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Policías sí, sanitarios no: el doble rasero para pagar complementos por trabajar en los Juegos Olímpicos
Fue el pasado 30 de enero de 2024 cuando el Ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, hizo públicas las condiciones laborales de los policías movilizados en París durante los Juegos Olímpicos. Sus vacaciones, anunció, quedarían reducidas a dos semanas este verano. Pero el esfuerzo sería recompensado: todos, con independencia de sus responsabilidades o de su destino, recibirían una prima de 1.000 euros. Una bonificación que ascendería a 1600 euros para los destinados en los departamentos en los que se celebran los Juegos, y a 1.900 euros si el puesto está en la región de Île-de-France. Además, para aliviar la carga de padres y madres, se ofrecerán soluciones para el cuidado de hijos e hijas.
La situación es diferente para los trabajadores sanitarios. El 25 de julio, víspera de la ceremonia de inauguración de los Juegos, seguían sin entender qué criterios se seguirán para concederles estas primas por su trabajo. En el servicio de urgencias del Hospital Necker de París, "incluso los directivos están avergonzados", afirma una celadora de urgencias, que dice hablar "en nombre del equipo". El Consorcio de Hospitales Públicos de París (AP-HP) –que agrupa a 38 hospitales de la región parisina– lo niega: "Las conversaciones con el equipo concluyeron con éxito y permitieron verificar que las situaciones individuales correspondían a los criterios para la asignación del bono".
No lo ven igual los empleados, que están fuertemente movilizados ya que "se van a abrir 1.300 camas más que en un verano normal". Así que hay que encontrar trabajadores sanitarios para formarlos. Joran Jamelot, sindicalista de la CGT en el Hospital Europeo Georges-Pompidou de París, afirma que además el personal está sometido a la presión de sus jefes: "No hay ninguna orden oficial, pero los directivos instan al personal a no coger vacaciones durante los Juegos Olímpicos". En el Hospital Necker de París, "las vacaciones de verano se limitan a dos semanas para todos", según explica a Mediapart Marie-Rita Pokoudiby, también de CGT.
En una carta fechada el 30 de abril, el Ministerio de Sanidad estableció las normas para tener derecho a estas bonificaciones: disfrutar de menos de tres semanas de vacaciones entre el 1 de abril y el 31 de agosto; trabajar 35 horas a la semana "entre el 22 de julio y el 11 de agosto" y pertenecer a un servicio considerado prioritario. Estos servicios prioritarios fueron definidos por la Agencia Regional de Salud (ARS) a finales de mayo y entre ellos hay casi veinte especialidades, entre servicios de urgencias, de ambulancias, quirófanos, unidades de cuidados intensivos, pediatría o unidades neurovasculares.
Para que los sanitarios cobren las bonificaciones tienen que cumplir todos estos criterios. Pero a diferencia de la policía, sí se han establecido diferentes niveles: 2.500 euros para los médicos, 1.200 euros para los agentes de la categoría A, 1.000 euros para la categoría B; 800 euros para las categorías C.
Una auxiliar de enfermería de Necker, en la categoría C, cree que "es discriminatorio y muy vago. Los bonos deberían haberse pagado a todos los sanitarios por igual, como ocurre con las fuerzas policiales".
¿Los Juegos Olímpicos aumentarán la deuda de los hospitales?
Otra cuestión crucial es si estas primas olímpicas, más el pago de horas extras y la contratación de personal temporal con buenas condiciones, supondrán una carga para los presupuestos de los hospitales. La AP-HP afirma que ha conseguido que el presupuesto asignado por el Estado cubra "el importe de las bonificaciones antes del inicio de los Juegos. Es posible que se hagan ajustes después".
El centro hospitalario de Saint-Denis no se beneficia de la misma generosidad: recibirá una "dotación máxima" de exactamente 949.664 euros, según denuncia el ARS Île-de-France en una carta al director. Stéphane Degl'Innocenti, sindicalista de Sud, recuerda que el hospital ya acumula "un déficit de más de 20 millones de euros de aquí a 2023, porque el hospital está infrafinanciado", y que "los aumentos salariales concedidos por el Ségur no han sido financiados". Para el sindicalista, hay motivos para temer que los Juegos Olímpicos aumenten aún más la deuda del hospital. El director del hospital de Saint-Denis no respondió a las preguntas de Mediapart.
Esta incertidumbre y sentimiento de injusticia se suma a las dificultades a las que ya de por sí se enfrentan los hospitales públicos. El hospital de Saint-Denis, uno de los más cercanos a las sedes olímpicas, se ha movilizado para los Juegos, pero el acceso es difícil desde el cierre de los enlaces de las autopistas A86 y A1, lo que obliga a los usuarios de automóviles y a los pacientes a dar largos rodeos, no exentos de riesgos, sobre todo para las mujeres a punto de dar a luz que tienen que desplazarse a una de las mayores maternidades de Francia.
Además, varios servicios del Hospital infantil Necker y del Hospital Europeo Georges-Pompidou están en huelga. Los servicios en huelga –desde urgencias hasta quirófano– reclaman la equidad en el pago de las primas, así como el respeto de las vacaciones anuales, los periodos de descanso y la vida privada, perturbada por las reincorporaciones para sustituir a los ausentes en los equipos con escasez de personal, el nombramiento de personal con contratos de duración determinada, etcétera. Reivindicaciones que no son nuevas.
Lo cierto, es que estas huelgas no tendrán ninguna repercusión en el servicio prestado a la gente de a pie: como de costumbre, los sanitarios tendrán que prestar servicios mínimos.