El crecimiento exponencial que ha vivido el autoconsumo en España llega por ahora a su fin. Entre 2020 y 2022 la potencia de energía fotovoltaica para consumir in situ se duplicó año a año, con empresas de instalación que no daban abasto para cumplir la ola de pedidos, pero la burbuja se ha desinflado rápidamente. Se espera que en 2023 el autoconsumo solar crezca entre un 25% y un 50% menos que el año pasado, un retroceso que el sector no ve como un pinchazo sino como una estabilización del negocio. Esta caída se cobró su principal víctima este lunes, cuando la compañía catalana Holaluz anunció un ERE para 200 empleados relacionados con la solar, aunque decenas de pequeñas empresas se han ajustado a la nueva realidad.
Diferentes expertos del sector coinciden en que la bajada del precio de la luz en 2023 frente al año pasado ha desincentivado a las familias a instalar paneles solares en el tejado. Este año la luz cuesta de media un 40% menos que en 2022 y la urgencia por ahorrar en la factura ha caído, aunque es verdad que sigue siendo el doble de cara que en los años anteriores a la guerra de Ucrania. "El año pasado el precio de la electricidad estaba todos los días en la prensa y eso desencadenó un interés de los consumidores por la solar; fue una campaña de marketing gratuita", opina Carlos García, fundador de Ecovatios, que comercializa paneles SunPower.
Aún es pronto para saber cómo será la caída de las ventas, aunque ya hay consenso en el sector de que será fuerte. Holaluz y otras voces del sector hablan de una caída de entre el 25% y el 50% del negocio frente al año pasado y con este pretexto la compañía catalana se deshará del 27% de su plantilla, un ERE "que afectará principalmente a los equipos de instaladores, ventas y roles de soporte a las operaciones de solar".
Donde discrepan los expertos es en la duración de este bache. Holaluz afirma en un comunicado que se trata de "una situación temporal del mercado", mientras que otros profesionales creen que ha llegado para quedarse. "No podemos seguir con el ritmo de 2022, pero no creo que sea una ralentización, sino una estabilización del mercado", afirma Laura Feijóo, técnica de autoconsumo de la cooperativa solar Ecooo. Además de la bajada de la luz, la subida de los tipos de interés y el encarecimiento de la vida, han hecho que muchas familias pospongan la compra de paneles, cuya instalación ahora ronda entre 4.000 y 6.000 euros.
El autoconsumo solar comenzó a despegar en 2018 tras el fin del conocido como impuesto al sol, que desincentivó la instalación de paneles solares y dio una pésima publicidad a esta tecnología. Desde entonces ha crecido rápidamente tanto en los tejados de las casas –principalmente en chalets– como en fábricas y oficinas, y está llamado a ser uno de los pilares de la transición energética.
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El borrador del Plan Nacional de Energía y Clima a 2030 (PNIEC) publicado en junio promete instalar 19GW de potencia en autoconsumo en 2030. Ya hay más de 6GW en funcionamiento, por lo que sería viable. "Creo que la ralentización encaja con el PNIEC", señala Feijóo. "En los niveles de crecimiento de 2022 llegaríamos al objetivo en 3 o 4 años, por lo que una ralentización no comprometerá la meta", insiste. Además, la ralentización de este año se da únicamente en el sector residencial, mientras que el comercial y la industria se mantienen intactos, y estos dos juntos representan más de la mitad de las nuevas instalaciones.
El caso de Holaluz
Un experto del sector fotovoltaico achaca el ERE de Holaluz a que tenía una plantilla demasiado grande que no puede mantenerse si las ventas caen bruscamente, como ha ocurrido este año. La compañía espera instalar en 2023 unos 3.000 paneles en viviendas, la misma cifra del año pasado. "Es una empresa cotizada que necesita grandes objetivos. Siendo justos, no creo que lo hayan hecho mal; si te dedicas a instalar paneles y crees que tus ventas van a crecer, tienes que tener empleados suficientes para montarlos", señala esta fuente. En lo que va de año, Holaluz ha perdido un 63% de su valor en bolsa.
La energética catalana no es la única empresa que ha sufrido el pinchazo de la fotovoltaica. En septiembre, la compañía de instalación de paneles SolarProfit anunció otro ERE del 30% de la plantilla (275 empleados) debido a la caída de las ventas a hogares. Laura Feijóo, que trabaja a diario con montadores en todo España, añade que muchas pequeñas empresas también están afectadas. "En 2022, si querías instalar autoconsumo tenías que ponerte en una lista de espera, ahora son los propios instaladores los que te llaman pidiendo trabajo", afirma.
El crecimiento exponencial que ha vivido el autoconsumo en España llega por ahora a su fin. Entre 2020 y 2022 la potencia de energía fotovoltaica para consumir in situ se duplicó año a año, con empresas de instalación que no daban abasto para cumplir la ola de pedidos, pero la burbuja se ha desinflado rápidamente. Se espera que en 2023 el autoconsumo solar crezca entre un 25% y un 50% menos que el año pasado, un retroceso que el sector no ve como un pinchazo sino como una estabilización del negocio. Esta caída se cobró su principal víctima este lunes, cuando la compañía catalana Holaluz anunció un ERE para 200 empleados relacionados con la solar, aunque decenas de pequeñas empresas se han ajustado a la nueva realidad.