El tsunami anunciado es menor de lo previsto. Pese a todo, ha arrastrado a mucha gente a su paso. La República en Marcha (308 diputados) y sus aliados del MoDem (42 diputados) suman 350 de los 577 escaños en liza en la Asamblea. O lo que es lo mismo, una mayoría absoluta con la que Emmanuel Macron no se habría atrevido a soñar hace apenas unos meses. Además, el arco parlamentario lo conformarán al menos otros tres grupos (Los Republicanos-UDI, Francia Insumisa y Partido Socialista) y acceden a la Cámara bajas destacadas figuras como Marine Le Pen (FN) y Jean-Luc Mélenchon (FI); esta situación permite esquivar una Cámara baja monocolor, donde el debate parlamentario habría resultado difícil.
Menos favorable sopla el viento en las filas socialistas. “La deriva del Partido Socialista es incontestable”, señalaba Jean-Christophe Cambadélis momentos antes de anunciar su dimisión como primer secretario de la formación. En cinco años, el PS ha perdido 250 diputados hasta quedarse en 30 representantes, un número ligeramente superior al que suman Francia Insumisa de Mélenchon y el Partido Comunista Francés, 27 diputados.
Y, pese a la fuerza de la ola Macron, ésta no ha sumergido por completo a la derecha. La coalición Los Republicanos-UDI suma 130 asientos, lo que la convierte en la principal fuerza en la oposición. Por su parte, el FN se ha quedado lejos de alcanzar su objetivo, al haber obtenido ocho escaños.
“En un debate, la oposición es interesante y la hegemonía nunca es buena”, aseguraba a Mediapart, socio editorial de infoLibre, el presidente de la Comisión de Investidura de LREM, Jean-Paul Delevoye, satisfecho por que la “dinámica ciudadana iniciada por Emmanuel Macron”, se “mantenga”. En resumidas cuentas, la mayoría presidencial de esta nueva Asamblea es ligeramente inferior a la obtenida por Jacques Chirac en 2002 (398 diputados), casi idéntica a conseguida por Nicolas Sarkozy en 2007 (345 diputados) y sensiblemente más amplia que la de François Hollande en 2012 (331 diputados).
Del Ejecutivo a los responsables de La República en Marcha. Unos y otros se felicitaron por la llegada de nuevascaras al Palacio Borbón. “Por primera vez en la historia de la Quinta República, la Asamblea Nacional va a ser profundamente renovada, pasará a ser más diversa, más joven, tendrán un importante peso las carreras profesionales, asociativas y políticas variadas”, se emocionó Catherine Barbaroux, presidenta en funciones de LREM. “Pero, sobre todo, permítanme que me alegre especialmente por el hito histórico que supone la representación femenina en la Asamblea Nacional”. Efectivamente, 223 candidatas fueron elegidas el domingo y ahora representarán el 38,8% de la futura Cámara baja, cuando apenas eran el 26,9% en 2012 y el 18,5% en 2007.
“Con su voto, los franceses, en su gran mayoría, han preferido la esperanza al enfado, el optimismo al pesimismo, la confianza al repliegue”, se congratulaba también el primer ministro Édouard Philippe, que se felicitó por la “franca mayoría” otorgada al presidente de la República, “La victoria es clara y supone unas obligaciones”, indicó. “El Gobierno abordará los próximos meses con una gran humildad y una determinación total”. François Baroin, jefe de filas de LR-UDI en estas legislativas, también reconoció que “los franceses [habían] querido dar una neta mayoría al presidente de la República”. “Ahora está hecho. El veredicto de las urnas es claro y respeto enormemente la decisión de los electores”, dijo.
Ninguna de las personalidades históricas que se pronunció este domingo olvidó mencionar la abstención histórica registrada en esta segunda vuelta y que fue del 57,36%. En las legislativas de 2012, ya había sido del 44,6%. Y, en 2007, del 40,02% en 2007. “La abstención aplastante que se ha manifestado hoy [por el domingo] tiene un sentido ofensivo. El pueblo ha ido a la huelga general cívica”, declaró Jean-Luc Mélenchon.
“La abstención nunca es una buena noticia para la democracia. Sus causas son múltiples, a cada uno le corresponde analizarlas. Por su parte, el Gobierno la interpreta como una ardiente obligación de conseguirlo. La confianza de los electores pasa por que seamos ejemplares, un compromiso sin falla y resultados tangibles”, apuntó Édouard Philippe. Y, precisamente en lo que respecta a la ejemplaridad, los resultados de la segunda vuelta confirman, de nuevo, la escasa incidencia de los casos de corrupción en los comicios. El ministro de Cohesión Territorial, Richard Ferrand, investigado, resultó reelegido con el 56,53% de los votos.
Algo similar sucedió en París, donde la ministra de Asuntos Europeos Marielle de Sarnez también salvó los muebles en el Gobierno, aplastando literalmente a su rival LR (consiguió el 66,29% de los votos). Y esto pese a que se ha abierto una investigación, con relación a los supuestos empleos ficticios en MoDem, donde aparece su nombre. Otros candidatos LREM, poco ejemplares, también han sido elegidos.
Al igual que Richard Ferrand y Marielle de Sarnez, todos los ministros o secretarios de Estado que se presentaba a las legislativas han ganado. Con estas victorias, el Ejecutivo evita tener que llevar a cabo una importante remodelación de Gobierno. Este lunes, como es tradicional, estaba previsto que Édouard Philippe presentasee la dimisión del Gobierno a Emmanuel Macron. Un paso puramente formal ya que los ajustes deberían ser mínimos. El presidente de la República ya lo advirtió antes de las elecciones presidenciales: “Nombraré a un Gobierno con vocación de continuidad”, declaró en la redacción de Mediapart el 5 de mayo. Si quiere seguir cumpliendo sus promesas de un Ejecutivo “ajustado”, debería proceder al nombramiento de algunos secretarios de Estado, para aligerar la carga de trabajo de algunas carteras, sobre todo la de Bercy.
En Matignon, la semana también se avecina intensa. Además de mantener entrevistas previstas con los 14 miembros de su Gobierno, el primer ministro se verá también con un buen número de diputados LREM recién elegido. Una mayoría que desea “abierta” y “dispuesta a acoger a todas las buenas voluntades”, según las palabras pronunciadas el domingo por la noche, una especie de guiño a sus amigos de LR, que ya han anunciado que votarían a favor de la confianza en el Gobierno. Y sobre los cuales se apoyará para asentar su autoridad frente a una masa de diputados de La República en Marcha completamente entregada a Emmanuel Macron. _______________
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Traducción: Mariola Moreno
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El tsunami anunciado es menor de lo previsto. Pese a todo, ha arrastrado a mucha gente a su paso. La República en Marcha (308 diputados) y sus aliados del MoDem (42 diputados) suman 350 de los 577 escaños en liza en la Asamblea. O lo que es lo mismo, una mayoría absoluta con la que Emmanuel Macron no se habría atrevido a soñar hace apenas unos meses. Además, el arco parlamentario lo conformarán al menos otros tres grupos (Los Republicanos-UDI, Francia Insumisa y Partido Socialista) y acceden a la Cámara bajas destacadas figuras como Marine Le Pen (FN) y Jean-Luc Mélenchon (FI); esta situación permite esquivar una Cámara baja monocolor, donde el debate parlamentario habría resultado difícil.