Endesa espera volver a tener en funcionamiento la mayor central de carbón de España antes de final de año, según confirman fuentes de la empresa, aunque solo lo hará a la mitad de su potencia. La decisión ha sido tomada después de que Red Eléctrica haya autorizado el cierre de dos de los cuatro grupos de generación de la planta de As Pontes (A Coruña), los mismos que llevaban dos años inoperativos porque no cumplían con los estándares climáticos. Los dos grupos restantes llevan apagados desde julio porque la empresa desconocía el futuro de su central, y ahora tendrán que ser sometidos a revisión antes de su puesta en marcha.
La demora de este examen depende del estado de la maquinaria, que se compone básicamente de una caldera, una turbina y un alternador, y puede ser un proceso que lleve desde las seis semanas hasta los tres meses. "Esperamos tener en funcionamiento al menos uno de los dos antes de final de año", aseguran desde la compañía, aunque las mismas fuentes añaden que podría posponerse hasta comienzos de 2023 si hay que hacer grandes reparaciones.
De esta manera, la central de Endesa no podrá servir de apoyo en caso de necesidad energética durante el otoño y parte del invierno, el argumento de peso del operador eléctrico para mantener operativa la central coruñesa. "El análisis revela la conveniencia de cerrar los dos grupos inoperativos y de que el cierre de los otros dos quede condicionado al refuerzo de variables de disponibilidad de potencia en el sistema eléctrico", dijo este lunes el Ministerio de Transición Ecológica en relación con el estudio de Red Eléctrica.
Precisamente este martes, el Consejo de Ministros aprobó un decreto para incentivar la cogeneración eléctrica y recuperar el mecanismo de interrumpibilidad eléctrica. Estas dos medidas van encaminadas a evitar situaciones de desabastecimiento eléctrico, por lo que el papel de la central de As Pontes este invierno podría ser limitado debido a que el mercado eléctrico premia la generación de energía barata y limpia, y antes que comprar electricidad a esta planta se primarán las más eficientes.
Un 30% menos de parque de carbón
La central de As Pontes lleva en proceso de cierre desde 2019, cuando Endesa pidió al Gobierno su clausura porque había dejado de ser rentable, pese a que la compañía calculó que lo sería hasta 2035.
En un primer informe, Red Eléctrica aceptó su desmantelamiento completo en 2020, pero el Gobierno volvió a pedir al operador una nueva evaluación tras el inicio de la guerra de Ucrania debido a la nueva incertidumbre sobre el mercado energético. Finalmente, Red Eléctrica considera segura la clausura de dos de los cuatro grupos de generación, con una potencia de 700 MW de los 1.400 MW que tiene hoy la planta.
Solo con cerrar la mitad de As Pontes, el mayor emisor de dióxido de carbono en España en 2018, el país reducirá un 30% su potencia instalada de generación con carbón respecto al año pasado, y esta será un 70% menor a la que tenía España en 2017.
De esta manera, España se aproxima poco a poco al compromiso de clausurar antes de 2030 todo su parque de carbón, un proceso que comenzó a voluntad de las propias empresas energéticas debido a que generar electricidad con carbón es año a año menos competitivo.
Una de las principales trabas que han afectado a Endesa y a otras energéticas en el último lustro es el encarecimiento del mercado de emisiones, la penalización que pagan las compañías por emitir CO₂ a la atmósfera. En 2019, el año en que se solicitó al Gobierno el cierre de As Pontes, el precio por tonelada era de 25 euros, cinco veces más que en 2017. Hoy supera los 70 euros.
Esto provocó que el carbón pasase a ser una tecnología menos competitiva que el resto, incluso que el gas natural, una materia prima que al quemarse contamina la mitad que la hulla. Al mismo tiempo, la rápida expansión de las energías renovables desplazó de la subasta energética diaria a las centrales más ineficientes y más caras, como las antiguas plantas de carbón.
El futuro de la región
Paralelamente al anuncio del cierre de medio As Pontes, Endesa publicó este lunes su proyecto de rehabilitación de la zona valorado en 2.700 millones de euros, que aportarán principalmente las terceras empresas que se asentarán en los terrenos de la actual central. También se crearán hasta 1.360 puestos de trabajo en la zona, según afirma la eléctrica.
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La gran apuesta vendrá del fabricante chino de neumáticos Sentury Tire, que invertirá 477 millones de euros para crear una planta con 750 empleos directos. Mientras que la papelera Ence pondrá 455 millones para levantar una fábrica que aproveche la madera de la región y de trabajo directo a 150 personas. Por su parte, Endesa promete construir un parque eólico de 229 millones de euros para suministrar electricidad a precio reducido a estas dos empresas y a la planta de Alcoa en San Cibrao.
Fuentes de la empresa afirman que los 60 empleados que tiene ahora en As Pontes serán reubicados en otros centros de la compañía, mientras que los 80 trabajadores indirectos de empresas contratantes tendrán prioridad para trabajar en el desmantelamiento de la central, que durará unos cuatro años y empleará a unas 130 personas.
Por su parte, se espera que el puerto de Ferrol, donde hasta ahora se descargaba el carbón de importación que utilizaba la planta, se convierta en un gran centro de entrada de materias primas para las futuras fábricas y de salida de productos elaborados.
Endesa espera volver a tener en funcionamiento la mayor central de carbón de España antes de final de año, según confirman fuentes de la empresa, aunque solo lo hará a la mitad de su potencia. La decisión ha sido tomada después de que Red Eléctrica haya autorizado el cierre de dos de los cuatro grupos de generación de la planta de As Pontes (A Coruña), los mismos que llevaban dos años inoperativos porque no cumplían con los estándares climáticos. Los dos grupos restantes llevan apagados desde julio porque la empresa desconocía el futuro de su central, y ahora tendrán que ser sometidos a revisión antes de su puesta en marcha.