoria para los diferentes integrantes de la Izquierda y de los Verdes en el Parlamento, pero también para los liberales de Renew Europe, que apoyaron esta propuesta.

Se trata de un momento y de una ley históricos. Es una enorme transición”, se felicitaba este miércoles la socialdemócrata sueca Jytte Guteland, ponente de la ley. “No hay pequeñas victorias. Poner el clima en el centro de las ambiciones es una de ellas. El objetivo de la reducción del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 que acabamos de consensuar es al fin un paso en la dirección correcta” , añadió la eurodiputada verde Marie Toussaint.

El resultado de la votación supuso la derrota de las fuerzas conservadoras. Durante el debate que precedió a la votación, los miembros del PPE (Partido Popular Europeo) y del grupo Identidad y Democracia (extrema derecha) que intervinieron atacaron la “ideología” e instaron al “realismo” para defender un objetivo lo más bajo posible sobre el clima.

Varios representantes de Polonia, que frena el cumplimiento de un objetivo climático para preservar su industria del carbón, se pronunciaban a este respecto. “Hablemos del coste de esta política climática. El coste de crear puestos de trabajo en mi región minera es de 200 millones de zlotys [44,4 millones de euros]. Bruselas no va a pagar la cuenta. Pero en lugar de ayudarnos, nos amenazan con sanciones”, declaraba la eurodiputada Izabela-Helena Kloc del PiS, el partido ultraconservador en el Gobierno de Polonia.

El grupo ECR (Conservadores y Reformistas Europeos, un grupo de diversas tendencias nacionalistas, que incluye a Vox y a los polacos del PiS) votó unánimemente en contra del objetivo del 60%. Los diputados de Identidad y Democracia también votaron casi unánimemente y los miembros del PPE votaron abrumadoramente en contra del objetivo del 60%. Entre ellos, los diputados de Los Republicanos franceses también se pronunciaron en contra del objetivo.

Por su parte, Renew, que defendía oficialmente el 60%, sufrió algunas deserciones en sus filas; de sus 98 representantes, 22 diputados –incluido el belga Guy Verhofstadt– votaron en contra. Sin embargo, a la izquierda del tablero, la GUE (Izquierda Unida Europea, que incluye a la francesa La Francia Insumisa), los Verdes y S&D (Socialistas y Demócratas) votaron unánimemente a favor del 60%. Muchos también pidieron un objetivo del 65%.

¿Bastará para elevar el objetivo final de la UE en los próximos meses? Nada más lejos de la realidad. Entre el “al menos el 55%” de la Comisión y la posición del Consejo, determinada por los Estados miembros y por lo tanto probablemente más cautelosa que la del Parlamento, los diputados no tienen la última palabra. El tema se abordará en el Consejo Europeo los días 15 y 16 de octubre. El “diálogo a tres bandas” que tendrá lugar entre las tres instituciones promete unas semanas de duras negociaciones.

Los diputados más vigilantes también están preocupados por cómo se calculará la reducción de las emisiones. No estamos hablando de reducciones absolutas; el 60% incluye sumideros de carbono, en otras palabras, la absorción de CO2 por los bosques y los suelos. “Esto abre el camino a técnicas potencialmente peligrosas para la biodiversidad y el medio ambiente”, advierte Neil Makaroff, responsable para Europa de la ONG Climate Action Network. “Pero la tecnología para capturar y almacenar el CO2, que es costosa e inestable, aún no se domina. Existe el riesgo de que el CO2 almacenado pueda escapar”.

Manuel Bompard (Francia Insumisa) fue uno de los pocos que lo abordó durante el debate: “Hoy no tenemos tiempo para truquitos y cálculos políticos equivocados”, señaló para referirse a los sumideros de carbono. Los demás no abordaron de momento la cuestión, prefiriendo centrar sus argumentos en el objetivo marcado.

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Traducción: Mariola Moreno

Leer el texto en francés:

Un pequeño paso hacia adelante en la política climática de la UE. Este martes 6 de octubre, el Parlamento Europeo votó un objetivo de reducción del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 (con respecto a los niveles de 1990). Dicho porcentaje es ligeramente más ambicioso que el “al menos el 55%” que la Comisión se fijó hace tres semanas. El objetivo final es lograr la neutralidad del carbono para el año 2050, que es el objetivo del programa de Ursula von der Leyen, adoptado por el Ejecutivo de la UE hace un año.

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