Más carbón, gas y coches de combustión: Merz prepara un órdago al Pacto Verde si gobierna Alemania

Friedrich Merz, candidato a canciller y líder del partido Unión Cristianodemócrata (CDU), este domingo en Berlín.

Las encuestas de cara a las elecciones alemanas del domingo apuntan a una clara victoria de los conservadores de la CDU, cuyo líder ya ha adelantado que si gobierna dará un giro de 180 grados a la política energética. El partido conservador, equivalente al Partido Popular en España, lleva en su programa electoral una apuesta clara por los combustibles fósiles como respuesta al declive de la industria alemana, aunque está por ver si todas las promesas se materializarán. La clave estará en si los socialdemócratas y otros partidos de izquierdas equilibran la balanza en una probable coalición. Si la CDU opta por aliarse con la extrema derecha de AfD, un escenario prácticamente descartado, las políticas climáticas quedarían directamente debajo de la alfombra.

Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), defiende la llamada política energética "pragmática", que consiste en garantizar un acceso a la energía abundante y en teoría barata para Alemania, contamine o no contamine, para salvar a sus empresas. El corte del suministro de gas ruso por tubería tras la invasión de Ucrania ha obligado a Alemania a buscar energía en otros proveedores mucho más caros, lo que ha provocado una fuerte recesión en sus gigantes de la química, el metal y los automóviles. Desde enero de 2022, la producción industrial del país ha caído un 10%, y en los sectores intensivos en energía el desplome es del 20%.

Uno de los grandes anuncios de Merz durante la campaña electoral ha sido la construcción de nada menos que 50 centrales de ciclo combinado de gas para generar electricidad. También propone mantener las centrales de carbón abiertas hasta 2038 e intentará reabrir las últimas centrales nucleares cerradas en el país si son económicamente viables. Otra de las apuestas ya conocidas de su partido es intentar tumbar la normativa europea que prohíbe fabricar coches de combustión a partir de 2035, uno de los principales logros climáticos del Pacto Verde impulsado precisamente por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión y exministra de la CDU.

La instalación de nuevas plantas renovables (solar y eólica) también entra dentro del programa electoral de la CDU, pero siempre desde el punto de vista de la autonomía energética, no del medioambiente. "El mundo no se va a acabar mañana. Si marcamos el rumbo correcto en los próximos diez años, iremos por el buen camino", dijo en una entrevista de 2023 que todavía le persigue, y en la que ironizó con la urgencia climática de los socialdemócratas y los verdes.

Los expertos creen en que una victoria de los conservadores presionará a la Unión Europea para suavizar sus políticas más verdes, pero no creen que será suficiente para tumbar los pilares del Pacto Verde, que incluye una agricultura y una ganadería más respetuosas con el medioambiente, la descarbonización de la economía y la reducción de la dependencia energética del exterior. 

"Un nuevo gobierno liderado por la CDU tendría un peso significativo en Bruselas y daría impulso a los esfuerzos desreguladores. Esto no significa, sin embargo, que los pilares de la agenda verde vayan a dar marcha atrás", opina Pieter de Pous, analista del think tank E3G afincado en Berlín. Recuerda por ejemplo, que los conservadores alemanes no consiguieron convencer el año pasado al conjunto del Partido Popular Europeo (EPP) para apoyar una moratoria del fin del coche de combustión. "También hay medidas incontestables en Bruselas contra las que no pueden luchar, como el fin del carbón, el mercado de derechos de emisiones o la promoción de las renovables", destaca.

El eurodiputado socialista Nicolás González reconoce que la expectación por las elecciones del domingo es máxima en el Parlamento, y que "el resultado condicionará sin duda el resto de la legislatura" en Bruselas, pero no cree que una victoria de los conservadores vaya a dar un vuelco a la política verde. "Tengo muchas dudas sobre lo que realmente harán los conservadores. Tienen el anhelo de recuperar el gas barato del que disfrutaban en el pasado, pero no va a volver. También creo que buscan confrontar al Pacto Verde, pero sin un plan alternativo", comenta el político.

Quienes critican la posición de Mertz ponen en duda el plan de la CDU con el argumento de que vuelve a caer en los mismos errores de las décadas pasadas, la sobre dependencia en el gas extranjero. En una entrevista reciente con The Economist, Mertz dijo que "por el momento" no contempla el regreso del gas ruso a Alemania, pero no cerró la puerta a que después de la guerra se retomen las relaciones comerciales. Como sustituto de Moscú, dijo que su idea es comprar gas a gran escala a Estados Unidos mediante acuerdos a largo plazo, pero este gas es mucho más caro.

La abolición de la conocida como 'ley de calefacciones' también forma parte de los compromisos de la CDU. Esta norma fue una de las más disputadas en el parlamento alemán durante la legislatura que ahora termina y supone la abolición progresiva de las calderas de gas, petróleo y carbón para sustituirlas por bombas de calor de alta eficiencia que pueden funcionar con electricidad verde.

Los conservadores creen que los ciudadanos deben de tener "libertad para elegir" qué combustible utilizar en la caldera y las chimeneas de su casa. Su propuesta para reducir la contaminación es inyectar en los próximos años hidrógeno en la red gasista para no quemar gas natural, aunque tampoco defienden que ese hidrógeno tenga que proceder de fuentes renovables, sino que puede generarse a partir de energía nuclear. La ley de las calefacciones era uno de los pilares para lograr alcanzar las emisiones cero netas en 2045, un objetivo que la CDU mantiene entre sus propuestas electorales.

La aritmética electoral será clave

Las encuestas anticipan una victoria clara el domingo para la CDU, con alrededor del 30% de los apoyos, pero con casi un 40% de indecisos en el país, está por ver cómo se reparten el resto de partidos. La extrema derecha de AfD parte como segunda favorita, pero parece que los conservadores han fijado finalmente una línea roja y no pactarán con ellos. Si la AfD entrase en el Gobierno, no quedaría ningún resorte para defender el medioambiente, pues proponen eliminar subsidios a las renovables, mantener las centrales de carbón de manera indefinida y demoler los molinos de viento.

Socialdemócratas y conservadores señalizan una apertura a un acuerdo poselectoral en Alemania

Socialdemócratas y conservadores señalizan una apertura a un acuerdo poselectoral en Alemania

El pacto con los socialdemócratas (SPD) es la opción más probable, con un 15% de los votos, pero la duda es si serán necesarios otros partidos del ala izquierda para formar un Gobierno a largo plazo, como Los Verdes (13% en las encuestas) o La Izquierda (Die Linke, 6%).

La entrada de estos grupos podría servir para suavizar el programa de la CDU, pero los expertos dudan de que los partidos de izquierda tengan la influencia necesaria para mantener el espíritu verde en un futuro Gobierno. "Es bastante problable que el SPD no tenga suficientes votos para hacer contrapeso a los conservadores", afirma Carolina Ortega, economista de Fiscal Future, una ONG especializada en fiscalidad alemana. "Podrán negociar y ponerse de acuerdo en temas cercanos, como la defensa, pero en la política ambiental lo veo difícil".

Ortega también destaca que será imprescindible que los partidos que formen la gran coalición sumen más de dos tercios del Bundestag porque hace falta esa amplia mayoría para modificar el techo anual de incremento de deuda pública, fijado en la Constitución, que ahora es del 0,35% del PIB. "Eso es lo que realmente nos preocupa, porque con un techo tan ridículo es imposible acometer las grandes inversiones que prometen los principales partidos", resume.

Más sobre este tema
stats