Daniel Valero: “Hay que enfrentar a la verdadera minoría peligrosa, los políticos y millonarios ultras”

Daniel Valero, Jerez de la Frontera, 1994, es conocido en redes como Tigrillo. Es periodista y activista a favor del colectivo LGTBIQ+, de la diversidad de identidades y de las distintas formas de vivir la sexualidad. Valero es autor de varios libros, el último de los cuales acaba de presentar. Este nuevo título, Confundidas, indecisas, promiscuas es un ensayo en el que aborda el poder político de la bisexualidad con su resistencia al encasillamiento, basándose tanto en estudios como en experiencias personales. Afirma que el monosexismo “es una construcción social y cultural relacionada con muchísimos más aspectos del sistema económico e incluso con las identidades nacionales ”. En su opinión, “la bisexualidad, al ser más fluida, amenaza muchísimas aristas que sostienen todo el sistema capitalista”.

Retroceso de derechos LGTBIQ+

“La prohibición de la manifestación del orgullo por parte de Hungría al final lo que nos demuestra es la ofensiva contra las personas LGTBIQ+. Es bastante más potente de lo que creíamos, una tendencia internacional. Lo estamos viendo con las políticas de Trump en Estados Unidos, con las de Milei en Argentina. Y nos tiene que servir de advertencia. No solo tenemos que pedir que se sancione a Hungría, que la Unión Europea haga algo al respecto porque no podemos abandonar a las personas queer de ese país, también tenemos que tener en cuenta que esto nos puede pasar aquí perfectamente. Viktor Orbán, el presidente de Hungría, tiene socios que son Vox y estos tienen unas políticas que el Partido Popular está aceptando para pactar con ellos. Estamos viendo cómo se intenta recortar la ley trans de Madrid, cómo se intenta ahora con la ley LGTBQ+ de Extremadura, cómo votan en contra de perseguir las terapias de conversión o cómo intentan desde Vox todo el rato asociar LGTBIQ+ con pederastia para que la opinión pública tenga una opinión negativa de nosotros, lo que se ha intentado hacer y se hace en Hungría”.

Sobre el borrado de la mujer

 “El argumento contra la comunidad trans del borrado de la mujer no tiene realmente ningún tipo de sentido, sobre todo si miramos a tantos otros países que llevan hasta una década con leyes trans de autodeterminación de género y no se ha borrado absolutamente a nadie. Lo que se hace es expandir un poco el concepto del hombre y el concepto de la mujer para que incluya a personas que estaban siendo dejadas de lado. Las mujeres trans sufren violencias específicas por ser mujeres y por ser trans. Son más vulnerables a acabar dedicándose a la prostitución y a sufrir muchas violencias de género. Si tú dejas fuera a todas esas mujeres, entonces ¿qué tipo de feminismo estás haciendo? Creo que viene sobre todo también de una parte muy, muy, muy, muy, extremadamente minoritaria del feminismo. Es una parte que tiene más voz porque tiene ciertos sillones políticos y miedo a tener que compartirlos con otras personas. Creo que tiene más de intentar atacar a un partido político concreto, que es el que ha intentado apoyar a una comunidad tradicionalmente oprimida. Proteger a más mujeres no hace que se desproteja a tantas otras”.

Misoginia trans excluyente

 “Creo que hay un problema bastante grave en cuanto a la misoginia que inunda no solo los movimientos antifeministas, sino también ciertos movimientos que se dicen feministas, que son los trans excluyentes. Son aquellos que al parecer solo ven el enemigo dentro de la figura de la mujer trans. A la figura del hombre trans no se la crucifica de la misma manera. No se considera que traicionan la masculinidad. Tenemos a personas que renuncian a un privilegio para unirse a una comunidad que se supone oprimida, como son las mujeres en la sociedad patriarcal. Y sin embargo, siendo estas mujeres trans las que sufren tantísima violencia, incluso dentro de esa situación, son abandonadas por algunas de las que deberían ser sus compañeras en esta lucha. Reitero que creo sinceramente que son, por mucha distancia, minoritarias las feministas trans excluyentes”.

Toxicidad en el debate público

“El lenguaje de la polarización tan agresivo que inunda todos los foros de debate públicos, por desgracia impregna todos los ámbitos de nuestro país y prácticamente del mundo. Deberíamos intentar salir de eso. No llegar al extremo de sentarnos en la mesa a conversar con personas que tienen ideas racistas, homófobas, tránsfobas, machistas. A esas no hay que permitirles espacio para que prediquen. Pero entre todas las instituciones democráticas y entre todas las partes de la población, que realmente no sentimos un odio visceral las unas por las otras, tiene que haber un diálogo que abandone ese sistema del insulto y de la polarización. Creo que es posible y es como podemos alcanzar a toda esa gran masa de personas que no están muy politizadas. El problema es cuando desde los grandes medios de comunicación se premia la discusión y el insulto porque da audiencia, con lo cual la gente lo replica en las calles. O cuando en la Asamblea de Madrid, por ejemplo, tenemos uno de los espacios más violentos de este país en cuanto a foros de debate político y se incentiva desde el partido que está en ese gobierno”. 

El poder del activismo

“Los activismos del colectivo LGTBIQ+, y todos, hacen que muchísimas personas que están recibiendo violencias constantes, como me pasó a mí, entiendan que no las merecen. Al no haber una representación que considerara cercana a mí, que me dijera: “la forma en la que tú eres está bien, hay más personas como tú, te pueden querer, no solo aceptar, sino celebrar”, acabas interiorizando que, si todo el mundo te agrede, se ríe y habla mal de ti quizá existes para eso, te lo mereces porque hay algo mal dentro de ti. Con los activismos y la visibilidad que tanto hemos perseguido, la representación en medios, etcétera, igual no cortamos de cero todas las violencias, aunque creo que sí podemos reducirlas, pero sobre todo cortamos de raíz la violencia que tú ejerces contra ti mismo cuando asumes que todo eso pasa por tu culpa. Evidentemente no es tu culpa. Uno de los grandes éxitos que hemos conseguido los activismos en los últimos años es que las personas más jóvenes que están en los institutos, en los centros escolares y que a lo mejor alguna vez reciben bullying por su orientación sexual o de género, entiendan un poquito mejor el por qué pasa, el origen de esto”. 

Representación de la diversidad en televisión

 “Yo siempre digo que me da igual, que de pequeño vi Cars y no me convertí en un 600. Si ves una película que representa a personas de todo tipo de identidad de género o de orientación sexual, no vas a convertirte mágicamente en una de ellas. El hecho de que representemos y demos mayor visibilidad y tratemos con naturalidad la disidencia sexual y de género, incluso que hablemos de ella en las aulas, no va a hacer que nadie se convierta o se deje de convertir. La primera vez que me agredieron al grito de maricón fue con ocho años y a mí esa edad no me atraía nadie ni sabía con quién me iba a acostar el día de mañana. No estamos hablando de una cuestión sexual, ni estamos hablando de lo que hace cada uno en la cama. Estamos hablando de que las personas no interioricen violencias, de que puedan ser ellas mismas en libertad, de que puedan expresarse libremente, de que no criemos a pequeños agresores porque hayan entendido, gracias a esta educación y esta visibilidad, que se debe respetar a personas de absolutamente todo tipo. Por desgracia hay una violencia todavía tremenda y una invisibilización que hace que muchísimas personas crezcan odiándose a sí mismas, ocultas, sintiendo en la clandestinidad. Y eso tiene unas consecuencias terribles para su futuro”.

Situaciones aún poco visibilizadas

“Me gustaría mucho empezar a ver personajes que no solo sean disidentes del sistema sexo-género, de cualquier tipo de orientación sexual o identidad de género no normativa, sino que además tengan una vida y un desenlace felices. Que no tengan que amoldarse a lo que te pide el sistema para ser más productivo. Lo explico. La representación bisexual en los medios es casi inexistente de toda la vida. Empieza a haber un poco, se representa al chico bisexual intentando huir de la etiqueta de promiscuo, y lo llevan a ser un personaje súper romántico, súper monógamo, que se va a comprar un adosado y adoptar un perrito. Me parece muy bien pero también me gustaría ver una representación más rupturista con el sistema y que no sea castigada por ello. No monógama, que viva de una forma menos normativa la libertad sexual. Un hombre bisexual con novia ,pero con una pluma marica increíble o al contrario. Me gustaría ver muchísima más diversidad y creo que todavía no se nos ve bien. Y lo digo con estas palabras. Se nos deben muchísimas horas de pantalla, porque durante décadas, literalmente fue ilegal representarnos en la gran pantalla y en la pequeña”. 

Proteger a la infancia de la discriminación

“Un primer paso tiene que ser una educación completamente inclusiva. Primero, porque dar a niños, niñas y niñes una educación que oculte gran parte de la existencia, como es la de las personas LGTBI, va en contra de sus propios derechos. Tienen derecho a una educación no sesgada y que refleje el mundo. Segundo, porque así evitamos crear a futuros agresores. Cuando tú les enseñas que solo una forma de ser es la normal, la tradicional y la que debería ser, todo lo que se salga de ahí, ellos mismos van a verlo como lo extraño y lo van a atacar. Eso puede incluir a sus propios compañeros y compañeras de aula. Esto puede ser tremendamente peligroso para ellos y también para esos pequeños niños, niñas, niñes que pueden estar sintiendo que son diferentes. Tenemos que hacerles entender que no pasa absolutamente nada por ello, que no tienen por qué vivirlo en un armario, que pueden hacerlo de manera libre. Esa educación completamente inclusiva tiene que darse desde el minuto uno para crear un mundo más libre para todas estas personas”. 

La importancia de la comunidad virtual

“Creo que Internet ha hecho mucho bien para que nos podamos sentir menos solos. Yo pongo mi caso. Cuando era un adolescente, yo pensaba que era la única persona LGTBQ+ de todo Jerez de la Frontera. Puede parecer una exageración, pero con 15, 16 años, literalmente no sabía de la existencia de otra sola persona. Los medios de comunicación todavía nos representaban muy poco y en horarios para adultos. Con Internet podía ver a personas que creaban contenido que me inspirasen. Incluso encontrar a personas como yo a través de chats, de foros, de redes sociales. Gracias a eso pude encontrar una comunidad que, de otra forma, quizá por la mala suerte que tuve de que no hubiera otra persona visible en todo mi entorno, ni en mi familia, ni en mi centro escolar, no hubiera encontrado. Yo creo que a mí eso me salvó la vida. Tiene una parte negativa, sobre todo en los últimos años, en que estamos viendo crecer los discursos de odio de forma exponencial alimentados por los propios dueños de las plataformas. Sin embargo, nos han dado muchísima libertad y autonomía para poder reflejarnos y encontrarnos de una forma más sencilla”.

El odio a las diferentes

“El odio a las personas LGTBI y a las personas migrantes, racializadas, etcétera tiene diferencias, pero su origen es el mismo y su finalidad también es la misma. Por ejemplo, en Polonia. Si hay una situación de crisis económica vamos a dar a la gente enfadadas un culpable fácil al que puedan echar la culpa de forma sencilla. No tienen por qué pensar mucho, no tienen que entender mucho porque tampoco tienen tiempo para ponerse a informarse. Y ellos nos van a hacer el trabajo solo, nos van a dar el poder y los votos porque somos el partido que se proclama salvador de esto. Y si en Polonia hay una migración muy pequeña, casi imperceptible, empiezan a ir contra las personas LGTBIQ+, con el argumento de que usan tu dinero para el orgullo y se quedan la pensión de tu abuela. Tenemos que crear una comunidad interseccional donde nos cuidemos unas a las otras y también a toda la clase obrera. No venimos a por la pensión de tu abuela sino a protestar contra un desahucio. Somos una comunidad de una red increíble que tenemos que enfrentarnos al verdadero 1%, a la verdadera minoría peligrosa, que es la de esos políticos y millonarios de ultraderecha que quieren todo el dinero y el poder para ellos, ganando solo a base de crear odio”.

Género, orientación sexual y capitalismo

“La forma más fácil de organizarnos es dentro de los sistemas de matrimonio y de relación monógama. Tradicionalmente el capitalismo está pensado para una doble producción del trabajo del hombre obrero en la fábrica y de la mujer obrera, teniendo descendencia, para que continúen ese círculo que sigue dando al sistema más obreros, más soldados. Un sistema de producción continuo en el cual nos enamoramos, nos cuidamos e incluso mantenemos relaciones sexuales destinadas a que siga girando la rueda capitalista. La bisexualidad hace que este sistema sea un poco más difícil. Borra las barreras de la heterosexualidad obligatoria. Subvierte todos los órdenes del sexo y del género. Imagina un mundo en el cual te pueden atraer personas de todo tipo. Un mundo muchísimo más libre y eso a la rueda de sistema de producción capitalista le viene bastante mal. Tiene un potencial muy rupturista porque puedes ser una persona bisexual y amoldarte perfectamente al sistema de matrimonio monógamo que tenemos por defecto y tener una vida muy feliz. Me parece fantástico, pero me parece guay que reflexionamos para hacer que la sociedad sea un lugar muchísimo más habitable, menos rígido, con menos presiones de sexo y de género”.

Confundidas, indecisas, promiscuas

“Es un libro que investiga cómo se ha creado social y culturalmente la noción del mono sexismo, que nos dicta que lo normal o deseable, es que solo te atraiga uno de los géneros binarios, es decir, hombres o mujeres. Ha sido una investigación muy interesante, muy reveladora. Lo que quiero no solo es informar a la gente, sino animarla a hacerse preguntas, a ser más conscientes del potencial rupturista que tienen nuestras acciones diarias, como el mero hecho de la forma en la cual nos relacionamos entre nosotras. El monosexismo se utiliza para fortalecer la identidad nacional. Por ejemplo, a un psiquiatra llamado Kinsey, prácticamente lo desterraron de la profesión por asegurar que el hombre estadounidense, en un 50% de las ocasiones sentía atracción hacia su propio género. Decían que eso era un ataque a la identidad nacional estadounidense, que era intrínsecamente cis, heterosexual, y hacían creer que el hombre de los hombres estadounidenses era menos masculino con ese tipo de estudios. Ayuso dijo una vez que lo trans era una moda extranjera que venía a invadir la forma de vida en España. Es importante que estemos informadas con respecto a la disidencia de sexo y género”.

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