Moción de gobernabilidad Pilar Velasco
La financiación ilegal del PP nació en Galicia
¿Qué tendrá Manuel Fraga Iribarne que le cae tan bien a todos los contrabandistas? se preguntaba Perfecto Conde en su libro La conexión gallega. Del tabaco a la cocaína.
Vicente Otero Terito, Manuel Díaz Ligero, Celso da Ponte, José Ramón Barral Nené, Luis Falcón o los Charlín fueron quienes abrieron las puertas de lo que acabó siendo un gigantesco negocio basado en el imperio del fraude. Del estraperlo al tabaco rubio de “batea” y más tarde a la “fariña”.
Otero era el patriarca, el “capo”, amigo íntimo de Don Manuel. Cuenta Perfecto Conde en su libro que Vicente Otero era un hombre de “ideas políticas manifiestas” que nunca ostentó ningún cargo público porque no quiso, como sí hicieron Nené Barral o Manuel Ligero dentro de Alianza Popular.
Terito era militante de Alianza Popular y recibió la insignia de oro y brillantes del partido de la mano de Fraga por toda su contribución a la causa política. También era dueño en Cambados de la sede local del AP.
Era uno de los principales sostenedores económicos de lo que ahora es el Partido Popular, tanto él como todos sus “compañeros” de fechorías. Cuantos más políticos del PP alcanzasen puestos de poder, mejor les iría. Información privilegiada, tráfico de influencias, mientras sus “negocios” no se viesen alterados, serían fieles al partido de Don Manuel.
Hay que recordar que el propio Laureano Oubiña declaró ante los micrófonos de la Cadena Ser que tiene pruebas de haber financiado ilegalmente a Alianza Popular con dinero en efectivo. Pruebas que se compromete a presentar en el juzgado "si me llaman", según afirmó.
Otro suceso ocurrido en Cambados, que también refleja Perfecto Conde en su libro, todavía resuena por toda la Ría de Arousa. Se trata de un incidente que protagoniza Terito en el Parador de Turismo de esa localidad pontevedresa, cuando sacó una pistola y puso orden en un cónclave entre contrabandistas y narcotraficantes que se habían reunido a tratar algunos temas internos y entre los que figuraba la asignación de contribuciones económicas para las campañas electorales del partido fundado por Don Manuel. Había diversidad de opiniones en cuanto a las cantidades a donar. El capo puso fin a la discusión con cuatro tiros al aire. Dicen que todavía están los agujeros en el techo.
De esos barros, estos lodos. Cuando Don Manuel alcanzó la Xunta de Galicia, el narco Marcial Dorado, amigo de Alberto Núñez Feijóo, recibía contratos para sus empresas. Empresas que demostraron ser una tapadera para blanquear dinero procedente del narcotráfico.
Tanto Aznar como Rajoy o Feijóo, todos tenían asumido que la contabilidad en B era la fórmula de funcionamiento del PP y ya estaba normalizado desde los años 80 con su fundador, Fraga Iribarne
En los años 90, José Cuíña era el hombre fuerte del PP. Pablo Crespo fue secretario de Organización del Partido Popular en Galicia desde 1995 a 2003.
Crespo llegó a número tres del PPdG de la mano de Cuíña. Lo fichó cuando el joven Pablito era director de una sucursal bancaria en Vilagarcía de Arousa y no tenía ninguna experiencia en política.
El propio Pepe Cuíña aparece anotado en los papeles de Bárcenas como uno de los recaudadores de dinero negro. En 1990, el extesorero anota la entrega de un talón de 10 millones de las antiguas pesetas. Los fondos los aportaba un “Pepe C”, nombre al que Bárcenas añadía entre paréntesis las letras (“gal”) para que quedase claro que el dinero procedía de Galicia.
En una entrevista con Jordi Évole en el año 2013, Pablo Crespo declara que el Partido Popular recibía dinero de manera irregular. El dinero que recaudaba anualmente el PP de Galicia era al menos de unos trescientos mil euros, los cuales se incrementaban en campaña electoral, hasta los tres o cuatro millones de pesetas, de las cuales sólo declaraban al fisco un millón.
El 65% de la financiación del Partido Popular era irregular frente a un 35% de manera regular. También reconoció haber repartido sobres con dinero a dirigentes del PP, los considerados sobresueldos y que tampoco declaraban a Hacienda. Él mismo reconoce tener todavía recibís de la época con firmas de varios dirigentes del PP
El ex secretario de Organización del PP de Galicia llegó a ser un hombre fuerte que entregaba personalmente los billetes al ex tesorero nacional del partido, Álvaro Lapuerta. Crespo ya no iba a Madrid a hacer entregas de dinero, sino que era el propio Lapuerta el que se desplazaba a Santiago de Compostela, para recibir los pagos, según reconoció ante el juez el propio Crespo. En una de las citadas ocasiones, Pablo Crespo entrega a Lapuerta la cantidad de veintiún millones de pesetas en efectivo dentro de una carpeta azul. Dinero negro, sin declarar. Como bien se ha conocido después, era de donantes, de grandes empresarios que recibían después contratos públicos.
De la mano de Crespo, el dinero siguió fluyendo hacia Madrid. Primero Bárcenas anotaba de manera anónima quien entregaba el dinero. En los años 1997 y 1998 había entradas en metálico bajo los epígrafes “Galicia” o “Galicia (O.C.)” pero después, en 1999, en el cuaderno aparece una entrega de 21 millones de pesetas con el nombre de “P. Crespo”.
El mismo modus operandi que el del PP de Galicia se traslada a toda España: Madrid, Valencia…
Hemos conocido por los diferentes tesoreros que ha tenido el Partido Popular que la contabilidad en B, la contabilidad paralela, nunca había sido un problema para ninguno de sus dirigentes. Tanto Aznar como Rajoy o Feijóo, todos tenían asumido que esa era la fórmula de funcionamiento y ya estaba normalizado desde los años 80 con su fundador, Fraga Iribarne.
Luis Bárcenas entregó al juez de la Gürtel toda la documentación de la caja B del PP que fue acumulando durante 20 años como gerente y tesorero. Entre 1990 y el 2000, la mayor parte de los fondos con los que se llenaba esa caja procedían de Galicia. La caja B del PP no se entendería a nivel nacional sin la que crearon en el PPdG, ese Partido Popular de Galicia al que pertenecían el señor Feijóo y el señor Tellado, por poner algún nombre de los actuales dirigentes del partido Popular a nivel nacional.
Estamos ante un partido corrupto. Sus cimientos y toda su estructura están infectadas de corrupción, es sistémica
¿Recuerdan el caso Naseiro?
El caso Naseiro fue la primera investigación judicial originada por las sospechas de corrupción en la financiación del Partido Popular. Rosendo Naseiro era el tesorero del PP en el año 1990, con José María Aznar.
Se autorizaron unas grabaciones telefónicas por un caso de investigación de narcotráfico y las escuchas desvelaron indicios de otros delitos, entre ellos, financiación ilegal. Las conversaciones grabadas revelaron una trama de sobornos y comisiones a cambio de recalificaciones y venta de terrenos.
Por cierto, el hoy ya condenado y ministro de Aznar Eduardo Zaplana se desveló como un político obsesionado por enriquecerse: “Tengo que ganar mucho dinero, me hace falta mucho dinero para vivir” desvelaban los pinchazos telefónicos.
El Tribunal Supremo anuló la principal prueba de cargo, que resultó ser la única: las grabaciones de las conversaciones telefónicas. Caso sobreseído.
El extesorero del PP Luis Bárcenas declaró ante el juez que el dictamen jurídico utilizado en la defensa de los imputados en el caso Naseiro fue encargado por Federico Trillo al abogado Manuel Cobo del Rosal y pagado con fondos del Partido Popular procedentes de la caja B.
Trillo había sido fichado por el mismísimo Fraga para el partido ya que como miembro del OPUS siempre había hecho gala de sus contactos en el ala más conservadora de la judicatura. Movilizó todas sus conexiones para lograr que las escuchas de la policía fueran declaradas irregulares por el Tribunal y para manchar mediáticamente la trayectoria del juez Luis Manglano.
Luis Manglano, un hombre serio y un excelente magistrado, sufrió las consecuencias de haber ordenado investigar, por primera vez en España, la presunta financiación ilegal del PP. El segundo fue el juez Garzón y ya sabemos cómo acabó.
El cierre del caso Naseiro revalorizó a Federico Trillo ante José María Aznar y le premió primero con la presidencia del Congreso y más tarde con el Ministerio de Defensa.
El sistema de financiación irregular del Partido Popular durante casi 20 años ya quedó acreditado y fue condenado por ello.
Estamos ante un partido corrupto. Sus cimientos y toda su estructura están infectadas de corrupción, es sistémica. Feijóo no puede mirar hacia otro lado como hace habitualmente. Alguien que navegaba con un narco, y adjudicaba contratos a empresas que servían de tapadera para blanquear dinero procedente del narcotráfico, no puede ser el que lidere la derecha en este país. Para empezar, debería presentarse en la Comisión de Investigación que se ha abierto en el Parlamento de Galicia y reconocer los contratos con Eulen, la empresa donde su hermana es directiva, los 1.311 contratos adjudicados sin concurso por un valor total de 4.832.029,85 euros, así como las 1.034.964 licitaciones a dedo por valor de 4.000 millones de euros repartidas en poco más de una legislatura. Eso sería sólo la punta del iceberg.
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