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Portugal archiva en tiempo récord la investigación por tráfico de influencias al presidente del Eurogrupo

El ministro de finanzas portugués, Mario Centeno.

Poco después de estrenarse en sus funciones europeas al frente del Eurogrupo, el ministro portugués de Finanzas, Mario Centeno, era investigado por la Justicia de su país por tráfico de influencias tras conocerse que le había solicitado al presidente de un gran club de fútbol entradas de palco para él mismo y su hijo; semejante petición lleva a dudar, si no de su integridad, sí de la idea que tiene de la función que realiza. Aunque el caso puede parecer anecdótico, se produce en un contexto de enfrentamiento entre los jueces que revindican su independencia y una clase política salpicada regularmente por casos de corrupción.

Las entradas no eran para un partido cualquiera, sino para el clásico que enfrentaba, en abril de 2017, al gran club de Lisboa, el Benfica, a su rival del norte del país, el FC Porto. Centeno tampoco se dirigió a un presidente de club cualquiera, sino a Luis Filipe Vieira, que preside el Sport Lisboa e Benfica, un especulador cuya deuda con el Novo Banco, la entidad buena creada a partir de los escombros del Banco Espirito Santo (BES), asciende a unos 400 millones de euros, que adeuda su empresa dedicada a la promoción inmobiliaria. La quiebra del BES puede dejar a los contribuyentes portugueses, por cuyos intereses se supone debe velar un ministro de Finanzas, una factura superior a los 5.000 millones de euros.

El Ronaldo del Ecofin (sobrenombre que le dio el antiguo ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble) no podía ignorar todo esto cuando recurrió a los servicios del Ministerio de Finanzas, también para intercambiar correos, incluida la demanda de entradas gratuitas para asistir a uno de los partidos de fútbol más cotizados de la temporada, en un país en que la pasión por el juego es casi patológico. El caso Centeno, que se ha gestado desde hace semanas, daba un giro espectacular con los registros llevados a cabo el 26 de enero por los investigadores del Departamento de Investigación y de Acción Pública (DIAP) de Lisboa en el Ministerio de Finanzas. Según las informaciones publicadas en los medios de comunicación de Portugal, en el punto de mira se encuentra la exención fiscal de la que se benefició una empresa inmobiliaria de los hijos del presidente del Benfica, Tiago y Sara, concedida sólo una semana después de que el ministro de Finanzas pidiera las entradas para asistir al partido, sentado en tribuna del Estado da Luz, junto al lado de Luis Filipe Vieira.

Lo que el nuevo presidente del Eurogrupo ignoraba entonces, pero que se suma al caso, es que desde el 30 de enero Luis Filipe Vieira está siendo nuevamente investigado por corrupción, blanqueo de capitales y fraude fiscal, en una causa en la que también están implicados e imputados dos jueces del Tribunal de Apelación de Lisboa, un vicepresidente del Benfica y un puñado de abogados. La investigación, bautizada como operación Lez y orquestada por la Unidad Nacional de Lucha contra la Corrupción (UNCC), se ha materializado ya en 33 registros domiciliarios y en las oficinas del presidente del Benfica y se salda con 12 imputaciones, a fecha de 31 de enero. El juez Rui Rangel, cuya exmujer Fatima Galante también es jueza en el mismo tribunal de Lisboa, está acusado de vender a Luis Filipe Vieira intervenciones sobre diversas procesos judiciales relativos a su persona.

El presidente del Benfica, que cuenta con antecedentes (condenado en 1993 por el robo de un camión cometido nueve años atrás), hace años que está siendo investigado. El semanario Expresso completaba el 27 de enero las informaciones reveladas por el también semanaro el Sabado, según las cuales para los investigadores, los tres casos que implican al Benfica de Luis Filipe Vieira dibujan una vasta operación de control y de manipulación de las altas instancias del fútbol portugués, incluida la compra de árbitros y el amaño de algunos partidos. Para el abogado del club lisboeta, Joao Correia, “hay una mano detrás de estos ataques contra el Benfica”, supuesta víctima de una “evidente persecución”.

Salvar al soldado Centeno

En la clase política portuguesa, en Lisboa y también en Bruselas, en el Parlamento Europeo, se ha producido un cierre de filas para defender al soldado Centeno, cuyo ascenso a la Presidencia del Eurogrupo ha sido motivo nacional de orgullo. Manfred Weber, presidente del grupo parlamentario PPE en el Parlamento Europeo, que tuvo la mala idea de sugerir un debate en sesión plenaria sobre las tribulaciones futbolísticas de Mario Centeno, sufrió el desaire de las delegaciones portuguesas (PSD y CDS) de su grupo, pero también, por supuesto, de las tres formaciones de la coalición parlamentaria que respaldan el Gobierno de Lisboa (PS, PCP y Bloco de Izquierda); el eurodiputado y excandidata del Bloco a las elecciones presidenciales Marisa Matias se unía a los indignados. Durante su visita a la capital de la UE, el primer ministro portugués, Antonio Costa, anunció que este caso estaba “archivado”.

El presidente del Eurogrupo también ha contado con el apoyo de algunos editorialistas influyentes, del espectro político que va desde la extrema izquierda a la derecha liberal: no se compra un ministros de Finanzas con dos entradas de fútbol, han dicho. También han atacado al tabloide Correio da Manha, cuyas revelaciones populistas responden supuestamente a las órdenes de los policías y los instructores. Entre líneas, cabe entender que la imputación del presidente del Eurogrupo se ha interpretado como un atentado a la reputación del país.

Algunos de ellos, en cambio, no han sido demasiado convincentes porque el problema no es el valor de mercado de las dos entradas regaladasregaladas y que daban derecho a sentarse en la tribuna presidencial del Estadio da Luz. Y esto aunque superen los 150 euros, techo máximo establecido para los regalos autorizados por un código de conducta aprobado recientemente por el Gobierno portugués, tras el escándalo de los viajes de tres secretarios de Estado (que asistieron, por petición propia, a partidos de la Eurocopa 2016 en Francia, todos los gastos pagados por el grupo petrolero portugués Galp). Fernando Rocha Andrade, uno de los tres secretarios de Estado que tuvieron que dimitir tras su imputación, era el brazo derecho en el Ministerio de Finanzas de un tal... Mario Centeno. Entonces, el PCP y el Bloco calificaron el comportamiento de Rocha Andrade de “criticable” y de “moralmente reprochable”.

La defensa política y editorial del presidente del Eurogrupo también advierte de que no hubo contrapartidas a los favores de Luis Filipe Vieira porque la exención fiscal procede de la Alcaldía de Lisboa y no del Ministerio de Finanzas. Algo que es casi cierto... Si no fuese por que, si bien la exoneración del pago de este impuesto inmobiliario local depende de los ayuntamientos, su aplicación corresponde a Finanzas y a menudo su tramitación lleva un tiempo considerable.

Sin embargo, según el diario Publico, la investigación judicial determinaría que la decisión de exención es previa a la solicitud de las entradas para el clásico Benfica-Porto por parte del gabinete de Mario Centeno. Recordemos no obstante que fue por iniciativa de un exministro de Justicia llamado... Antonio Costa por lo que la materialización de la contrapartida ya no resulta indispensable para considerar que existe tráfico de influencias. Para los investigadores, el regalo de Luis Filipe Vieira al ministro de Finanzas y a su hijo excede los 150 euros aceptables pero estaría justificado por “las razones de seguridad” ya destacadas por los defensores de Mario Centeno. Algo que resulta bastante sorprendente dado que el comportamiento general de los aficionados portugueses no tiene mucho que ver con el de los hooligans, que sí se manifiestan violentamente. Argumento que, en todo caso no puede aplicarse al hijo del ministro de Finanzas.

Firme, el mismo Costa, ahora primer ministro, dijo que Mario Centeno no dimitiría “en ningún caso” del Gobierno, aunque fuese imputado. Y calificó la investigación de “ridícula”, una antífona repetida por el coro de editorialistas famosos. Este ataque del Poder Ejecutivo al Poder Judicial no es casual. En octubre concluye el mandato del fiscal general de la República, Joana Marques Vidal, la ministra de Justicia Francisca Van Dunem (que accedió a la magistratura el mismo año que Marques Vidal) ha dado a entender que no renovaría en el cargo ya que sería “largo y único”, algo falso, según prácticamente todos los especialistas en derecho constitucional consultados al respecto. La verdad es que la actividad de Marques Vidal al frente del Ministerio público ha sido frenética, con el objetivo de atajar una corrupción política endémica; el caso más emblemático es el del exprimer ministro socialista José Socrates, encarcelado durante nueve meses y a la espera de ser juzgado por corrupción, fraude fiscal y blanqueo de capitales.

Al lado de los delitos que se imputan al que fuera número dos de Antonio Costa, el movimiento que se reprocha al presidente del Eurogrupo puede parecer como una minucia, pero la pasión por el juego bonito no lo justifica todo, sobre todo en Portugal, donde la endogamia entre la clase política y el mundo oscuro del fútbol profesional resulta muy problemático. Como escribía el jueves en Publico Joao Miguel Tavares a propósito de los presidentes de los tres grandes clubes del fútbol portugués (Benfica, Sporting et FC Porto), “todo el mundo sabe que Luis Filipe Vieira, Bruno de Carvalho y [Jorge Nuno] Pinto da Costa son personas poco recomendables”. Todo el mundo, salvo Mario Centeno, según parece. La investigación, que finalmente le ha exculpado, al menos le habrá enseñado algo.

  Este artículo fue actualizado el 3 de febrero para incluir la decisión del Ministerio Público, dada a conocer a última hora del viernes 2 de febrero, de archivar la causa abierta a Mario Centeno, con una celeridad excepcional. Esta decisión no excusa la ligereza de que ha dado muestras el nuevo presidente del Eurogrupo al solicitar los favores de Luis Filipe Vieira. Habida cuenta de que éste permanece imputado en la operación Lex, cabe pensar que Mario Centeno pagará sus entradas para el próximo clásico Benfica-FC Porto… o que verá el partido por la televisión.

Traducción: Mariola Moreno

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