El plan secreto de la derecha europea para dinamitar el Pacto Verde

Manfred Weber vota durante una sesión plenaria del Parlamento Europeo en Bruselas.

Cédric Vallet (Mediapart)

Bruselas (Bélgica) —

¿Se deshará el Pacto Verde Europeo (Green Deal) hilo a hilo hasta que no quede nada de él? Eso es lo que temen las asociaciones de protección del medio ambiente tras leer un borrador de memorándum interno del Partido Popular Europeo (PPE), el grupo de derechas del Parlamento Europeo y el mayor partido de la institución. “Es un ataque en regla contra el Pacto Verde y al acervo medioambiental”, afirma Faustine Bas-Defossez, de la ONG Bureau Environnemental Européen, sobre el documento que Mediapart ha podido obtener y al que también ha tenido acceso Contexte.

En este borrador, el PPE enumera las iniciativas que desearía ver incluidas en el programa de trabajo de la Comisión Europea para 2025. El documento forma parte de un intercambio informal entre los comisarios del PPE y los eurodiputados del grupo, para tantear el terreno en el Parlamento antes de que la Comisión lance iniciativas concretas. “Este tipo de diálogo existe en todos los grupos políticos”, asegura una fuente europea.

En este documento, la derecha prioriza el asilo y la migración proponiendo por ejemplo que se refuerce considerablemente Frontex. También menciona el Estado de Derecho, pero es sobre todo el clima y el medio ambiente lo que está en el punto de mira. El PPE quiere cuestionar varias directivas y reglamentos adoptados durante la anterior legislatura.

Para Marie Toussaint, eurodiputada de Los Verdes, la nota interna del PPE es una “hoja de ruta para la regresión medioambiental, en la que el PPE adopta un enfoque de guerra revanchista”. Una preocupación que es compartida en parte por Pascal Canfin, eurodiputado macronista del grupo centrista Renew: “Refleja el impulso anti Green Deal del PPE. Si juntamos todas estas propuestas de reforma, lo que propone el PPE es un abandono total del objetivo de neutralidad climática”.

Mayorías con la extrema derecha

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y también miembro del PPE, ha asegurado no obstante en repetidas ocasiones que el Pacto Verde seguirá siendo el núcleo de las políticas europeas, aunque ahora anclado en una lógica de “competitividad” y apoyo a la industria.

Con ello se ha asegurado el apoyo de los centristas de Renew Europe y de la mayoría de los Socialistas y Demócratas (S&D). Por su parte, los eurodiputados del PPE, encabezados por el alemán Manfred Weber, no han parado de cuestionar algunas disposiciones legislativas emblemáticas del Pacto Verde.

Han reventado todos los diques. Estamos asistiendo a un juego de masacres

Marie Toussaint, eurodiputada verde

Manfred Weber puede mostrar una amenaza: en cada texto, sus eurodiputados pueden derribar las mayorías asociándose con grupos de extrema derecha. Eso es exactamente lo que ocurrió el pasado 14 de noviembre, durante la votación de la directiva contra la deforestación importada, cuyo objetivo es prohibir la comercialización de determinados productos derivados de la deforestación. A propuesta de la Comisión Europea, se ha aplazado un año la aplicación de este texto clave del Pacto Verde.

Para ratificar la decisión era necesaria la votación del Consejo, es decir, de los Estados miembros, y del Parlamento. El PPE buscó una brecha para lanzar una ofensiva a base de enmiendas, votadas con el apoyo de la extrema derecha, para debilitar el alcance de la directiva, enmiendas que fueron rechazadas durante las negociaciones con el Consejo. Pero el PPE había advertido de que, cada vez que se revisara o propusiera un texto “verde”, esta alianza sería capaz de hacer tambalear la legislación europea sobre el clima. “Han reventado todos los diques", denuncia Marie Toussaint, eurodiputada verde. “Los arquitectos del contragolpe están trabajando duro. Estamos asistiendo a un juego de masacres.”

Relajar las reglas

¿Qué dice el documento del PPE? En primer lugar, pone en el punto de mira el objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040. La Comisión propone una reducción del 90% respecto a los niveles de 1990. Para la derecha europea, el objetivo deberá definirse teniendo en cuenta “el impacto de estas reducciones en las empresas, la economía y la sociedad”.

Fuentes del Europarlamento temen que, de seguirse esta petición, se adopte un objetivo móvil, casi opcional, cuya ambición podría revisarse a la baja en función de la salud económica de la industria.

A continuación, el PPE enumera su lista de deseos. El fin de los motores de combustión para 2035 es uno de los principales objetivos. El PPE se declara partidario de un enfoque “tecnológicamente neutro” que dé prioridad a los combustibles sintéticos. La revisión del objetivo de neutralidad de carbono para los vehículos, claramente mencionado en el documento, allanaría el camino a los “e-combustibles” que emiten más CO2 que los coches eléctricos, como nos recordaba recientemente Transport & Environnement. El PPE menciona también los “biocarburantes”, que emiten también CO2  y son el centro de innumerables polémicas.

El PPE pide una rápida revisión de la directiva sobre las emisiones industriales y ganaderas, que costó aprobar en marzo de 2024

La derecha europea tiene prisa. Pide la reapertura urgente de textos como la directiva sobre comercio de derechos de emisión de CO2  cuya revisión está prevista para 2026. El objetivo sería flexibilizar las normas que permiten, en determinadas condiciones, conceder gratuitamente derechos de emisión de CO2  a las empresas que capturen, almacenen o reutilicen el CO2  emitido.

El PPE también quiere que la directiva incluya el controvertido concepto de “emisiones negativas”. Su introducción eximiría a las industrias del pago de “derechos a contaminar” si se comprometen a retirar CO2  de la atmósfera o a financiar proyectos de absorción de CO2  en sumideros de carbono, plantando árboles, por ejemplo. Lo que temen los defensores del medio ambiente es que estas compensaciones ofrezcan un cheque en blanco a las industrias que ya no tendrían realmente prisa por reducir las emisiones de sus plantas sin ninguna garantía real sobre la eficacia de las medidas de eliminación de CO2 . “Nos arriesgamos a que se cuestione la trayectoria de reducción de emisiones”, teme una fuente europea.

Otras propuestas pretenden fomentar la producción de hidrógeno a partir de energía nuclear o de combustibles fósiles, siempre que se capturen sus emisiones de CO2 .

Este texto “no existe”

El PPE no se ha olvidado de la agricultura. El partido reclama una rápida revisión de la directiva sobre emisiones industriales y ganaderas, aprobada con gran esfuerzo en marzo de 2024. Este texto tiene por objeto reducir la contaminación procedente de los centros industriales. Ha sido objeto de intensas presiones por parte de los mayores sindicatos agrícolas para evitar incluir las emisiones de amoníaco o de metano de las grandes explotaciones ganaderas industriales. Las mayores explotaciones porcinas y avícolas están finalmente cubiertas por esta directiva, pero los ganaderos están sujetos a normas más livianas y no afecta a los productores de vacuno.

A pesar de estas normas tan laxas, algunos eurodiputados del PPE presentaron enmiendas en el momento de la votación para echar por tierra el compromiso, que consideraban demasiado exigente para la comunidad agrícola. En su documento interno, el PPE sugirió reabrir el expediente y dividir la directiva en dos textos separados, uno para la industria y otro para la agricultura. Dada la posición del PPE, tal petición de revisión “no tendría por objeto incluir al vacuno ni endurecer las normas, sino más bien lo contrario”, afirma Faustine Bas-Defossez.

Es conocida también la voluntad de Ursula von der Leyen de reducir la protección de los lobos, pero eso no es suficiente para el PPE, que pide revisar a la baja la protección de los osos y “otras especies”. Para ello, tendría que modificar los textos de protección de la naturaleza, las directivas “Aves” y “Hábitats”, lo que hace temer una ofensiva más amplia contra estos emblemáticos textos, que han permitido en particular proteger los espacios naturales de la UE bajo la denominación “Natura 2000”.

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En el PPE, contactados por Mediapart, consideran que este texto “no tiene ninguna importancia”. “Es el borrador de un borrador que está en fase de discusión. No representa la posición del PPE, así que no existe”, nos dicen. Muchos en el Parlamento creen que sí que existe y lo ven como una señal más de una amplia ofensiva que se avecina contra el Pacto Verde.

 

Traducción de Miguel López

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