Feijóo y el 'Pacto del Ventorro'. El poder a cualquier precio

“Feijóo tuteló el pacto de Mazón con Vox y lo avaló ante las dudas de sectores del PP”, titula El País. “El líder del PP ha tutelado el movimiento del jefe del Consell. El cuestionado presidente valenciano recibió el aval de Feijóo para cerrar otra alianza con los de Santiago Abascal para aprobar los Presupuestos autonómicos de 2025” 

Bajo la excusa de la aprobación de unos presupuestos para “la recuperación”, el PP enmascara la realidad: plegarse una vez más a los dictados de la ultraderecha. Hay sectores dentro del PP que han mostrado su incomodidad a Feijóo, pero muy bajito, sin alzar la voz. Como hacían hace algunos años con Don Manuel, sottovoce. El líder gallego ha calmado las aguas porque lo mejor es continuar gobernando y mantener el poder a cualquier precio. Así ha sido siempre en el PP. 

Alberto Núñez Feijóo mantuvo 14 años el poder absoluto en Galicia y su heredero, Alfonso Rueda, disfruta de todo lo sembrado en esas legislaturas. Manuel Fraga, ministro de Franco, pronto puso manos a la obra en la tarea de construir un partido político a su imagen y semejanza y lo principal, que ejerciese el poder. Para ello tuvo muy claro que los pactos oscuros y la maquinaria de la propaganda iban a ser dos puntales en su acción política. Si antes lo hacía con el Régimen, también podría hacerlo en la democracia, debió de pensar “Don Manuel”. 

Poder e influencia. Primero teniendo grandes amigos que financiaran su causa, y segundo, utilizando el dinero público para subvencionar a medios afines. El pequeño detalle de que sus mejores valedores fuesen contrabandistas de tabaco, prófugos de la justicia, o incipientes narcotraficantes, parece que no era un impedimento para sus fines. De hecho lo logró y salió impune.

¿Nunca se han preguntado por qué Alberto Núñez Feijóo, aquel joven con un gran futuro en política como auguró su mentor, el miembro del Opus Dei y Legionario de Cristo Romay Beccaria, inició su amistad con un narco sin importarle los negocios que todo el mundo conocía? 

La repuesta es muy sencilla. Porque tenía el visto bueno de sus jefes de filas. El mejor amigo de Fraga y principal sostenedor económico del PP de entonces era Vicente Otero, Terito, el mayor contrabandista de tabaco de Galicia. El mismo Fraga le entregó la insignia de oro y diamantes de Alianza Popular por sus generosas contribuciones. Eran uña y carne. El patriarca de Cambados mantenía un perfil de persona respetable, con empresas que hacía pasar por prósperos negocios. 

Cuando se puso en marcha la Operación Nécora, el 12 de junio de 1990, la policía no lo encontró en casa. Terito estaba al corriente de la operación, aunque el juez Garzón había puesto todos los medios para que no se filtrara la fecha de las detenciones. El “Corleone de la ría de Arousa”, a través de un chivatazo, se enteró y huyó. 

Pues bien, como cuenta Perfecto Conde en su libro La conexión gallega. Del tabaco a la cocaína, Terito era el padre del narco Marcial Dorado. ¡Oh, sorpresa! 

Muy poca gente sabe que Vicente Otero tuvo una relación extramatrimonial con la madre de Marcial Dorado. Ella había empezado a trabajar en casa del capo de Cambados por necesidad. Terito nunca lo reconoció como hijo. 

Todos hablaban del “hijo de soltera”, Marcial, que conserva hoy en día los dos apellidos maternos y por el que Terito sentía debilidad. “Ay, este Marcialiño, cada vez se parece más a su padre”. “E chuspidiño a seu pai” comentaban por las calles de Cambados por el parecido físico entre padre e hijo. 

Feijóo ha aprendido que para sobrevivir debe alcanzar pactos hasta con el mismísimo diablo si fuese necesario y, a su vez, usar el engranaje de la propaganda

Marcial Dorado siempre quiso imitar a Vicente Otero en todo. En todo menos en una cosa, abandonó el tabaco y dio el salto al tráfico de cocaína. Era también donante del PP, hijo del íntimo amigo de Fraga, Terito, que sin haberlo reconocido como propio, lo había instruido en el arte del contrabando. Beccaria, Fraga y Feijóo estaban al tanto del  parentesco y le correspondían con contratos de la Xunta. Dinero público para mantener la apariencia de empresa familiar, mientras Dorado blanqueaba dinero negro procedente del narcotráfico.

Quid pro quo. Así ha sido desde siempre en el PP. Feijóo ha aprendido que para sobrevivir debe alcanzar pactos hasta con el mismísimo diablo si fuese necesario y, a su vez, usar el engranaje de la propaganda para que sólo canten alabanzas a su gestión. 

Las cifras son abrumadoras. Millones de euros de dinero público que Feijóo ha gastado en la maquinaria de la desinformación. El PP  financia a los medios de comunicación afines con ayudas discrecionales sin concurso público, subvenciones camufladas, acuerdos de colaboración sin ánimo de lucro o convenios bilaterales para hacer propaganda de la actividad de sus consellerías.

Para Alberto Núñez Feijóo, en política se trata de alcanzar y mantener el poder a cualquier precio, así se lo enseñaron sus antecesores. Con pactos con contrabandistas y narcos, o pactos con la ultraderecha racista y xenófoba. Su maquinaria de desinformación y propaganda ya se ocupará de vender las virtudes del pacto. Lo único que de verdad importa es el poder.

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Cristina P. Marcote es la autora del libro 'Feijóo y el narco'.

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