A primera hora de la mañana del sábado, los palestinos se enteraron de que Hamás había lanzado desde la Franja de Gaza una operación armada de una magnitud sin precedentes contra Israel, causando alrededor de 600 muertos israelíes, la mayoría de ellos civiles. Pocas horas después, soportaron la rápida represalia del Estado hebreo, cuyos intensos ataques aéreos causaron centenares de muertos, entre ellos un número indeterminado de civiles. ¿Cómo ha vivido el pueblo palestino ese 7 de octubre, cuyas consecuencias a medio y largo plazo se desconocen, pero que ya sabemos que pasará a la historia como un hito en el conflicto palestino- israelí?
Mediapart ha hablado con expertos sobre el terreno, entre ellos universitarios como Mkhaimar Abusada, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Al-Aqsa de Gaza, que considera el ataque sorpresa de Hamás una consecuencia de la política de lo que califica de "gobierno fascista israelí de extrema derecha", señalando que algunos de sus ministros "piensan que ha llegado el momento de expulsar a los palestinos y anexionarse más de la mitad de Cisjordania".
Otras voces de la sociedad civil palestina están alzando la voz y desarrollando un discurso similar, como Rula Shadeed, que ha trabajado durante muchos años en diversas organizaciones no gubernamentales de Ramala, en Cisjordania. Actualmente directora de programas del Instituto Palestino de Diplomacia Pública, trabajó durante mucho tiempo con la asociación Al-Haq, fundada en 1979 para documentar las violaciones de derechos humanos cometidas en el contexto del conflicto. Al-Haq es una de las seis ONG que el gobierno israelí intentó prohibir en 2021, con el pretexto de que tenía vínculos con el terrorismo palestino, sin convencer a Occidente.
Cuando Mediapart se puso en contacto con Rula Shadeed, el 7 de octubre, la activista se encontraba de misión en Ammán (Jordania) y no podía regresar a Ramala porque Israel había cerrado las fronteras. Ante los acontecimientos y las impactantes imágenes del día, asumió su apoyo al atentado de Hamás. Un apoyo que cree ampliamente compartido: "Obviamente no puedo hablar por todos, pero por lo que tengo entendido, todos estamos de acuerdo en que tenemos derecho a resistir a la colonización, la ocupación y el apartheid, y a protegernos", explica.
Aunque expresó su "sorpresa" por "la magnitud de esta operación", subrayó que, como muchos palestinos, sabían "que algo iba a pasar". “Esperábamos algún tipo de respuesta", afirma, "porque todos los partidos, incluido Hamás, habían pedido al gobierno israelí que pusiera fin a su agresión, a los ataques contra civiles y contra lugares y edificios religiosos como la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén".
También menciona humillaciones contra "creyentes rezando cerca de iglesias y mezquitas", como las recientes imágenes de judíos ultraortodoxos escupiendo a peregrinos cristianos en la Ciudad Vieja de Jerusalén, que se han repetido en televisión y redes sociales.
El oscuro recuerdo de 1948
Rula Shadeed también denunció el "número demencial de violaciones y brutalidades" cometidas por "el gobierno fascista israelí, que no tiene ningún respeto por las resoluciones de la ONU, las leyes de la Unión Europea, los derechos humanos o el derecho de los palestinos simplemente a vivir".
Señala el extremismo del gobierno dirigido por Benyamin Netanyahu, entre cuyos principales ministros figuran Itamar Ben Gvir, supremacista judío, racista y homófobo, y Bezalel Smotrich, que se declara orgullosamente partidario de un Gran Israel, desde el Mediterráneo hasta el río Jordán, "una de las fuerzas motrices de la decisión de Hamás, pero también de otras partes".
Como un gran número de palestinos, esta activista relata su creciente preocupación por "la quema de pueblos" y "el traslado de poblaciones que hemos presenciado en los últimos meses" para permitir a los colonos israelíes instalarse en los territorios palestinos, con la bendición del gobierno y el ejército. "Todos estos acontecimientos han sido una especie de llamada de atención para todos los palestinos, una señal de que la amenaza estaba cada vez más cerca", describe Rula Shadeed, para quien son "muy parecidos a lo que [ellos] vivieron en 1948": la Nakba, el éxodo forzoso de varios cientos de miles de palestinos, expulsados durante la guerra que estableció el Estado de Israel.
Sin embargo, matiza que aunque "este gobierno es el más brutal", con "una visión supremacista y racista", eso "no significa que el gobierno anterior no siguiera el mismo plan de ocupar Palestina". Para ella, la política de Israel hacia su país durante muchos años puede resumirse en pocas palabras: "Un régimen de apartheid centrado totalmente en el objetivo final de desplazar a los palestinos y sustituirlos por el pueblo judío".
Hospitales, sistema de agua potable, alimentos, medicinas, nada puede hacer frente a un ataque masivo.
Y cuando se le pregunta por el elevado número de muertos israelíes y el día de pánico en las ciudades cercanas a la Franja de Gaza, pero también en Tel Aviv (ver nuestro reportaje en pleno día de pesadilla para los israelíes), el análisis de Rula Shadeed no cambia. Tampoco su ira.
"En cualquier situación de colonización y opresión, la violencia es el resultado de la brutalidad del opresor. Nunca debemos culpar de una escalada a los colonizados, que se enfrentan a una gran injusticia desde hace décadas", afirma.
La activista no se hace muchas ilusiones sobre lo que ocurrirá después. "Por supuesto, sabemos que va a aumentar el número de víctimas, sobre todo en Gaza", afirma, recordando que en este pequeño territorio de 350 kilómetros cuadrados y 2,2 millones de habitantes, cercado estrechamente por el ejército israelí, "no hay refugio", y que la situación humanitaria allí es notoriamente deplorable: "Los hospitales, el sistema de agua potable, los alimentos, las medicinas... Nada funciona correctamente en Gaza. Nada puede hacer frente a un ataque masivo".
También ha hecho un llamamiento "a la comunidad internacional para que vigile lo que está ocurriendo lo más de cerca posible", porque, en su opinión, "cada vez que los israelíes han atacado Gaza, lo han hecho con impunidad, y sin tener que responder nunca de sus actos y sus crímenes".
"Sabemos que Estados Unidos y la Unión Europea son los mejores aliados del régimen colonial de Israel, y eso no va a cambiar ahora", insiste. Cuando en Ucrania "los civiles tomaron las armas para luchar contra la agresión rusa, para protegerse, recibieron la bendición de Estados Unidos y el aliento de Europa", señala con amargura. "Aquí, incluso cuando la gente es quemada en sus propias casas, nunca es un buen momento para apoyar a los palestinos", afirma.
Se refiere a la quema de varias casas por colonos israelíes en Cisjordania en junio de 2023, o al niño que fue quemado vivo en el incendio de su casa en 2015. "No esperamos ningún apoyo. Lo único que queda es que la gente salga de sus casas y se defienda.
En cuanto a la situación política en Israel, no sabe hasta qué punto quedará debilitado el primer ministro Benyamin Netanyahu, y si el 7 de octubre marcará el inicio de su caída definitiva: "No sé cómo afectará esto a su imagen, ni cómo reaccionará la sociedad civil israelí". “Puede que condene a su primer ministro", dice Rula Shadeed. “O puede que haga bloque hasta que este episodio termine. Es un ciclo sin fin: habrá muchos muertos, y Netanyahu podrá utilizar esta brutalidad extrema para encontrar apoyos".
Las imágenes que deja la guerra entre Israel y Palestina desatada el 7 de octubre
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El número de víctimas israelíes y palestinas del 7 de octubre se actualiza regularmente, según los comunicados oficiales.
Traducción de Miguel López