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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en España: un diálogo con el futuro

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Observatorio de la Sostenibilidad

Un nuevo fantasma recorre el mundo: el futuro ya está aquí. Podemos no sólo imaginarlo —tecnologías, máquinas, robot, nuevos servicios, necesidad de nuevos pactos sociales de gobierno, etc.— sino medirlo en el clima, la biodiversidad, la demografía, en el deterioro del territorio, en las condiciones de vida de las familias, en la evolución de las ciudades y en la cultura que ha de dilucidar los nuevos retos de la modernidad.

Ello da lugar a un nuevo relato de la historia que será por primera vez global, igualitario, paritario, inclusivo y ecológico. Este relato lo tenemos que construir entre todas las culturas mediante un proceso de superposición del caminar común, de los encuentros y desencuentros, de los éxitos y de las catástrofes de cada civilización. Cada cultura ha de construir su propio relato, ya que cada una de ellas contiene, en su diversidad, las respuestas a cuestiones esenciales para la supervivencia de la humanidad.

La realidad del desarrollo de cada sociedad se puede representar en un espacio de 17 dimensiones, las 17 columnas sobre las que se cimienta el desarrollo de cada sociedad. Se trata de diecisiete variables a considerar para entender la realidad de una nación y sus procesos de cambio cara al futuro. En ello consisten los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 que propuso Naciones Unidas, que analizaremos y diseccionaremos en este espacio.

 

Objetivos de Desarrollo Sostenible.ODS 1. Pobreza y exclusiónODS 2. Hambre, seguridad alimentaria, mejora de la nutrición y agricultura sostenibleODS 3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edadesODS 4. Educación inclusiva, equitativa y de calidadODS 5. Igualdad entre los géneros y empoderamiento de las mujeres y de las niñasODS 6. Agua y su gestión sostenibleODS 7. Energía asequible, segura y sostenibleODS 8. Crecimiento económico inclusivo y sostenible, empleo pleno y trabajo decenteODS 9. Infraestructuras resilientes y fomento de la innovaciónODS 10. Reducción de la desigualdad en y entre los paísesODS 11. Ciudades sosteniblesODS 12. Consumo y producción sosteniblesODS 13. Cambio climático y sus efectosODS 14. Protección de los océanos y de los recursos marinosODS 15. Bosques, desertificación y diversidad biológicaODS 16. Sociedades pacíficas e inclusivas, justicia e instituciones eficacesODS 17. Cooperación al desarrollo y Alianza Mundial para el desarrollo sostenible

Imaginar el futuro de España hoy es posible. Os invitamos a entrar en ese juego.

¿Qué es lo que vamos a hacer en este espacio?

Lo que queremos hacer es crear un rincón para pensar, contemplar el mundo y considerar sus tendencias de cambio para imaginar el  futuro, más allá del bullicio del mundo noticiable con miles de sucesos (que nos dan una imagen del mundo como un gran caleidoscopio de cristales de colores que reproducen las simetrías de los espejos que forman el tubo por el que se mira) o de los saturados círculos de la industria cultural de la ciencia ficción. Y desde esta contemplación buscar la senda que nos lleve hacia el desarrollo sostenible.

Se trata de hacer una guía de viaje mochilero por los 17ODS como método de entender el mundo: para las tertulias, los enseñantes, los clubs de debate de cualquier tipo. Debería tener como objetivo crear momentos de pensamiento colectivo para vislumbrar esa estrella palpitante de futuro.

Además de los informes, llenos de datos y de consideraciones sobre las relaciones de las variables con el bienestar social o con la política,  queremos que entre todos construyamos un relato. Por ello solicitamos la colaboración de todos.

El futuro acompaña al tiempo presente, a la práctica cotidiana, tendiéndole el espejo de todos sus errores. El futuro ya está aquí. Nuestra incomprensión sobre el funcionamiento del sistema actual es consecuencia del diálogo que entablamos con él. Diálogo en el cual uno de los interlocutores hace oídos sordos a lo que dice el otro.

Todo el mundo habla, opina, alaba, se queja, se ilusiona o se defrauda. Pero menos se esfuerzan en comprender de qué se está hablando. Vaya paradoja: cuanto más nos esforzamos por responderle al futuro, éste nos parece más difuso e inestable. Hace falta sentar las bases de una conversación concreta. Uno no puede hablar con claridad con alguien si a la pregunta: ¿Hace frío?, el otro contesta: Tomates y patatas. Es indispensable acordar los ejes de la conversación para hacer una lectura integral e inteligente de aquello que queremos entender.

¿Qué queremos preguntarle al futuro a nivel colectivo? No estamos hablando aquí de adivinanzas zodiacales ni de pronósticos amorosos, sino del significado de nuestros días y su continuidad. Si, por ejemplo, organizáramos esta conversación con el futuro en temas bien definidos, podríamos construir un debate que, a la larga, produjera un ritmo más nítido en nuestra interacción. Dichos temas tendrían que abordar cuestiones generales sobre la sustentabilidad de la vida (pobreza, ecología, educación, etc.) sin que uno se considere más relevante que otro. Sin jerarquías, pero con estructuras.

Todos los grandes temas relativos a la sustentabilidad están interconectados y responden a un funcionamiento global en el que las causas y efectos de uno alteran las condiciones de otro. No se puede hablar de pobreza sin tener en cuenta temas laborales, de vivienda o alimentarios. Así como no se puede entender cabalmente un tema como la discriminación sin hacer referencia a la pobreza, la educación, la industria y numerosos efectos de otras ramas que la afectan indirectamente.

El relato a construir debería ser un guiño al lector para incitarle a pensar por su cuenta, por encima del artículo de actualidad, de la espuma de los días. Se trata de artículos escritos sobre evidencias empíricas y datos comparativos que ofrece el OS pero sin la intención de demostrar el caos del mundo cada dos párrafos, ni de convencer a la opinión o a los políticos, sino para entender lo que pasa con el desarrollo en España.  Admite, supone e incluye todos los soportes y medios de expresión.

El análisis que os ofrecemos aborda algunas de las preguntas esenciales para asegurar la supervivencia de la especie:

¿Podemos identificar y definir la senda de progreso de la humanidad?¿Es posible ahora medir el progreso de los pueblos con criterios universales para todos?¿Avanza España por la senda del desarrollo? ¿Es sostenible ese camino?¿Se está preparando España para mejorar la calidad de vida de los españoles en el futuro, es decir, reducir la desigualdad, proteger el medio ambiente sano, con menos incendios, más trabajo digno, ríos limpios, ciudades sostenibles, buena educación, medio rural vivo, energía limpia, economía eficiente, ecosistemas sanos y espacios costeros vivos?¿Se dirige España hacia una economía verde, circular y descarbonizada?¿Avanzamos en España hacia el cumplimiento de los compromisos adquiridos en las firmas de la Agenda 2030 de la Cumbre de Nueva York (sostenibilidad) y del Acuerdo de París (clima) en 2015?

La sostenibilidad en España

En el caso de un país como España es posible interpelar al futuro consultando, no a un psíquico ni a un brujo, tampoco opiniones aisladas ni promesas vacías de campañas políticas, sino las estadísticas realizadas a partir de estudios objetivos basados en índices oficiales.

Todos dicen o piensan que las cosas en España o son maravillosas (la comida, la cultura, los paisajes, la infraestructura) o cada vez están peor (incrementa el costo de los servicios, no hay trabajo, cada vez alcanza para menos). Sin embargo, estos argumentos, por muy ciertos que puedan ser, resultan desconfiables. Por lo que es importante saber qué mecanismos objetivos existen para medir los parámetros de sostenibilidad. Este es el caso de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030que propuso la ONU.

Desafortunadamente, tras una evaluación de tres años, se ha observado que España incumple quince de estos diecisiete objetivos. Las circunstancias de cada uno pueden observarse en el informe que realizó el Observatorio de la Sostenibilidad en 2016 y 2017 y las sucesivas entregas que van conformando el 2018, para el cual fueron valorados más de cien indicadores sugeridos por Naciones Unidas y la Unión Europea.

El Observatorio de Sostenibilidad es una entidad independiente y sin ánimo de lucro, integrada por ecólogos, ingenieros, economistas, geógrafos y sociólogos que realizan un informe anual en España desde el año 2005.

Se trata del informe con mayor número de datos constatables y el único en su tipo que analiza tendencias. Por lo que se puede afirmar que sus resultados trazan una radiografía de la sostenibilidad en España. Con base en sus resultados, si tuviéramos que responder a la pregunta: ¿Avanza España por la senda del desarrollo sostenible? Tendríamos que contestar con un triste y categórico: no.

Pero no basta con lamentarse y mirar hacia otro lado. Lo más interesante de estas iniciativas es que resulta posible profundizar en cada uno de sus indicadores y buscar una respuesta concreta para enmendar el rumbo y garantizar un país sostenible en un futuro no muy lejano. Por desgracia, este tipo de textos cuentan con un millón de datos y estadísticas, producto de años de investigación, que en ocasiones son soporíferos para el público no especializado.

Es por eso que en las próximas semanas difundiremos una serie de artículos que expliquen, letra por letra, la situación de España en relación a cada uno de los diecisiete objetivos planteados por la ONU, para entender a detalle el funcionamiento del país y darnos cuenta de qué cosas se han hecho bien y en cuáles hemos fallado.

Una nueva forma de mirar el mundo

Cuando se trata de los 17 0DS de la agenda de Naciones Unidas para cumplir con los objetivos para 2030, es necesario aclarar con precisión los términos desarrollo y sostenible.desarrollosostenible

Desarrollo es el concepto que evalúa el bienestar de una sociedad, el cuidado de su territorio y las oportunidades que ofrecen –la sociedad y el territorio– para el sustento y la realización personal de sus ciudadanos. Mide la calidad de vida. Su significado va más allá del término crecimiento (puede haber desarrollo sin crecimiento) y tiene en cuenta los límites que ofrece el territorio para la conservación de la vida y el mantenimiento de los recursos estratégicos. Supone superar el concepto de progresoprogreso, que tanto atormentó a la modernidad al constatar que la senda del progreso que ofrece la ciencia trae consigo, también, la destrucción de parte del mundo que conocemos, ya que, ahora, los nuevos avances tecnológicos permiten establecer mecanismos de evaluación previa de los proyectos para determinar cuáles son sostenibles y evitar catástrofes  al aplicar los nuevos descubrimientos científicos y  los avances técnicos.

Sostenible es el calificativo que resulta de determinar si una acción es compatible con las generaciones futuras y con los límites del propio sistema ymanejable desde el sistema de gobernanza. Contando con las restricciones ambientales y de uso de recursos materiales y técnicos de la sociedad.

Desde estas premisas, hay que retomar el concepto de desarrollo, en vez de crecimiento o progreso,  como objetivo de la acción política en Españadesarrollocrecimientoprogreso (a pesar de que en este país tiene una connotación franquista y urbanística poco grata), puesto que alcanzar el desarrollo es la meta que buscan las naciones, las empresas, las familias y las personas. Por ello es el desarrollo la fuerza que mueve el mundo, porque el desarrollo es la vida misma: nacer, desarrollarse, reproducirse y morir.

Algunos confunden desarrollo con crecimiento en lo económico, en la innovación, en la fuerza de las naciones, en el crecimiento de las ciudades, en la economía globalizada y en más consumo para todos. Pero progresar por esta senda resulta insostenible. No se puede imaginar un mundo en el que se generalice el nivel de consumo que tienen las sociedades avanzadas.

Precisamente el desarrollo sostenible se caracteriza por considerar otros aspectos muy diferentes al simple crecimiento; toma en cuenta los límites naturales, las condiciones sociales y las formas de gobierno que pueden hacer que la senda de progreso sea estable.

La realidad, vista a través de la evolución de los 17ODS, es la nueva forma integrada de comprender el mundo. Suma el análisis de la actividad económica con el de las condiciones de vida de las sociedades y lo superpone con el cuidado del territorio. Y ello permite evaluar la eficacia de las políticas de gobierno y establece recomendaciones para el futuro. Por ello significa un avance sobre las formas clásicas que teníamos para evaluar la evolución de las sociedades: sólo si la evolución de los 17 ODS sigue la senda de mejora –en las naciones, en los territorios, en los pueblos, en las empresas y en las familias– podemos esperar un futuro mejor.

Desarrollo no es igual a crecimiento: retos y carencias de la sostenibilidad en España

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Esta senda de desarrollo sostenible implica sujetar las pasiones humanas, que hasta ahora han condicionado la historia del mundo, para conducirlas hacia un bien superior, e implica establecer nuevos paradigmas morales y científicos.

La ambición que mueve el crecimiento económico del capital y la lucha por el poder ha de respetar los límites del planeta y sujetarse a las normas democráticas. La igualdad de todas las personas y la solidaridad, que movilizan a los agentes del progreso social, han de ser reconocidos como los motores principales del desarrollo de los pueblos y ser protegidos por ello. La sensatez que aconseja administrar los recursos estratégicos con cautela, respetar los límites del medio y cuidar de la vida en la tierra debe de ser reconocida como el buen método de evaluación de las opciones políticas. Y la prudencia y la cooperación se han de considerar como normas universales de buen gobierno.

Algunos pensarán que pedirle este cambio al mundo es "pedirle demasiado". Pero las evidencias sobre las perspectivas de la evolución del sistema mundo son contundentes e inapelables: o tomamos la senda del desarrollo sostenible o se avecinan graves catástrofes provocadas por la acción humana. Es decir, soluciones inteligentes y sostenibles o el colapso. Ustedes deciden.

Un nuevo fantasma recorre el mundo: el futuro ya está aquí. Podemos no sólo imaginarlo —tecnologías, máquinas, robot, nuevos servicios, necesidad de nuevos pactos sociales de gobierno, etc.— sino medirlo en el clima, la biodiversidad, la demografía, en el deterioro del territorio, en las condiciones de vida de las familias, en la evolución de las ciudades y en la cultura que ha de dilucidar los nuevos retos de la modernidad.

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