Los partidos antimigrantes controlarán el Parlamento italiano salido de las urnas

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Un Parlamento sin mayorías. Y un giro a la derecha del tablero político. Esa es la lectura que se puede hacer de las legislativas italianas celebradas este domingo 4 de marzo.

El Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que se considera apolítico pero cuyo programa, hostil a los migrantes y favorable a la bajadas de impuestos, lo sitúa claramente a la derecha, es el virtual vencedor de estas elecciones, al haber obtenido más del 30% de los votos. Arrasa en las regiones del sur de Italia y en las islas, donde se coloca en cabeza. En cuanto a la coalición de derechas, consigue más del 38% de los sufragios: la Liga del Norte ha superado en cinco puntos a la formación berlusconiana de Forza Italia. Por su parte, el partido de ultraderecha que lidera Matteo Salvini, que ha logrado más del 17% de los votos, da un vuelco con relación a las últimas legislativas y multiplica por cuatro su resultado de 2013 (4,3%).

Para estas dos formaciones, el M5S y la Liga del Norte (rebautizada Lega), asistimos al éxito de una estrategia sabiamente elaborada. Ambos partidos han materializado un cambio importante. El primero ha dado con un joven líder, Luigi di Maio, para tomar el relevo de su fundador Beppe Grillo; se ha normalizado internamente, y ha puesto entre paréntesis su discurso antieuropeo. El segundo ha pasado de ser un partido regionalista a un partido nacional y ha llevado a cabo una campaña muy activa en Italia del Sur.

Para el Partido Demócrata en el poder, por el contrario, supone una derrota estrepitosa. Con menos del 20% de los votos, este partido fundado en 2007 ha obtenido el peor resultado de su historia, muy lejos del 40% alcanzado en las europeas de 2014. La euforia Renzi ha sido breve: el partido no ha superado su política de liberalización del mercado del trabajo (Jobs Act); ni el fracaso, en diciembre de 2016, del referéndum constitucional convocado por el presidente del Consejo ni sus divisiones internas fruta de la controvertida personalidad muy del de Florencia.

El Partido Demócrata sólo parece mantenerse en sus bastiones históricos, Toscana y Emilia Romana, donde se sitúa a la cabeza. En el resto, se encuentra en claro retroceso. Y no es el único. Con apenas el 14% de los votos, Forza Italia pierde más de la mitad de su electorado, si se compara con 2013. Y es que el regreso de Berlusconi al panorama político, tan comentado en campaña, no le ha beneficiado. En el fondo, Italia sigue la misma senda que numerosos países europeos: la del declive de los exgrandes partidos. Así sucedió en septiembre en las elecciones legislativas alemanas. Así sucedió antes, en las francesas, austriacas, neerlandesas, españolas...

Maniobras electoralistas

Otra enseñanza que se puede sacar de estas elecciones es que los electores no se dejan engañar por las maniobras electoralistas. La coalición Liberi e Uguali (Libres e Iguales), fundada antes de las elecciones por tránsfugas del PD, apenas supera el 3% de los sufragios para entrar en el Parlamento. Pese a un discurso de justicia social crítica hacia el Gobierno saliente, los exdiputados del PD que han votado la mayoría de las reformas Renzi han tenido problemas a la hora de convencer de que hoy podían cambiar. Un fracaso que no sorprende cuando se ve que la lista de candidatos era a imagen y semejanza del sistema, sin figuras nuevas; no en vano su cabeza de lista era Pietro Grasso, presidente del Senado saliente, de 73 años...

Por último, las elecciones de este domingo muestran lo difícil que resulta para la izquierda italiana reconstruirse. Hace años que está dividida en numerosas ramificaciones y las dos estrategias diferentes que han llevado Liberi e Uguali, por un lado, y Potere al Popolo, por otro (formación nacida en un centro social de Nápoles), no han calado entre su electorado. De hecho, la segunda ni siquiera pasa el umbral del 3%.

Ahora Italia se halla en un periodo de incertidumbre. No se dibuja ninguna mayoría clara ni en el Congreso ni en el Senado. Y la incógnita magistral es ¿quién está dispuesto a gobernar con quién? Triunfalista, el M5S proclamó en la noche del domingo que estaba dispuesto a aliarse con otro partido, contradiciendo lo que había combatido hasta la fecha. “Nadie será capaz de gobernar sin el Movimiento Cinco Estrellas”, dijo el diputado Riccardo Fraccaro. “En los próximos días, estaremos abiertos a hablar con todas las fuerzas políticas que lo deseen y que Italia necesita”. El líder del partido Luigi di Maio esperó al lunes para confirmar  ante las cámaras de televisión que el partido iba a hacer todo lo posible por alcanzar una mayoría: “Sentimos la responsabilidad de formar un gobierno [...]. Estamos dispuestos a enfrentarnos a todas las fuerzas políticas”, declaró el líder de 31 años.

Entre los partidos tradicionales, ni el PD ni Forza Italia quisieron aliarse con el M5S durante la campaña. La nueva ley electoral, votada en octubre, precisamente se preparó para favorecer a las coaliciones y, así, mantener al M5S a distancia del poder...

El PD no ha tardadp en constatar la derrota. “De confirmarse los sondeos, se trata de un resultado negativo para el Partido Demócrata y pasaremos a la oposición”, decía Ettore Rosato, jefe del grupo parlamentario de la Cámara saliente, el domingo. Horas después, en la tarde del lunes, el secretario general del partido Matteo Renzi anunciaba su renuncia a liderar el Partido Democrático.

En estos momentos no parece viable una coalición entre las fuerzas de derecha y el PD, como parecía dibujarse en campaña. De hecho, según las proyecciones de los medios de comunicación italianos a partir de los resultados provisionales, la suma de escaños de Forza Italia y el Partido Demócrata no bastarían para alcanzar la mayoría, en el Congreso y en el Senado. Ahora se perfila el peor escenario: una alianza entre la Lega y el M5S. Ambos, tienen virtualmente la mayoría en las dos Cámaras. ______________

Renzi anuncia su renuncia y adelanta que el Partido Democrático estará en la oposición

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Traducción: Mariola Moreno

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Un Parlamento sin mayorías. Y un giro a la derecha del tablero político. Esa es la lectura que se puede hacer de las legislativas italianas celebradas este domingo 4 de marzo.

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